El ritual del café: para el 65% de los argentinos, mejora una reunión de amigos

El ritual del café: para el 65% de los argentinos, mejora una reunión de amigos

Por Sabrina Cuculiansky
El 65% de los argentinos es categórico: el ritual del café mejora las reuniones de amigos. Así, en el país se asocia el consumo de la infusión con la familia, los amigos y, en definitiva, con el placer. El dato surge de una encuesta realizada por la consultora Isonomía para la Cámara Argentina de Café, a mediados de abril pasado, que abarcó a más de 900 entrevistados en varias ciudades del país.
El estudio forma parte de la campaña Amo Mi Café, que lanzó la organización para impulsar el consumo de la bebida a partir de la difusión de sus beneficios, y que es respaldada por la Federación Argentina de Cardiología.
“Con esta acción, se busca difundir los atributos saludables de la bebida: es natural, contiene antioxidantes y mejora la concentración”, explica la licenciada en nutrición Andrea Rochaix. Y agrega: “El café aumenta la velocidad cerebral y la concentración, baja la somnolencia y mejora la atención visual”. Además, según indica, aporta cantidades significativas de antioxidantes a la dieta, al posicionarse en el sexto lugar entre los cincuenta alimentos y bebidas que los proveen.
El estudio arrojó, además, que un 63% de los argentinos consumen una o dos tazas por día y que el 48% afirma que después de tomarlo “se siente mucho mejor”.
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Jorge Franchella, médico cardiólogo y deportólogo, explica que la asociación positiva entre el consumo habitual de café y la salud es un hecho indiscutible: beber hasta tres o cuatro tazas diarias puede ser parte de un estilo de vida saludable. “Es sabido que los dolores musculares durante la realización de ejercicios físicos pueden empeorar el rendimiento. Según un estudio científico, la ingesta de 5 mg de cafeína por kilo de masa corporal redujo el dolor de un grupo de personas que realizaron ejercicio de alta intensidad durante 30 minutos en bicicleta respecto de lo observado en otro grupo que no consumió cafeína”, explica Franchella, quien además es director del Programa Actividad Física y Deportes del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

LA INDUSTRIA
“Con la campaña Amo Mi Café, que ya arrancó hace cinco años, buscamos desmitificar la difusión injustificada que existe respecto de la salud y la infusión. Desde la cámara, también velamos por los intereses del gremio y, además, tenemos injerencia global en caso de tener que gestionar medidas específicas, por ejemplo, respecto del control de las importaciones”, explica Martín Álvarez, gerente de Curitiba SRL, empresa socia de la Cámara Argentina de Café. Los conflictos aislados por la comercialización e importaciones son un tema que históricamente atravesó al sector, al no producirse en el país. De hecho, la Argentina compra café verde y luego las empresas locales se ocupan de tostarlo. A lo largo del territorio nacional, hay alrededor de 350 tostaderos y cada provincia y ciudad tiene sus tostaderos de referencia.
Aunque el 60% de los argentinos cree que la bebida es una costumbre “muy argentina”, el consumo por persona no llega al kilo anual y es por eso que la cámara busca estimular el consumo. “El consumo está estancado y va disminuyendo, pero existe un crecimiento en la búsqueda de cafés de alta calidad. Una de las tendencias mundiales que generaron el aumento en el consumo está relacionada con la educación del consumidor, por un lado, y la llegada de nuevos adeptos, por otro. Un ejemplo es el caso de Brasil, que duplicó el consumo en los últimos años gracias a la mejora de la calidad”, sostiene Álvarez.
LA NACION