06 Jan La mayoría dice que se cuida, pero ignora cuáles son sus riesgos
Por Fabiola Czubaj
Si uno de los resultados de una encuesta realizada en las principales ciudades del país fuera verdad, los argentinos seríamos un ejemplo por seguir: 7 de cada 10 dicen que cuidan su salud y que conocen qué enfermedades podrían padecer por su estilo de vida.
Pero bastan unas pocas preguntas para indagar más a fondo sobre esa percepción del estado de salud y los riesgos propios como para empezar a notar algunas contradicciones o errores por desinformación. “Lo interesante es ver cómo las personas que dicen que menos se cuidan o que, directamente, no se ocupan de mantenerse sanas son las que más desconocimiento tienen sobre las enfermedades”, explicó el licenciado Lucas Klobovs, director de Proyectos de Ipsos-Mora y Araujo, que realizó la encuesta en ocho ciudades del país.
La mayoría de los que admiten que “no se ocupan nada” de su salud tienen entre 18 y 29 años, mientras que los que responden que “se ocupan poco” tienen entre 30 y 44 años. Los que dicen que más cuidan su salud son el grupo de entre 60 y 75 años, pero esa respuesta es una tendencia que crece con la edad. La tendencia inversa ocurre entre los que se ocupan poco o nada de “mantenerse sanos”.
A esta primera pregunta, los mil encuestados de entre 18 y 75 años podían dar dos respuestas, la esperable o lógica, y la real. “Y la mayoría, el 74%, optó por lo que debería ser, que es mantenerse sano, pero al indagar cada vez más observamos que empiezan a surgir algunas contradicciones, ya que el 55% ignora qué enfermedades podría padecer por su estilo de vida o asegura que no desarrollaría ninguna de las enfermedades más comunes en nuestra población o en las que la herencia familiar tiene gran influencia, sin incluir las infecciones de transmisión sexual”, agregó Klobovs, responsable del relevamiento, realizado a pedido de la empresa Mapfre (el margen de error es de +/- 3%).
Para poder evaluar la percepción del estilo de vida individual y los riesgos de desarrollar o no determinadas enfermedades, a cada participante se le mostró un listado de los males más frecuentes, como el infarto cardíaco, el accidente cerebrovascular, el cáncer, la diabetes o la insuficiencia renal crónica. Los encuestados podían incluir otras posibilidades y, aun así, eso no ocurrió, excepto por el trasplante de órganos que mencionó el 1 por ciento. La infección por VIH la mencionó una sola persona.
EL PESO DE LA “HERENCIA”
El 41% de los participantes tenía un familiar directo con una enfermedad, ya sean las mencionadas u otras. Ese grupo tendía a ser algo más consciente de que podría desarrollar una enfermedad, pero principalmente por la herencia y no tanto por su estilo de vida y sus factores de riesgo, si los tenían. En el 54% restante, la proporción de participantes que dice que no desarrollaría ninguna enfermedad alcanzó el 47 por ciento.
“La gente sabe si come mucha sal, es sedentaria o tiene sobrepeso y se podría asumir, con la información disponible actualmente, que se está ocupando -indicó Klobovs-. Evidentemente, el 74% de la población adulta de las principales ciudades del país tiene una mirada interna positiva de su estado de salud y no asume la existencia de un riesgo objetivo o sobrestima su situación. Nos sorprendió mucho que un número tan alto diga que se ocupa de estar sano.”
La encuesta, que se realizó con entrevistas personales en el hogar de los participantes, se hizo en la ciudad de Buenos Aires, el Gran Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Mendoza, Tucumán, Neuquén y Mar del Plata.
INFORMARSE PARA ACTUAR
Dos especialistas que no participaron en este relevamiento coincidieron en que, en general, no todos se cuidan como deberían ni conocen a qué están expuestos sólo hasta que algo grave ocurre. “Cuando alguien dice que se cuida, la pregunta es si se controla la presión y los niveles de azúcar en sangre (glucemia), que son dos factores de riesgo importantes de varias enfermedades”, indicó el doctor Guillermo Rosa Diez, jefe del Servicio de Nefrología del Hospital Italiano.
Para cuidar la salud renal, por ejemplo, es fundamental realizarse el análisis de orina convencional (revela la presencia de proteínas y si hay glóbulos rojos o no para determinar si el riñón está o no enfermo) y determinar la creatinina en sangre con un análisis de laboratorio para saber cómo está la función de filtrado del riñón. “No ser hipertenso y diabético es cuidarse los riñones”, sostuvo Rosa Diez, que también preside la Asociación Nefrológica de Buenos Aires, regional de la Sociedad Argentina de Nefrología que pasado mañana organizará las actividades de concientización y prevención para conmemorar el Día Mundial del Riñón.
El abuso de los antiinflamatorios, que son de venta libre y no siempre están indicados para lo que son más útiles, daña los riñones y los hace sensibles a la deshidratación, lo que puede provocar insuficiencia renal aguda, por ejemplo. Y ese abuso es frecuente en nuestra sociedad.
“No todo el mundo se cuida como debe ni tampoco conoce las condiciones que debe cumplir para cuidarse -aseguró el doctor Oscar Oseroff, jefe de Electrofisiología de la Clínica Bazterrica y cardiólogo del hospital Castex-. La interpretación de la información no es uniforme y no se toma conciencia real (de los riesgos) hasta que surge un problema. Y, cuando es serio, es fundamental recibir la información correcta para cuidarse.”
Comentó que hay factores de riesgo que son muy perjudiciales, como la hipertensión, la diabetes, el sedentarismo, el colesterol elevado o la obesidad, que la gente ignora que las tiene hasta que se vuelven un asunto serio. “No tiene conciencia clara de cómo manejarlos”, dijo Oseroff, que está de acuerdo con la difusión de recursos de prevención vía Internet, por ejemplo, como el simulador que desarrolló la Fundación Medtronic para aprender a asistir a una persona con un paro cardíaco súbito ( www.heartrescuenow.com/es ). “Informarse adecuadamente ayuda a cuidar la salud propia y a asistir a los demás.”
LA NACION