Ciencia 2014: Rosetta, lo mejor; la reacción ante el ébola, lo peor

Ciencia 2014: Rosetta, lo mejor; la reacción ante el ébola, lo peor

La llegada de la sonda espacial de la misión Rosetta a un cometa es el logro científico más destacado del 2014, según la revista Science. Como todos los fines de año, la publicación especializada en ciencia, seleccionó los 10 avances científicos del año y en el primer lugar ubicó Rosetta, la primera misión que consiguió situarse alrededor de un cometa, como el avance del año por haber “capturado la imaginación del público con imágenes transmitidas desde más allá de Marte” y porque “abre una nueva era de la ciencia de los cometas”. Los datos de la sonda aportarán nueva información sobre el surgimiento y el desarrollo de estos cometas.
El segundo aporte más significatico del año estuvo a cargo del equipo liderado por el médico Susumu Tonegawa, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Estados Unidos. Durante la investigación, los científicos lograron reescribir los recuerdos de varios ratones, transformando sus traumas en memorias agradables, mediante la optogenética. El proceso de la revolucionaria técnica consistió en introducir genes de algas sensibles a la luz en los grupos de neuronas que almacenan los recuerdos y que fueron capaz de encender y apagar a voluntad las células cerebrales mediante una luz láser. “Ahora podemos acceder al interior del cerebro y manipularlo para cambiar el comportamiento asociado a un recuerdo sin usar medicamentos. No se utiliza ninguna sustancia química. Esto representa una nueva vía para la psicoterapia en el futuro”, sostuvo por su parte Roger Redondo, coautor del estudio.
El hallazgo paleontológico del año se ubicó el tercer lugar y fue para el equipo liderado por el arqueólogo Maxime Aubert, de la Universidad Griffith de Australia. Los investigadores hicieron el cálculo correcto de la antiguedad de unas pinturas presentes en las cuevas de Maros, en la isla indonesia de Sulawesi. Se creía que fueron realizadas hace más de 10.000 años, pero en realidad tenían entre 35.000 y 40.000 años, lo que apunta a que los humanos en Asia produjeron arte simbólico a la par que los europeos.
La ampliación del alfabeto genético con que está escrito el ADN fue otro de los descubrimientos del año para la revista Science. Científicos de un laboratorio del Instituto de Investigación Scripps (Estados Unidos) crearon dos nuevas letras artificiales, bautizadas X e Y, y las han insertado en el ADN de una bacteria, la Escherichia coli. El hallazgo puede ser de gran ayuda para la creación de bacterias artificiales capaces de sintetizar medicinas o de fabricar combustibles.
Los pequeños satélites conocidos como “Cubesats”, fue otro de los grandes avances científicos. Estos pequeños satélites de 10 centímetros de lado tienen una tecnología que posibilita, con una buena resolución, la monitorización de la desforestación y los cambios en los cursos de los ríos. En el área de la tecnología, la publicación también destacó los logros de los robots en los proyectos de investigación sin supervisión humana. Un estudio de la Universidad de Harvard se inspiró en las termitas para conseguir que unos robots, apodados Termes, levantaran estructuras estables, como pirámides, torres y castillos, a partir de unas instrucciones muy básicas.
Science también destacó la obtención de células que producen insulina a partir de células madre humanas, un avance que puede abrir la vía hacia una cura para la diabetes, y un estudio que demostró que los dinosaurios no se extinguieron, sino que evolucionaron, y dieron lugar a las aves.
La revista “Science” eligió también la reacción global al brote de ébola en África Occidental como el fracaso científico del año. “Tras el primer caso en diciembre de 2013, costó tres meses para que los responsables sanitarios se dieran cuenta de que había un brote de ébola en curso”, recuerdan los editores de la revista. Médicos Sin Fronteras alertó de la magnitud de la epidemia el 31 de marzo, pero “se le prestó poca atención hasta que dos trabajadores sanitarios americanos se infectaron a finales de julio”.

Fuente: CLARÍN