Golden State, un campeón diferente

Golden State, un campeón diferente

En la lista de monarcas de la mejor liga de básquetbol del mundo se inscribió un equipo especial, distinto en algunos aspectos: Golden State Warriors. Más adelante se verá si está iniciando una dinastía o se trata de una golondrina de verano, pero ya está entre los que llegaron a la gloria a la que muchos grandes conjuntos y jugadores nunca accedieron.
La alcanzó venciendo anteanoche a Cleveland Cavaliers por 4-2 en la final de la NBA con un 105-97 como visitante, que reportó a la franquicia de Oakland (norte de California, contigua a San Francisco) su primera conquista en 40 años. Un logro que no muchos esperaban antes del certamen, porque si bien Golden State tenía uno de los tantos planteles muy buenos del Oeste, a priori no era muy superior al resto. Pues los hechos desmintieron eso: Warriors dominó de punta a punta la rueda regular con un alto 81,7% de victorias.
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Otro rasgo distintivo de este campeón es su entrenador, Steve Kerr, aquel fulminante tirador que compartió títulos con Michael Jordan y Scottie Pippen en el Chicago Bulls de los noventas. El rubio director técnico no sobresale por su curioso origen -nació en Líbano-, sino porque consiguió la corona golden state, un campeón diferente El equipo de Curry venció al Cleveland de LeBron James y ganó el anillo de la NBA en su primer año en la función. Vaya debut. Y si algo resultó llamativo, eso fue el dueño del premio al jugador más valioso de la final: Andre Iguodala, que no había sido titular siquiera una vez en la etapa regular y que en la serie decisiva falló numerosos tiros libres (de hecho, era víctima del hack-a, el foul intencional del rival para evitar puntos ajenos).
Steph Curry, el MVP de la primera etapa del torneo, tuvo desempeños monumentales en el cruce decisivo, pero extrañamente fue relegado esta vez. Mientras, demasiado hizo Cleveland sin dos de sus tres figuras, los lesionados Kyrie Irving y Kevin Love. Mérito principalmente de LeBron James, que bien puede ser considerado la figura de la serie, aunque haya terminado en derrota. Curiosamente, la cuarta en seis finales para el mejor basquetbolista del planeta.
LA NACION