14 Jun Enigmas del crimen resueltos por autores ajenos al género
Tan extraña como interesante resulta la Antología del cuento policial argentino. Escritores ajenos al género, a cargo del narrador Vicente Battista, quien rescata autores laterales como José Hernández y Paúl Groussac, cuyos textos son coetáneos de Los crímenes de la calle Morgue, de Edgar Allan Poe, libro que los críticos señalan como fundador del género, editado en 1842.
La compilación, publicada en la colección Huellas de Desde la Gente, editorial del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, se completa con relatos de Eduardo Holmberg, Horacio Quiroga, Eustaquio Pellicer, Roberto Arlt y Vicente Rossi.
Battista, autor de una profusa obra narrativa, señaló –en un diálogo con Jorge Boccanera, para la agencia Télam–, que sus novelas Siroco, Sucesos Argentinos, Cuaderno del Ausente y Ojos que no ven, y sus cuentos reunidos en La huella del crimen, se ubican dentro del género.
Y menciona a Dashiell Hammett, Raymond Chandler, Jim Thompson, David Goodis, Patricia Highsmith y George Simenon, entre los autores que influyeron sobre él.
No es un dato menor que entre los textos que anteceden al género policial, uno de los más antiguos sea justamente un artículo de Hernández, autor del Martín Fierro, editado en 1863. “Fue Fermín Fevre –dice– quien rescató ese artículo de Hernández para incorporarlo en su Antología de Cuentos Policiales Argentinos, editado en 1974. El propio Fevre se apresuró a aclarar que la intención de Hernández no fue elaborar un texto policial, aunque señaló que ‘sería el primer antecedente del género en nuestro país’. Algo de cierto hay en eso, porque si bien Hernández no se detiene en la resolución de un enigma, pone sobre el tapete un asunto que ciertamente se repite en numerosos textos policiales: el modo y las artimañas que se utilizan para ocultar un crimen.” ¿Pero no se correría el riesgo de considerar dentro del género a los artículos periodísticos dirigidos a desentrañar casos policiales?, pregunta Boccanera. A esto Battista responde que las notas periodísticas referidas a hechos policiales como se sabe, suelen ser disparadores de textos notables. “No hay que olvidar que uno de los cuentos de Poe en El misterio de Marie Roget, nació de una noticia: la aparición del cadáver de una joven a orillas del río Hudson.”
El autor señala en su prólogo que El Matadero, de Esteban Echeverría, entra en el policial negro. Pero ¿qué características lo enmarcan dentro del género? A esto responde: “Obviamente, Echeverría no lo escribió con el propósito de integrar un género que acababa de fundarse; entre otras cosas porque en El Matadero no hay un ningún enigma a resolver, tal como lo exigían las leyes de ese joven género. Pero por la fuerza, la violencia y la impiedad que destila el texto puede situarse como antecedente del policial negro que 50 años después fundaría Dashiell Hammett.”
El relato La bolsa de huesos de Holmberg se asemeja, por la utilización de un método deductivo, a series actuales de televisión en las que el protagonismo está a cargo de una minuciosa y sofisticada investigación científica, más que el policía-detective… “Así es. Holmberg recurre en ese cuento al mismo método deductivo que medio siglo antes pusiera en marcha Auguste Dupin, el célebre investigador privado inventado por Poe. Un método que comenzaron a utilizar el Comisario Leqoc, de Émile Gaboriau, el Comisario L’Archiduc, de nuestro Raúl Waleis, y Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle, entre muchos otros”.
Pero ¿es usual el humor delirante en el género, como sucede con el relato incluido de Eustaquio Pellicer, El botón del calzoncillo? Ante lo que Battista analizó: “Aunque suelen referirse a asuntos terribles, los textos policiales no eluden el humor. Sarcasmo e ironía hay en Chandler y en su Philip Marlowe; hay humor en Chesterton y en su padre Brown, y en Isidro Parodi, el peculiar detective que, bajo el seudónimo de Honorio Bustos Domecq, crearan Borges y Bioy Casares”.
Uno de los relatos de Roberto Arlt aborda el género de una manera original. Al ser consultado sobre el aporte del mismo al policial, a su singularidad y sus estilos expresivos, Battista dice que ese cuento que figura en el libro sorprende por su originalidad. “Tal como lo expone, estaríamos ante un genuino crimen perfecto. Pero más allá de este relato, que se inscribe cómodamente en el género, los temas de Arlt y su escritura, por su violencia y crudeza, están íntimamente ligados con lo que entendemos por policial. El cuento ‘Las Furias’ de El Jorobadito, puede leerse como un excelente policial de la serie negra”, explica.
En el caso del cuento de Horacio Quiroga El triple robo de Bellamore, pareciera presentársele al lector con un final abierto. Sin embargo Battista no concuerda plenamente con esto: “No me atrevo a decir que se trate de un final abierto: Bellamore es definitivamente condenado en base a las sospechas que brinda el denunciante quien, para colmo, dice estar convencido de la inocencia de su denunciado. Quiroga cuestiona las encrucijadas que ofrece la justicia o lo que impasiblemente entendemos por justicia.”
Según el narrador cubano Leonardo Padura, el policial hispanoamericano desplaza “al viejo modelo genérico asentado sobre la existencia de un enigma”, y se abre a líneas como el espionaje, el narcotráfico, lo conspirativo, la violencia cotidiana, la corrupción, en un marco muy amplio de conflictividad social. “Padura ratifica lo que Chandler había señalado en El simple arte de matar; cuando en 1950 se refirió a Hammett, dijo que este excepcional escritor: ‘Sacó el jarrón veneciano del living para arrojarlo al barro de las calles’. Fue un nuevo acto fundador, a partir de ese momento en el policial ya no primaría el enigma sino el conflicto social –violencia, corrupción, injusticia– que acompañarán a ese crimen que se acaba de cometer”, finaliza.
Vicente Battista nació en 1940 en Barracas. Entre 1963 y 1969 integró la redacción de la revista literaria El escarabajo de oro fundada por Abelardo Castillo. Además, en 1971, fundó con Mario Goloboff y codirigió la revista de ficción y pensamiento crítico Nuevos Aires.
Publicó seis libros de cuentos y seis novelas. Estrenó una pieza teatral. Diversas antologías de América y Europa, así como diferentes sitios de Internet, han recogido algunos de sus cuentos.Tiene, además, una profusa producción ensayística.
En 1995 recibió el Premio Planeta de novela por un jurado integrado por los escritores Abelardo Castillo, Antonio Dal Masetto, José Pablo Feinmann y Juan Forn. (Télam)
TIEMPO ARGENTINO