Cómo convertirse en un inversor ángel

Cómo convertirse en un inversor ángel

Por Hugo Greenhalgh
James Caan es abierto sobre sus errores. “Mi primera inversión fue en una empresa de tecnología y perdí todo mi dinero”, dice el emprendedor serial, exprotagonista del reality Dragons’ Den de la BBC, en el que un jurado juzga las propuestas de los participantes.
El motivo es sencillo: “Porque comenzaron un negocio, lo vendieron e hicieron dinero, mucha gente cree que puede manejar cualquier negocio”, dice Caan. Él perdió todo en el sector tecnológico “porque no sabía nada sobre los principales motores del mercado tecnológico”.
La primera lección para quien quiera convertirse en ángel es invertir en lo que conoce.
Las estimaciones varían, pero en 2013-14, 2.600 empresas recibieron 1.000 millones de libras a través de Enterprise Investment Schemes. Además, casi 1.900 compañías recibieron 155 millones de libras en inversiones a través de su programa hermano, el Seed Enterprise Investment Scheme, a través del que se habían invertido 80 millones el año anterior.
Muchas firmas se beneficiaron por inversores ángeles, como Zoopla, el sitio web de búsqueda de casas, y Lovefilm, un servicio de alquiler de DVDs online.
Un inversor “difiere de alguien que puede llegar a invertir algo de dinero en un fondo”, dice Jenny Tooth, CEO de Business Angels Association del Reino Unido. James Badgett, director de la Angel Investment Network, divide a los inversores en tres categorías: los emprendedores, los profesionales con dinero para invertir y los inversores de la City. La tecnología dio lugar a una nueva categoría con la llegada del crowdfunding, que trajo a un grupo de inversores, predominantemente inexpertos.
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¿Por dónde empezar?
Los riesgos de las inversiones ángel significan que lo primero que uno necesita considerar es cuánto puede permitirse perder. La siguiente decisión es cómo invertir esa suma. La mayoría de los inversores pertenecen a sindicatos porque permiten aprovechar la experiencia de otros, brindan acceso a oportunidades a costos más bajos y porque, cuanta más gente hay detrás de una inversión, más se dispersa el riesgo. No a todos les gusta este modelo. “No me gustan los sindicatos porque uno está dando consejos y luego otra gente viene por detrás”, dice Bill Holroyd, fundador de OnSide Youth Zones.
Cuando uno invierte, primero debe asegurarse de estar en sintonía con todos respecto a los tiempos para salirse, dice Holroyd. “Lo reviso con el equipo de management”.
Para miembros de sindicatos, el proceso es acordado a la hora de la inversión. Al determinar los acuerdos para los accionistas, los ángeles se están asemejando cada vez más a fondos de capital de riesgo, dice Anthony Clarke, managing director de London Business Angels. Si la mayoría de los accionistas decide vender, esto significa que la minoría no puede resistirse.
En última instancia, sin embargo, Clarke sostiene que la evolución del negocio será lo que determine cuando vender. “Si la compañía crece rápidamente y sus mercados llegan a ser internacionales, puede ser hora de que se aleje de sus inversores ángeles”.
LA NACION