06 Jan La sonrisa perfecta, más deseada y cada vez más cara
Por Graciela Gioberchio
Cada vez más gente quiere tener dientes parejos y blancos. Pero claro, la búsqueda de la sonrisa perfecta no es accesible para cualquier bolsillo. Lejos de la cobertura de las obras sociales y prepagas –sólo los planes más altos incluyen reintegros con topes–, reemplazar una pieza faltante, por ejemplo, cuesta, en promedio, unos 7.000 pesos. Lo cierto es que por salud y por estética, la demanda de los tratamientos dentales en el país no para de crecer.
Los blanqueamientos, las carillas –para devolver la forma de dientes gastados o rotos– y la ortodoncia son el boom de los últimos cinco años y, según apuntan odontólogos consultados por Clarín, los pedidos suben entre 30% y 40% cada año. También los implantes tienen una demanda sostenida. ¿Cuánto cuesta una sonrisa perfecta? Es difícil de precisar, porque cada paciente tiene sus necesidades. Y además porque en el mercado hay mucha oferta y los costos son muy dispares, de acuerdo a la calidad de los materiales que son importados y también de la trayectoria del profesional.
Un caso en el que el paciente no tiene caries ni enfermedades en las encías y requiere un implante y una corona, alinear sus dientes con un tratamiento de ortodoncia de última tecnología que casi no se ve, y un blanqueamiento, llega en promedio a no menos de 40.000 pesos, un monto que se paga a lo largo de los casi dos años que llevan realizar todos los procedimientos.
Los implantes –sustitutos artificiales de la raíz de un diente perdido– arrancan en 4.000 pesos cada uno, al igual que las coronas (de porcelana sobre metal, las que son todas de porcelana trepan a 6.000 pesos).
Las ortodoncias convencionales (brackets metálicos o blancos) cuestan 15.000 pesos (dependen del material, de la cantidad de dientes que hay que alinear y del tiempo que se usará) y las lingüales (que se colocan detrás de los dientes) salen 20.000 pesos. Las más novedosas, destinadas a adultos y que casi no se ven, cuestan 15.000 pesos para cada maxilar.
A su vez, cada carilla cuesta 4.000 pesos y los tratamientos de blanqueamiento (levanta uno o dos tonos el color, se inicia en el consultorio con luz halógena, y se complementa luego ambulatoriamente con gel de perióxido de hidrógeno) arrancan en los 3.000 pesos. Por eso, muchos consultorios ya están ofreciendo planes de financiación que se acuerdan directamente con los odontólogos, ya que con las tarjetas de crédito se encarecen mucho las cuotas por los intereses que cobran.
En ortodoncias, por ejemplo, los precios varían según la cantidad de dientes que hay que alinear y en ese sentido también cambia la duración del tratamiento, que puede ir de un año y medio a tres años y medio en el caso de los más complicados.
Otra variable son los materiales: los hay de origen estadounidense, alemán, brasileño y últimamente chinos que, según la opinión de algunos especialistas, al poco tiempo pierden memoria, es decir que se vuelven a la posición inicial y dejan de cumplir la función que se necesita.
Por su alto costo, estos tratamientos de alta gama son prohibitivos para muchos argentinos. Pero la demanda crece fuerte con la ayuda de visitantes extranjeros. En el mercado se estima que los viajeros representan el 10% de quienes se realizan este tipo de procedimientos en el país.
“Las técnicas de estética dental son muy nuevas. Hace cincos años no se tenía el conocimiento que se tiene hoy. Y empezaron a aparecer en campañas publicitarias, algo que actualmente sigue teniendo una fuerte presencia”, comenta Gonzalo Gianera, de Consultorio Odontológico Doctores Gianera.Con famosos como Susana Giménez o Luciana Salazar que en los medios se han convertido en los emblemas de los dientes súperblancos, la demanda creció aún más.
“Una de las vedettes de la estética de hoy son la carillas de porcelana”, coinciden los especialistas consultados. En el mercado también se ofrecen de resina, pero son de menor calidad y duración. Actualmente también existe un programa de diseño digital de la sonrisa (DSD) por el cual, junto con el paciente, el odontólogo puede ver y diseñar cómo va a quedar la sonrisa antes de aplicar los tratamientos. Eso sí, la clave del éxito de la nueva sonrisa es que se vea natural.
“En ortodoncia, por ejemplo, además de los tratamientos conservadores, hoy se puede corregir la posición de los dientes sin brackets con una serie de placas alineadoras”, apunta la odontóloga Gabriela La Valle, que trabaja con el sistema de alineación estética dental KeepSmiling. “Es casi invisible –dice– y usa placas alineadoras removibles, transparentes y 100% libres de metal. El método, destinado a pacientes adultos, se usa en Estados Unidos y Europa hace más de una década, y llegó a la Argentina en 2009”.
Ante tanta oferta que hay en el mercado, y para evitar inconvenientes, los especialistas consultados por este diario recomiendan elegir profesionales que estén relacionados con asociaciones e instituciones de profesionales odontólogos.
CLARIN