Hillary Clinton y Jeb Bush: precandidatos con portación de apellido

Hillary Clinton y Jeb Bush: precandidatos con portación de apellido

Por Facundo Alé
Tal como publica Tiempo Argentino, las campañas para las elecciones presidenciales del año que viene en EE UU tienen entre sus precandidatos demócratas y republicanos a dos dirigentes con portación de apellido: Hillary Clinton y Jeb Bush.
Si bien sería apresurado sacar conclusiones, ya que aún restan definirse las siempre difíciles primarias partidarias, donde hay cuatro aspirantes a llegar a la Casa Blanca por el Partido Demócrata y 12 por el Partido Republicano, las encuestas posicionan en un lugar expectante tanto a la ex secretaria de Estado y mujer del ex presidente Bill Clinton como al ex gobernador del estado de Florida e hijo del ex presidente George H. W. Bush y hermano del también ex mandatario George W. Bush.
Tiempo dialogó con un grupo de expertos en política estadounidense para conocer más sobre estos dos dirigentes de peso que buscan suceder a Barack Obama en enero de 2017.
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El analista internacional y vicepresidente del Laboratorio de Políticas Públicas, Gabriel Puricelli, recordó que “fueron los Clinton quienes llevaron adelante el programa de los New Democrats, una corriente centrista dentro del Partido Demócrata, que surgió luego de que George Bush padre triunfara en los comicios de 1988, y que marcó un giro a la derecha respecto a la estrategia que había tenido ese espacio en décadas anteriores, con dirigentes como Jimmy Carter, Walter Mondale y George McGovern”, aseguró. “Claro que en comparación a lo que fue el gobierno del republicano Ronald Reagan, ese giro a la derecha casi no se percibió, aunque tuvo que ver con la adopción de la senda del libre comercio”, añadió.
Al mismo tiempo, Puricelli le reconoció a Clinton “una gran capacidad durante su presidencia (1993-2001) para movilizar a la población negra y para adoptar políticas beneficiosas para ese sector del electorado que ahora Hillary deberá explotar.”
Sobre la familia Bush, Puricelli opinó que “mientras el gobierno de Bush padre fue, dentro del universo republicano, mucho más centrista y menos ideológico que el de Reagan, el de su hijo George tuvo una impronta fuertemente sureña y cristiana, con una agresividad militar extrema que lo posiciona, para mí, a la derecha de Reagan”. Sobre un hipotético gobierno de Jeb Bush, los antecedentes dicen que durante su gestión en Florida buscó privatizar la educación pública, las cárceles y el transporte público.
Según la gran mayoría de los sondeos, Hillary es la favorita para ganar la primaria demócrata. Esa posibilidad, que dejó pasar en 2008 al salir derrotada de la interna contra Obama, dependerá del candidato republicano que resulte triunfador. “Si los republicanos nominan a un líder moderado, tienen buenas chances de ser competitivos contra Hillary. Si nominan a alguien más radical, Hillary ganará con facilidad”, dijo a Télam Patricio Navia, profesor en Ciencias Políticas de la Universidad de Nueva York.
Según indican los medios estadounidenses, tanto republicanos como demócratas se beneficiarían de un enfrentamiento entre Clinton y Bush. Desde el lado demócrata, porque los armadores de campaña de Hillary estaban preocupados por la posibilidad de que los 67 años que tiene su candidata pudieran restarle chances frente a un joven contrincante republicano, como Marco Rubio o Ted Cruz, quienes tienen ambos 44 años. Por el contrario, los 62 años de Jeb Bush no plantean ese riesgo.
Desde el lado republicano consideran que el historial de la ex secretaria de Estado respecto de cuestiones como la guerra de Irak, la cual apoyó con su voto, podría frenar la obvia vinculación que el electorado hace de esa polémica intervención con el apellido Bush, debido a que fue George W. el que la impulsó.
El director de Economía Internacional del Centro Argentino de Estudios Internacionales (CAEI), Pablo Kornblum, opinó que tanto Hillary como Jeb “potenciarán las virtudes de sus predecesores, agregándole sus valores propios. Hillary se sustentará en la destacada política económica del ex presidente Clinton, adicionándole un estilo sobrio y con alta sensibilidad social para con las mujeres y las minorías. Jeb, por su parte, utilizará el histórico apoyo de los empresarios de las industrias más importantes para con la familia Bush (finanzas, petróleo, industria militar); pero además le agregará cierto grado de pragmatismo en cuanto a la apertura al dialogo con los diversos sectores sociales y políticos.”
El analista internacional Carlos Escudé consideró que “los Clinton y los Bush representan claros casos de un nepotismo que contamina a muchas democracias”.
“La familia Bush, en particular, casi parece sacada de los anales de la clase senatorial romana, ya que Samuel Prescott Bush -bisabuelo de Jeb- fue uno de los directores de la Reserva Federal y un colaborador del presidente Herbert Hoover. Su hijo, Prescott Bush, fue banquero y un prominente senador por el estado de Connecticut. Su nieto, George H.W. Bush, fue el 41° presidente de los Estados Unidos, y su bisnieto, George W. Bush, fue el presidente N° 43”, agregó el analista.
A diferencia de Prescott, George H. W. y George W., que se licenciaron en Yale, “la universidad más oligárquica de Estados Unidos”, Jeb “se licenció en la menos elitista Universidad de Texas”, detalló Escudé. “Los tres Bush sucesivos que se licenciaron en Yale son miembros de ‘Skull and Bones’ (Calavera y Huesos), quizá la sociedad secreta más poderosa del mundo, que se asienta en esa universidad y de la cual son egresados también otros importantes dirigentes estadounidenses como el actual secretario de Estado, John Kerry”, añadió.
Por otra parte, Escudé consideró que los Clinton tienen un origen “más modesto” que los Bush, ya que si bien “egresaron de Yale como doctores, no pertenecen a Calavera y Huesos, aunque eso no es garantía de nada”, asevera. “En la historia reciente de EE UU ha habido pocas post-presidencias tan sospechosas de corrupción como la de Bill Clinton, a través de la fundación que lleva su nombre, de la que son directivos él, Hillary y su hija Chelsea”, concluyó Escudé, en alusión a las denuncias que pesan sobre la Fundación Clinton respecto de donaciones irregulares de empresas que recibieron jugosos contratos durante la presidencia de Bill y durante la gestión de Hillary como secretaria de Estado.
TIEMPO ARGENTINO