06 Feb Leonardo Gutiérrez: el hombre del triple
Leonardo Martín Gutiérrez tenía 22 años, dos títulos en la Liga Nacional, apenas 18 triples convertidos en siete temporadas y una moral enorme cuando jugó para Sudeste en el Provincial disputado en 2000 en Bell Ville. “Como entre amigos hacíamos lo que queríamos, dejé de tirar dobles largos y comencé a tirar de tres puntos. De caradura nomás -se describe el cordobés de Marcos Juárez-. Más tarde, en un Argentino, charlando con Marcelo Milanesio y Luis Villar, me sugirieron dar medio paso atrás para los triples. Me fue bien, lo entrené y en la siguiente temporada lo implementé en Atenas”.
-Con un increíble 46 por ciento de efectividad, pequeño detalle…
-Lo que pasa es que era una sorpresa que yo lanzara triples. Como me daban el tiro, empecé a tirar, tuve suerte con buenos porcentajes y la confianza me ayudó a seguir. Claro que si no la hubiera metido, me habrían dicho: “Flaco, no tires más y hacé otra cosa”.
El recuerdo de la anécdota hace reír al ala pivote en su casa de Mar del Plata, ciudad en la que tiene decidido quedarse a vivir con su familia aún luego de su retiro del básquetbol. La hora de charla con Clarín no se notará porque los recuerdos se sucederán. Más allá de los récords en su prolífica carrera, Leo Gutiérrez es mucho más que el mayor triplero en la historia de la Liga Nacional, con 1.975 conversiones. Es el máximo ganador, con 10 títulos, escolta a Diego Osella (1.096) en partidos jugados (988) y es el tercer goleador (13.169) de la competencia, detrás de Héctor Campana (17.359) y de Julio Rodríguez (16.252).
“Los récords no me sacan el sueño. Llegar a esos números era algo lógico por el paso del tiempo. Son cosas lindas que se dan por los años de competencia y las disfruto”, explica el hombre de 36 años que le da nombre al estadio de San Martín de Marcos Juárez.
-El reconocimiento es unánime hasta de parte de tus colegas. ¿Cómo te pega estar vigente luego de una extensa carrera?
-Me siento bien. Es una etapa especial de mi carrera, porque son mis últimos años y quiero disfrutarlos al máximo. Me siento bien para seguir compitiendo en un buen nivel. Me pone bien sentir el respeto de mis colegas, porque es lindo que hablen bien de mí aquellos contra quienes compito. Soy un agradecido. Pero lo que más me llena es el equipo. Llegar nuevamente a una final, jugar y ganar.
Tenía 15 años y medio cuando Julio Lamas lo hizo debutar en un partido que Olimpia de Venado Tuerto dominaba a piaccere a Santa Paula (Gálvez). ¿Qué recuerda de aquel 10 de diciembre de 1993? “Que no esperaba llegar a jugar, pero se dio y era todo nerviosismo. Querés hacer todo bien y no te sale una”, responde.
-¿Cómo fue el paso a ser “jugador franquicia”?
-De ser juvenil pasé a ser un jugador de rol defensivo y cuando volví del mal paso por España, la temporada en Obras me preparó para el click que fue Ben Hur, donde comencé a tener un rol protagónico y no me quedé con lo que tenía.
-¿Cómo explicás el sello de tus triples? ¿Cuánto trabajaste ese tiro?
-Copié los hábitos de compañeros mayores como Marcelo (Milanesio) y Pichi (Campana), modifiqué el tiro, pero todo es cuestión de repetición para cambiar lo que hacés mal y mejorar.
-¿Qué tiro te gusta más?
-Me gusta salir de una cortina en el poste para tirar desde el eje central y me gustan los tiros a 45 grados. Son los que más prefiero. Aunque la verdad es que me gusta tirarla de cualquier forma (risas). Al principio la inconsciencia te lleva a cometer errores, pero con el tiempo pude ponerme en un lugar y hasta ser el señuelo para que en la jugada tire un compañero.Tantos años de ruta lo hicieron experto en viajes en micros. “Antes dormía lo máximo posible. Ahora con la tablet miro películas o series -cuenta-. El último mes de la temporada ya no querés ver a nadie. Ni te querés ver a vos mismo”. Menos quieren ver los rivales a Leonardo Gutiérrez, el hombre del triple. Un ejemplo de vigencia.
CLARIN