31 Jul Turismo “ficcional”, la nueva moda global que impulsa Game of Thrones
Uno de los muchos elementos que destacan a la serie Game of Thrones del tropel de dramas televisivos que pueblan las pantallas es, además del vestuario, las interpretaciones y la trama en sí misma, el nivel de realismo de sus locaciones. Lo que atrae a los fánaticos de la megaproducción de HBO, que ya va por su quinta y exitosa temporada, es el rescate de la esencia mitológica de antiguos reinos imaginarios, nacidos de la pluma del escritor de literatura fantástica George R. R. Martin. La trama es imprevisible; las muertes, inesperadas; hay luchas de poder, hay sexo y hay dragones; pero sobre todo hay en esta serie de culto castillos, monasterios, puentes y jardines que recrean toda una época, un verosímil Medioevo que seduce aún más a los espectadores.
Pues bien, todos esos lugares existen, no son paisajes animados por computadora sino históricas joyas arquitectónicas que generan un nuevo boom turístico. Es tal el furor por la saga que los fans de todo el mundo han hecho crecer geométricamente las cifras de visitantes de ciertos destinos en Andalucía, Croacia o Irlanda del Norte, donde se han filmado los capítulos de la serie. Algo así como una guía de viaje por la fortaleza de Invernalia, por Pentos, Yunkai y otras ciudades fabulosas que albergan la historia de Game of Thrones en el ficticio continente de Westeros, pero en el mundo real.
Dubrovnik, por ejemplo, un puerto medieval en la costa dálmata, es la ciudad que sirve de escenario a King’s Landing, la capital de los Siete Reinos, y la razón por la que la economía de Croacia, uno de los países más afectados por la crisis europea, está empezando a recuperarse, según detalla la consultora Bloomberg Markets en su número de mayo de 2015. La fiebre desatada por las legiones de admiradores de la serie hace crecer el turismo en la región al 10% anual. “Espero que Game of Thrones haga por Dubrovnik lo que hizo El Señor de los Anillos por Nueva Zelanda”, dijo Andro Vlahusic, alcalde de la ciudad, en un país donde el turismo representa un sexto del PBI.
El desafío para la quinta temporada, que se estrenó el pasado 12 de abril en más de 170 países, fue llevar al público a visitar Dorne, lugar nativo del príncipe Oberyn Martell, conocido como la Víbora Roja. Para representar los exóticos paisajes de la ciudad creada por la fantasía de Martin en la serie de novelas Canción de Fuego y Hielo, se eligió la fascinante arquitectura de Andalucía, en España.
El Alcázar Real de Sevilla, obra cumbre del arte mudéjar, fue la principal locación, con sus espectaculares jardines que permitieron transformarlo en la residencia privada de la gobernante Casa Martell. Construido en 712 como fortaleza árabe, luego fue residencia de los reyes de Castilla, ya había sido el planeta Naboo en Star Wars: Episodio II y el año pasado, durante veinte días, recibió a miles de actores, extras y técnicos para volver a rodar. A 80 kilómetros, Osuna, una localidad ducal con siglos de historia, 18 mil habitantes y un extraordinario paisaje de casas blancas, hace de fondo a las escenas de la vida cotidiana en Dorne. Desde luego, el Ayuntamiento de Osuna ya ofrece visitas guiadas a las locaciones usadas en la filmación y en los restaurantes locales hay platos con el nombre de los personajes. más emblemáticos de la serie. James Costos, embajador estadounidense en España y exdirectivo de HBO, predijo que el número de personas que visitarán Sevilla y sus alrededores crecerá un 15 por ciento.
La antigua ciudad de Mdina, en Malta, de estilo normando y apenas 300 habitantes; el pacífico puerto de pescadores de Ballintoy, cerca cde Belfast, en Irlanda del Norte; la ciudad amurallada de Aït Ben Haddou, en Marruecos, recientemente declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco; o la cueva Grjótagjá, conocida por sus aguas termales, en Islandia, sumaron miles de turistas en los últimos tiempos por el sólo hecho de haber recibido a los actores de la saga. También Escocia puso a disposición de la cadena HBO el Doune Castle, a mitad de camino entre Edimburgo y Glasgow, para hacer de él la fortaleza de la Casa Stark, lo que redundó en una incesante llegada de visitantes que conforman una nueva moda global: la del “turismo ficcional”.
TIEMPO ARGENTINO