Actividad física: las excusas más locas para no hacer ejercicio

Actividad física: las excusas más locas para no hacer ejercicio

Por Fabiola Czubaj
Considerarse dueño del mejor pretexto para no ponerse las zapatillas y salir a mover el cuerpo por lo menos 30 minutos por día es subestimar la creatividad de los argentinos. Un equipo de alumnas de la UBA indagó cuáles son las excusas más comunes para no hacer actividad física entre los adultos y obtuvo las respuestas más extrañas.
El listado de los 50 pretextos que reunieron a través de una consulta simple entre amigos, familiares, conocidos y otros interesados en participar a través de las redes sociales incluyó desde las condiciones climáticas hasta la astrología. Finalmente, el equipo de Vanina Caudulo, Nayla Ramírez, Marianela Aispuru y Jesica Rychter, que están por terminar la carrera de Comunicación Social, eliminó coincidencias en las respuestas y descartó las referidas al trabajo y el estudio entre 400 seguidores.
Con esa información, elaboró un decálogo de puras excusas que van desde la percepción de cómo está el tiempo (“Hace un poco de frío” o “Parece que va a llover”), los compromisos impostergables (“Quedé en cenar con un amigo”, “Me quedé ordenando el departamento” o “Tengo que pasar de nivel en el juego”), las adversidades (“Tengo la bici un poco desinflada”, “Mi cuerpo no está anatómicamente preparado” o “Me cansa cambiarme de ropa para ir al gym”) o, simplemente, la excusa astrológica (“No se alinearon los planetas”).
Para otros, el partido del fin de semana (¡y hasta el Mundial!) puede cubrir la cuota semanal de movimiento. Y, como era de esperar, no faltó un pretexto que comparten el ejercicio y la dieta: “Mejor arranco el lunes”.
Luego, el equipo diseñó una campaña de bien público para incentivar la actividad física en, justamente, quienes ponen excusas todo el tiempo para no salir a dar un par de vueltas a la manzana, subirse a la bicicleta, ponerse los rollers o ir al gimnasio. Según explicaron a LA NACION, la iniciativa ExcusaCero, que lanzaron la primera semana de este mes por Facebook y Twitter, “propone un encuentro recreativo e interactivo para que las personas derriben sus excusas”.
Para lograrlo, recurren a una estrategia simple con todo el que intenta resistírseles: aprovechar cada tuit a #ExcusaCero o mensaje en su sitio de Facebook para sumar, más a modo de una jugada de truco que una respuesta a un comentario gracioso, una idea de cómo encontrar la manera de hacer actividad física para renovar energías para las actividades diarias y mejorar el ánimo.
“La idea surgió luego de realizar consultas en las redes sociales y detectar que muchas personas crean pretextos para no hacer ejercicio que son ajenos a responsabilidades diarias, como estudiar y trabajar. ExcusaCero surgió para que las personas le sumen ejercicio a sus vidas y les resten sus excusas”, escribieron hace una semana Vanina, Nayla, Marianela y Jesica en un comunicado para difundir la iniciativa y un evento a pleno sol en el parque Rivadavia.

UN SÁBADO MÁS ACTIVO
La cita fue anteayer, a las 15, y el equipo contó con la colaboración de la profesora en educación física María Cecilia Aispuru para elaborar las actividades más recreativas, como el bowling para derribar con una pelota las latas en las que grandes y chicos anotaban sus excusas, o para responder las dudas de curiosos que se acercaban a ver de qué se trataba.
No faltaron los ejercicios tradicionales, como los abdominales sobre colchonetas o los movimientos de pie para los más arriesgados, para fortalecer los músculos de brazos y piernas. “La intervención en el parque fue un éxito”, aseguró Marianela. “Todo salió muy lindo”, amplió Jesica. Familias, jóvenes y adultos mayores se animaron al desafío.
La iniciativa surgió de una consigna de trabajo en la materia Taller Anual de Orientación en Publicidad. “El profesor (Sebastián Saffini) nos pidió que realizáramos un decálogo de excusas y pudimos distinguir tres tipos principales: de postergación, creativas y cuestiones más cotidianas”, explica Jesica sobre una propuesta con la que estas cuatro amigas se sienten representadas por motivos distintos.
“Las que no hacen nada (de ejercicio) en el grupo sirven para generar las excusas”, lanza Nayla espontáneamente, y desata las risas de todas. “Si termina la campaña y logramos que ellas hagan algo de ejercicio, cumplimos con el objetivo”, agrega, y las risas se potencian a coro.
Las cuatro estudian y trabajan, pero Nayla, de 31 años, es la única que hace ejercicio todos los días. En la hora del almuerzo, va todos los días a pilates cerca del trabajo más una o dos veces por semana al gimnasio. “A mí me cambia el día con el ejercicio -asegura-. Me siento más identificada con todos los beneficios del ejercicio, con todo lo que me ayudó pilates. Antes tenía migrañas y ahora tengo menos dolores de cabeza y me duele menos la espalda.” Es analista de bases de datos en una empresa de telefonía celular.
Marianela (31 años), que trabaja en el IRAM, donde aspira a poder trabajar en el área de comunicación cuando se reciba en la facultad, asegura que su excusa de cabecera es “No tengo tiempo” y dice: “Sigo sosteniendo que si con esta campaña no empiezo a hacer ejercicio, no lo hago más”.
Vanina también dice que le falta tiempo. Tiene la misma edad que Nayla y Marianela y trabaja en una empresa de medicina prepaga. “Me falta tiempo. Hacía pilates y tuve que dejar porque no podía organizarme con la facultad.” Jesica es la más “chica” del grupo, como aclaran de inmediato sus amigas. Tiene 26 años, trabaja en una empresa de marketing online y también le falta tiempo. “Cada una está en distintas fases… Es que todas estamos a punto de terminar la carrera”, se excusa.
LA NACION