Ricardo Rezza: “Vamos a intentar compensar la diferencia lógica que hay con los mejores”

Ricardo Rezza: “Vamos a intentar compensar la diferencia lógica que hay con los mejores”

Por Patricio Insúa
Uno de los elementos distintivos del reciente torneo de primera división fue la fuerte impronta dada por una joven generación de entrenadores. A contramano de esa tendencia, a los 66 años y tras 15 sin dirigir en la máxima categoría, Ricardo Rezza se prepara para un nuevo desafío. Motivado como el primer día en que se puso el buzo de entrenador. Con mucho para dar en Temperley, club en el que ascendió de la primera B a la B Nacional y desde el cual también saltó al fútbol grande. “Lo único que me diferencia de los entrenadores más jóvenes es que yo ya no puedo patearles a los arqueros ni jugar al fútbol tenis”, comenta con una sonrisa.
Como no podía ser de otra manera, Temperley le renovó la confianza al conductor con el que consiguió dos ascensos en menos de seis meses para volver al círculo privilegiado después de casi tres décadas. El DT y la institución rubricaron un nuevo vínculo contractual por un año más de trabajo y de disfrute de su profesión. “Es difícil que pueda encontrar un club en el que me sienta mejor que acá”, asegura.
“En el fútbol son más los malos momentos que los buenos, por eso hay que aprovechar y disfrutar de este gran presente después de todo lo que se consiguió.” El Celeste debutará ante Banfield, un vecino, y luego enfrentará a Boca, en su estreno de local, y a Racing, el campeón.

¿Imaginaba volver a dirigir en primera?
La verdad que no. Nunca me detuve en esa circunstancia, sino en la búsqueda de asumir proyectos que me interesasen. El fútbol te tiene, algunas veces, en un lugar y otras en uno distinto, más arriba o más abajo. Pero sí, estoy muy contento con volver a dirigir en primera, lo siento como un premio a lo que hemos hecho, porque es algo que llega como consecuencia del trabajo. Fue un año excelente, con dos ascensos, algo muy difícil de conseguir.

¿Cuánto cambió usted como entrenador en relación con su última experiencia en primera, en 1999 con Belgrano?
Mucho, sin dudas; si no hubiese cambiado hoy no estaría acá. El fútbol se modifica a lo largo del tiempo, evoluciona, y los entrenadores también cambiamos, por eso hay que adaptarse. Siempre me mantuve actualizado y con la preocupación de viajar y asistir a cursos cuando no me tocaba dirigir; más la tarea habitual de ver mucho fútbol.

¿El salto de categoría implica la necesidad de jugar de otra manera?
Es necesario acomodarse a la hora de armar los planteos. Se puede mantener el mismo estilo, pero con variantes; como, por ejemplo, a partir de la misma idea parar al equipo 20 metros más atrás o 20 más adelante, o como ante determinadas circunstancias disponer de tres mediocampistas o cuatro.

¿Cuál es la mayor diferencia?
Sin dudas, la velocidad. Es el principal factor a resolver de cara a la adaptación a la primera división. Hay que ver cómo competir a esa velocidad, cómo anulársela al adversario y cómo desarrollar la propia. Los equipos nuevos y los futbolistas sin experiencia en esta categoría tienen por delante el desafío de emparejar la velocidad.

¿Y cómo se compite contra equipos mucho más poderosos?
Fundamentalmente a partir de dos cosas: tener una preparación física y táctica igual o mejor que la de esos equipos y afianzar un sistema de juego ordenado, cumpliéndolo a rajatabla. Eso, más la concentración necesaria para no cometer errores graves y la inteligencia para no sufrir expulsiones sin sentido, es lo que nos va a permitir competir.

Pero la jerarquía de los jugadores también marca diferencias.
Sí, pero es más probable que vos puedas contrarrestar el talento de un jugador que sabe sacarse dos jugadores de encima con una gambeta si estás muy bien físicamente y sos tácticamente aplicado para reducir espacios con tus compañeros. De esa manera, con trabajo, vamos a intentar compensar la diferencia lógica que hay con los mejores.

¿Proyecta muchos cambios en el plantel?
Mi idea es mantener la base de este año, pero necesitamos tener gente experimentada. Hay muchachos que no van a seguir y otros que tendrán que llegar. Necesitamos ocupar seis o siete lugares en todas las líneas; en este sentido, tenemos que estar muy seguros de los futbolistas a contratar para lo que se viene.

¿Cómo imagina que se desarrollará un torneo con la particularidad de que participen 30 equipos todos contra todos?
Seguramente va a haber una tabla partida, en la que arriba estarán los que peleen por el título y las clasificaciones a las copas internacionales y en la otra los que busquen mantener la categoría. Nosotros vamos a estar en ese segundo lote, nuestra pelea será por la permanencia. Sabemos que vamos a tener uno de los presupuestos más bajos de la categoría, pero confiamos en estar bien en esa pelea que vamos a tener contra los equipos que comienzan el torneo con nuestras mismas aspiraciones.
LA NACION