El sheriff oscuro y el marido perfecto

El sheriff oscuro y el marido perfecto

Es muy paradójica la historia de Justin Theroux. Famoso por ser la pareja de Jennifer Aniston, su trabajo como actor no es tan conocido para la audiencia masiva, aunque antes de protagonizar The Leftovers (que el domingo 4 de octubre a las 23 estrenó segunda temporada en HBO) haya cubierto roles importantes en películas como Psicópata americano y Mullholland Drive. También participó en series populares como Sex and the City (como flirt de Carrie) y Six Feet Under.
Guionista además de actor, escribió el guión de Iron Man 2 y las comedias Una guerra de película y la próxima Zoolander 2, para la que viajó a Roma a inspirarse en los eventos de la Semana de la Moda de esa ciudad italiana. Entiende de moda, es fácil darse cuenta por cómo viste cada vez. “Me gusta el show en sí y ver a los personajes que rodean a la alta costura”, asegura. El negro es su color favorito y nada en su atuendo parece casual. Ni el clip en la corbata negra finita, ni el aro imperceptible ni el tremendo anillo con su nombre.
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Mas allá de lo que los tabloides hablan de él (su casamiento secreto en septiembre los dejó en offside, ahora pregonan que están esperando mellizos con la ex Friends; hace dos semanas era que la había abandonado recién llegados de la luna de miel en Bora Bora), él asegura que mira a ese Theroux de las revistas escandalosas como si fuera un clon. “Te acostumbrás, es como un avatar tuyo al que no conocés y que hace cosas sobre las que tratás de no leer”, confiesa.
Hijo de un abogado y una periodista del Washington Post, graduado en artes, Theroux es un actor (y una persona) muy interesante, instintivamente hace de la promoción de su trabajo un ejercicio intelectual. “The Leftovers es una especie de Sci Fi sin ciencia, sobrenatural sin serlo, es más bien pedestre”, reflexiona sobre el drama de Damon Lindelof, que deja al público lleno de preguntas tal cual hizo en su anterior creación, la inolvidable Lost.
Aquí también están todos perdidos; en su primera temporada la serie (basada en el libro de Tom Perrotta) propuso que el 2 por ciento de la población desaparezca de la Tierra un buen día sin dejar rastros. Están los que han partido en “la ascensión” y los que quedaron, las sobras, ese resto del mundo que tiene que tratar de entender qué esta pasando. ¿Es el famoso juicio final? ¿Y entonces por qué no se los han llevado? Justin es el protagonista de la serie, como el sheriff Kevin Garvey, un personaje oscuro, bien dramático, cuya esposa parece haberse suicidado delante suyo después de haberse unido a una secta violenta, los “culpables remanentes”.
Filmada en Austin , Texas, la ciudad natal de su amiga Sandra Bullock, el episodio estreno de la segunda temporada, esta noche, muestra cómo la acción se traslada desde la ficticia ciudad de Mapleton, en New York, a la ficticia ciudad de Jarden, en Texas. Un pueblo del que no ha “ascendido” ningún habitante y por eso es bautizado como “la ciudad milagrosa”. Ahí llegan Kevin y Nora (que en la primera temporada ha visto desaparecer a su esposo e hijos de la mesa familiar cuando les estaba cocinando el desayuno) y la beba negra que apareció en su porche y han decidido adoptar.
“Si en la primera temporada todo era angustia y tristeza, esta vez Damon inaugura una historia donde asoma la esperanza. Es obvio que ninguna de las dos van a ofrecer las respuestas que la gente está esperando. Damon propone interrogantes. Creo que esta temporada es más agnóstica, más poética. Aún cuando sigue presionando en todos los miedos que tenemos como personas”, comenta. No es de los que se llevan el personaje a su casa pero leyendo el guión en el desayuno empieza a ponerse un poco nervioso. Entonces dibuja para relajarse. O sale a pasear con su mujer.
“Algo cambió desde que me casé, no sabría explicar bien qué, siento que todo está en su lugar ahora”, admite. En cuanto a haber noqueado a los paparazzi angelinos, fingiendo que celebraban su cumpleaños 44 para casarse, en realidad, en el jardín de su casa de Bel Air, dice Justin que eso fue más estresante todavía que el día a día de Kevin Garvey en The Leftovers. Y eso es mucho decir.
CLARIN