Explicaron cómo se repara el ADN dañado y se ganaron el Nobel

Explicaron cómo se repara el ADN dañado y se ganaron el Nobel

Por Yésica De Santo
El ADN muta a diario, millones de veces, y está permanentemente expuesto y dañado por factores externos o internos, pero la sabiduría celular genera mecanismos de reparación sin los cuales la humanidad no podría existir. La Real Academia de las Ciencias de Suecia otorgó el Premio Nobel de Química a tres científicos que descubrieron estos mecanismos por los cuales las células reparan los errores y daños del ADN.
Los 8 millones de coronas suecas (unos 954 mil dólares) del premio se repartirán en partes iguales entre el investigador sueco Tomas Lindahl, del Instituto inglés Francis Crick; el estadounidense Paul Modrich, del Instituto médico Howard Hughes de la Universidad de Duke; y Aziz Sancar, investigador turco que se desempeña en la Universidad de Carolina del Norte.
Las tres investigaciones, que tienen más de 30 años de vigencia y dan cuenta de las tareas de reparación que realizan las células, salvaguarda de la información genética, aportaron conocimientos fundamentales sobre éstas y ayudaron al desarrollo de nuevas terapias contra el cáncer. Los estudios revelaron cómo cada copia del material genético humano es sorprendentemente similar a la original, a pesar de que todos los procesos químicos sean propensos a errores aleatorios y que el ADN esté sometido a infinidad de factores externos dañinos.
El ADN es la molécula que contiene toda la información genética de un individuo o ser vivo, única e irrepetible, y que lleva las instrucciones para que el organismo crezca y se desarrolle, y para que las células se reproduzcan y luego mueran. A diario, el ADN se ve dañado tanto por factores externos –como la radiación, sustancias cancerígenas y radicales libres– como también por modificaciones internas y espontáneas del genoma de una célula. Por ejemplo, un defecto del ADN puede producirse en el momento en que se copia durante la división celular, algo que sucede millones de veces por día. Según explican los expertos, sin los mecanismos de reparación, “nuestro genoma colapsaría, no sería posible la humanidad”. En muchas formas de cáncer, los sistemas de reparación se anulan de forma total o parcial, lo que convierte al ADN de las células cancerosas en inestables y podría explicar el por qué de su mutación, o que sean resistentes a tratamientos como la quimioterapia.
Manuel Muñoz es biólogo e investigador del Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias de la UBA- Conicet, en donde no sólo estudian los mecanismos de reparación del ADN realizado por las células sino que también ponen especial atención en la relación entre el mecanismo de reparación y la expresión de nuevos genes. Por ejemplo, una expresión permite que no pueda comenzar un mecanismo de multiplicación hasta que no finalice el de reparación. “Las investigaciones de los científicos premiados son importantísimas para el desarrollo de la ciencia y la medicina, y permitieron conocer cuáles son las estrategias de reparación de las células cancerígenas, las cuales no son tan diferentes de las que ocurren en las células normales, y también poder desarrollar combinaciones de drogas para los tratamientos oncológicos”, destacó Muñoz en diálogo con Tiempo.
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En la Argentina se desarrollan distintas investigaciones alrededor de las modificaciones del ADN y los mecanismos de reparación. En 2012, Vanesa Gottifredi, del Laboratorio de Ciclo Celular y Estabilidad Genómica de la Fundación Instituto Leloir-Conicet-UBA, descubrió junto a su equipo de investigadores la existencia de una proteína que interviene en la resolución de la célula a la hora de decidir qué mutaciones de ADN corregirá y cuáles pasará por alto al momento de reproducirse. Respecto a los factores externos que pueden modificar el ADN, la especialista Laura Guelman, investigadora adjunta del Conicet en el Centro de Estudios Farmacológicos y Botánicos (CEFYBO- UBA), había determinado que el ruido es también un factor de estrés ambiental, que puede intervenir en trastornos del sueño y del aprendizaje, la memoria, la motivación, la resolución de problemas, además de en el incremento de la irritabilidad y la agresividad. En diálogo con este diario, la doctora explicó que “las células del hipocampo presentaron alteraciones en el núcleo, la zona donde está al ADN. El núcleo se desorganiza, lo cual indica que hay un daño en el tejido”.
Muñoz destacó también que la premiación, al cabo de tantos años de descubiertos dichos mecanismos, “demuestra que el Nobel no es un premio de moda y que las teorías han sido demostradas y avaladas a lo largo de los años. Incluso ya podemos evidenciar algunos logros gracias al desarrollo de las terapias, como el aumento de la expectativa de vida del paciente oncológico”.
TIEMPO ARGENTINO