La vida de un soldado más allá de la guerra

La vida de un soldado más allá de la guerra

Es la dinámica de la guerra como objeto de estudio. La acción y la violencia de la realidad y sus consecuencias, a través de un personaje. Esa es la apuesta de El francotirador, que se estrenó a mediados de enero en la Argentina. Es lo que Clint Eastwood, con todos los recursos de su vasta experiencia, hace en esta película: cuenta la historia del soldado de los equipos especiales Chris Kyle, apodado por sus enemigos como el “Satán de Ramadi”, considerado el francotirador con mayor número de víctimas mortales de la historia militar norteamericana: 255 contabilizadas, aunque el Pentágono –vayan a saber por qué– sólo le adjudica de forma oficial 150. La historia de Kyle, publicada en forma de autobiografía, fue un éxito editorial en los Estados Unidos, así que no es raro que fuese adaptada a la gran pantalla.
En la mano de Clint Eastwood la narración se centra en el héroe de guerra, sin escatimar en claroscuros de índole familiar, y la construcción de una ficción bélica no exenta de coqueteos con el western –el leit motiv de la película es el duelo entre Kyle y su némesis: un francotirador iraquí que asesina a buena parte de sus compañeros–. Su precisión milimétrica salva incontables vidas en el campo de batalla y, a medida que se extienden sus valientes hazañas, se gana el apodo de “Leyenda”.
Sin embargo, su reputación también crece detrás de las líneas enemigas, de manera que ponen precio a su cabeza y se convierte en objetivo prioritario de los insurgentes. Al mismo tiempo también se está enfrentando a otra batalla en casa: ser un buen marido de Taya (Siena Miller) y un buen padre desde el otro lado del mundo.
Para encarnar al personaje, el director eligió al actor de cuarenta años Bradley Cooper (conocido por películas como Qué paso Ayer de 2009, Los rompebodas de 2005, y por sus nominaciones al Oscar por El lado luminoso de la vida de 2012 y Escándalo Americano de 2013, como actor principal y de reparto, respectivamente). Y en el papel de su esposa, a la bella de Sienna Miller, que participó en películas tales como Factory Girl (2006), interpretando a Edie Sedgwick en La fábrica de Andy Warhol; Interview (2007) dirigida por Steve Buscemi, y que este año tiene la particularidad que actúa en otro film nominado a mejor película: Foxcatcher. Para ambos es la primera vez que trabajan bajo el mando del director de películas de la factura artística de Un mundo perfecto (1993) o de Los puentes de Madison (1994), Río Místico (2003) y Million Dollar Baby (2006), entre otras. Para ambos actores ese fue le mayor desafío más allá de representar en esta ocasión una historia públicamente conocida.
– Bradley, además de actor sos productor de esta película. ¿Porque quisiste que Clint Eastwood dirija el film?
Bradley Cooper: –Es una pregunta fácil de responder. Creo que hizo una de las mejores películas de la historia: Los imperdonables. Además es perfecto para este tipo de películas, con un protagonista tan fuerte. De hecho, una vez el propio Chris Kyle admitió que si tenía que elegir un director para contar su vida, elegía a Clint Eastwood. Sólo le cumplimos ese deseo .
–¿Cuál es el mensaje central que se quiere transmitir?
