Hombres de zapatos sin medias y hawaianas

Hombres de zapatos sin medias y hawaianas

Por Luis Corbacho
“Es el momento perfecto para perderle el miedo al verano. Mucha gente dice que no se puede tener estilo –o dignidad, yendo más lejos– cuando hace calor, y ya vemos que sí. No hace falta irse al Soho o el Marais; en Buenos Aires ya muchos hombres optaron por las ermudas de denim, por ejemplo, en equipos más formales. La clave está en el mix & match: si usás un ítem muy sport, llevalo con otros un poco más elegantes. Estar relajado es lo más chic”.
La introducción es de Florencia Brunetto, ex redactora de Harper´s Bazahar y actual coordinadora de comunicación en Vitamina / Uma y, ante todo, eximia fashionista que conoce a la perfección el universo de las tendencias. Con esta definición, marca el panorama del dress code masculino de verano: ajo una com inación justa y adecuada, el vale todo es la nueva regla.

Los cortos, everywhere
Es un hecho: hace un par de años, asistir con pantalones cortos a un evento era un pecado capital que podía ser penado con la prohi ición del ingreso a la fiesta en cuestión. Hoy las cosas cam iaron y las ermudas dejaron de ser un complemento playero o de fin de semana para convertirse en protagonistas de cócteles y vernisagges. Com inadas con lazers formales, camisas elegantes, ow ties y mocasines de cuero (sin medias, claro está), funcionan perfectamente para una velada calurosa.
Al igual que los pantalones convertidos en pescador, se llevan arremangadas y en algunos casos incluyen un forro de otro estampado para que se destaque el revés. En Buenos Aires se las suele ver cada vez más seguido, y fueron varios los audaces que se animaron a vestirlas en el exclusivo Sunset Sessions de los jardines del Four Seasons, una cita o ligada para cualquier socialité porteño. Es que los pantalones cortos son prácticamente la única forma que tiene un hom re de luchar de una manera decidida contra el calor, y con el nuevo twist de elegancia que los fashionistas empedernidos han sa ido darles van casi con todo. ¿La prue a más extrema? Pharrel en la última entrega de los Oscar vestido con smoking y… ¡bermudas!

Estilo a sus pies
El calzado oscuro con medias azules o negras ien finitas para aplacar el calor dejó de ser un ítem o ligatorio a la hora del dress up masculino eventero. Los zapatos a otinados y mocasines sin medias son la vedette del verano, mientras que las zapatillas deportivas con invisi les medias ah doc súper cortas ganan terreno en cualquier ocasión.
¿Quién se hubiera imaginado hace un par de temporadas al PR Wally Diamante como host de uno de sus topísimos ágapes montado en unas Nike Air amarillo flúo? La moda, caprichosa, sentencia que esto se lleva y los hom res no temen calzarse las llantas coloridas con jeans chupines para asistir, por ejemplo, a un cóctel de Aperol Spritz en los elegantes jardines del Palacio Duhau. “El zapato sin media –un dolor de pies asegurado– es un claro síntoma de la preocupación de los hom res por su apariencia. El próximo paso, creo yo, será reemplazar la ojota por la sandalia. Ya hay emprendimientos de estas últimas para hom res (como Masklo), y auguro que van a pegar pronto”, resume Florencia Brunetto.

El vale todo
“Hoy los hombres se permiten divertirse y ser más creativos con la ropa. Ya no hay cosas que estén ien o mal, sino que depende la onda de cada uno”, sentencia Nicolás Cúneo, ícono del diseño masculino y factótum de Key Biscayne.
Cúneo asegura que en las fiestas vale todo: ermudas, moño, tiradores y hasta zapatillas, siempre priorizando la comodidad el look. “El moño, por ejemplo, todavía no reemplaza a la cor ata, pero tiene más protagonismo que hace algunos años. A arca desde la línea elegante hasta líneas ur anas clásicas y rockeras. Ahora los hom res se animan más a usar estos accesorios y así salir de la clásica imagen del am o y la cor ata. Hoy vale todo. depende cómo lo lleves”, define. En este vale todo perdió impulso rápidamente el pañuelo, que duró poco al dar un look un poco… viejo.

Un kitsch reloaded
Cuando estas camisas fueron descu iertas, algún genio del marketing con cuestiona le sentido estético pensó: “Hawai es un paraíso exótico y sus ha itantes se reconocen por llevar estas camisas. Entonces, cualquiera que se ponga una se sentirá como en Hawai; es decir, en el paraíso”. Esta prenda, tam ién conocida como camisa aloha, traspasó las arreras del resort all inclusive y las despedidas de soltero para instalarse en el vestidor ur ano de manera, asumimos, transitoria. Desde las grandes pasarelas como Dolce & Ga ana hasta las tiendas departamentales low cost como Forever 21 (donde estos modelitos estallan en los percheros por menos de 25 dólares) la hawaiana reversionada se vende en corte slim fit con las mangas siempre adheridas a la circunferencia del ícep –consejo de estilista: jamás usar una camisa de mangas anchas en razos flacos que dé sensación de voladito. En cuanto al estampado, los motivos de palmeras y olas son algo más pop y pequeños que en las tradicionales alohas e incorporan gráficos frutales, el último alarido de la moda. A la hora de usarlas para un evento, la revista CQ España recomienda: “Com inarlas con náuticos, zapatillas o –gran aporte hispánico a la moda mundial– alpargatas. No descartar llevarla con una camiseta por de ajo y siempre rematarlas con unas uenas gafas de sol (preferentemente modelo retro años 50)”.

Sólo para audaces
En la última fiesta #Antiferiado del año, organizada por Campari, el 70% de los hom res lleva a un pantalón largo de vestir con corte achupinado y prints camuflados, florales y hasta selváticos en clave jungle. El Burgués lidera este segmento con diseños únicos, aunque en Garçon García presentó geniales propuestas en su colección de verano. “Si en temporadas anteriores la locura del estampado llegó a los tops inundándolos de infinidad de posi ilidades con rayas, cuadros, psicodelias y prints tropicales, esta vez lo hace so re los pantalones, lo que dará como resultado looks en los que se mezclan estampados en explosión de color que alegran la época veraniega”, reza la revista L´Uomo Vogue. Durante muchos años, los hom res fueron condenados a la so riedad de la moda. Eso comenzó a cam iar hace poco menos de una década, cuando el hom re clásico decidió que tenía que dejar de lado la seriedad a soluta. Al mismo tiempo comenzaron a ganar espacio los looks de grupos más contraculturales que se volvieron masivos. La foto de la escena que encontramos hoy en cualquier fiesta de personas de entre 30 y 45 años es muy diferente a la de hace 20 años: los hom res dejaron de ser meros acompañantes.
LA NACION