Sienna Miller: –Por un lado, las dificultades de las familias de los soldados, la dureza de su trabajo, y sobre todo la historia de esta familia por sobrevivir ante su realidad. Fue realmente difícil hacer una película con tanta la verdad, porque todo lo que nosotros actuamos ellos lo vivieron en la realidad. Fue difícil, triste y por suerte tuvimos un gran director, junto a la ayuda de la esposa de Chris, Taya que se abrió completamente para contar su historia
BC: –Para mí, siempre las películas tienen una finalidad, que es que el que la vea trate de entender lo que le pasó al protagonista, se sienta identificado o al menos sienta cierta empatía con lo que les pasa a los personajes. En este caso, él era un soldado que tuvo que renunciar para no perder a su familia, pero eso le generaba conflictos internos, ya que la guerra no se deja atrás fácilmente. Chris ideó una forma de seguir en servicio luego de cuatro incursiones en el campo de batalla. Eso es algo que tratamos de transmitir: su doloroso proceso interno tras tan traumáticas vivencias, de eso se trata esta película, de mostrar la vida de este soldado. No es una película política en absoluto. Es una película sobre un hombre, es un perfil de un personaje que fue real. Pero, de nuevo, como he dicho antes, la esperanza es que se puede de alguna manera tener los ojos abiertos a la lucha interna de un soldado, más allá de la guerra.
–¿Cómo fue trabajar con Clint?
SM: –Cada momento con él es una experiencia y un recuerdo. No podía creer que iba estar alguna vez con él, y mucho menos hacer una película. Y encontré que es el más relajado ser humano que te puedas imaginar.Increíble. Él me enseñó muchísimo. Mi proceso de actuación puede ser muy duro y realmente puedo agonizar por cosas y complicarlo todo. Y él me agarraba y me decía, ‘Sólo tienes que decirlo así’. Y lo hacía. Todo el rodaje fue una lección de actuación increíble. Realmente lo fue.
BC: –El es muy curioso, como un niño pequeño. Eso lo hace adorable y a la vez te hace preguntarte a ti mismo el porqué de cada cosa. Es un ícono del cine pero a la vez es tan sensible y buena persona que hace todo más amable para todos
–¿Cómo fue el trabajo entre ustedes?
BC: –Era la primera vez que trabajábamos juntos. Ella se entrega por completo al trabajo y tiene cero vanidad, fue un honor. Te das cuenta lo que es con sólo hablar dos minutos con ella, es una apasionada. Fue una suerte tenerla en el equipo.
SM: –Sí. Para mí trabajar con él fue una de las experiencias más creativas y esclarecedoras que tuve en mi vida. Estar alrededor de Bradley actuando es un privilegio. Era Chris Kyle. Era él en realidad. Y es sorprendente, porque somos tan buenos amigos ahora, pero realmente conocí a Chris antes de conocer a Bradley. Hubo un momento, tres semanas y media después de terminar el rodaje, cuando me llamó y me dijo, ‘Hey’ . Y era él. En cierto modo tuve que volver a conocer a esta persona. Quiero decir que encarna completamente a este hombre y era simplemente extraordinario ver su enfoque y dedicación. No se puede creer que es el mismo de Qué pasó ayer (risas). Siempre fui una gran fan. Él tiene el carisma de una estrella de cine, pero es un actor de carácter de primer orden y haber compartido set fue un honor.
–¿Cómo lograron la intimidad que se necesita para interpretar a un matrimonio?
BC: –No ensayamos mucho, no es el estilo de Clint. Pero creo que trabajar con la esposa de Chris, Taya, nos ayudó a entender la dinámica de su pareja. Vimos videos, fotos, hasta leímos cartas y los e–mails que se enviaron durante los viajes. Esa intimidad fue un regalo, es lo que cualquier actor sueña. Fue un verdadero privilegio.
SM: –Taya realmente se abrió a nosotros y nos contó todo lo que necesitábamos. Es una cosa extraña interpretar a alguien que está vivo, pero de alguna manera cuando la conocí, yo no sé por qué, creo que Bradley y Clint vieron que energéticamente había algo que nos unía con Taya, y aprovechamos eso. Desde el primer momento en que nos hablamos por teléfono, sentí que la conocía desde siempre. Me siento como si fuera mi hermana. Conocí a sus padres, y todo (risas) No puede explicarlo. Siento que la conozco muy bien, probablemente porque yo la estudié intensamente. Pero esa confianza que se creó me ayudó a ser ella y a manejarme como si Bradley fuera realmente Chris. Creo que se ve eso en la pantalla.
TIEMPO ARGENTINO