Los cuentos hasta hoy desconocidos del gran Héctor Germán Oesterheld

Los cuentos hasta hoy desconocidos del gran Héctor Germán Oesterheld

Por Ivana Romero
Permítanme presentarme: soy corresponsal del átomo y del espacio. Sí, no se asombren (…). Así como hay reporteros para la guerra, el deporte, la política, la moda, yo soy reportero de los descubrimientos atómicos, de las conquistas espaciales. Pero entendámonos, yo no escribo solamente sobre los aspectos técnicos o científicos. Mis relatos tratan también de narrar las dudas, las angustias, los terrores de los hombres que, con abdicación total, jugándose la vida o la razón, están haciendo posible el estupendo salto del hombre hacia lo desconocido. Aunque no todo es heroísmo. Porque a donde vaya la humanidad, llevará consigo tanto lo bueno como lo malo de su especie.” Así se presentó Ray García, personaje de la historieta Rumbo a las estrellas publicada en la revista Billiken en 1965. El guión de esa historieta no era de otro que del prolífico Héctor Germán Oesterheld. Y lo que dice García bien se aplica a la visión del propio Oesterheld, a esos universos que construyó a través de El Eternauta pero también, a través de escrituras múltiples que en muchos casos parecían perdidas entre revistas y papeles sueltos, un poco por el tiempo pero en gran medida por el hecho de que Oestherled engrosa desde 1977 la lista de personas desaparecidas por la dictadura. Por suerte, su obra sigue siendo rescatada y reconocida. Y esto es lo que ocurre con Más allá de Gelo.
Durante cinco años, los investigadores Mariano Chinelli y Martín Hadis realizaron una búsqueda minuciosa a partir de manuscritos atesorados por la familia del escritor. Allí encontraron un grupo de hojas que resultó un proyecto de libro que Oesterheld nunca llegó a concretar. A partir de allí Chinelli y Hadis se dedicaron, casi como un trabajo arqueológico, a descifrar manuscritos, a reconstruir textos y borradores, a exhumar guiones. Como resultado, Más allá de Gelo –editado por la Editorial Planeta– presenta por primera vez materiales inéditos o dispersos en revistas. Cada texto está acompañado por una breve introducción, que le permite al lector ser parte de esa pesquisa compleja y fascinante por el mundo de un hombre que comenzó siendo geólogo y terminó siendo guionista de historietas como Sargento Kirk o Bull Rocket, pero también el autor por excelencia de la ciencia ficción escrita en Argentina.
–¿Cómo se inició el trabajo para hacer este libro?
Chinelli: –En 2007 iniciamos una investigación para armar el Archivo Histórico Héctor Germán Oesterheld, que en ese momento dio como resultado una muestra en su homenaje llamada “50/30”; es decir, 50 años de El Eternauta; 30 sin Héctor. La familia Oesterheld nos había brindado acceso a sus manuscritos y materiales. Elsa Sánchez, su viuda, nos contó que rescatar los papeles de Héctor y guardarlos en una valija fue una de las últimas cosas que hizo antes de dejar el chalet de Beccar, donde vivía la familia con las cuatro hijas del matrimonio, también desaparecidas.
Hadis: –Mientras revisábamos esos materiales, apareció un grupo de hojas escritas a máquina que nos llamó la atención. La primera parecía ser un índice; el resto tenía una serie de textos y sinopsis. Estábamos ante un proyecto de libro, que probablemente Héctor haya esbozado a fines de los ’60 o comienzos de los ’70, y que nunca llegó a concretar. Lo que hicimos fue rastrear esa selección original de la que él hablaba: seis cuentos y siete microrrelatos, que él llamaba “supercortos”. Logramos dar con la mayoría de los textos; por ejemplo, esa joya llamada “El diosero” pero a la vez, integramos otros textos que permanecían inéditos, otros que se publicaron hace mucho y fueron olvidados, y un par de relatos que merecían ser reimpresos.
–Cada texto está precedido de un relato donde ustedes cuentan dónde se publicó originalmente, cómo lo encontraron, pero en algunos casos, como en “Dos muertes”, logran dar con la versión final de un cuento que inicialmente eran dos. A eso se suma que en otros casos, como el supercorto “Amor”, lograron descifrar una palabra clave para el relato que lo resignifica.
H: –Nos parecía importante compartir con los lectores el proceso de investigación por el cual dimos con cada texto. O con guiones que no nos consta que se hayan convertido en cuentos pero que igual compartimos por su valor literario. Por eso también al final del libro incluimos una selección de manuscritos. La letra de Héctor a veces era inentendible, pero ahí también había claves para descifrar, como la palabra que redondea el cuento “Amor”. Como sucede en arqueología, muchas veces para entender los documentos era importante el contexto. Por eso también nos ocupamos de mostrar eso.
CH: –La idea del libro es esa: mostrar una faceta no tan conocida de la obra de Héctor y conectar a los lectores que quieren leer sus cuentos, a quienes les gusta la ciencia ficción o a quienes sólo lo conocían por sus historietas. Y a quienes estén interesados en conocer al mejor escritor de ciencia ficción en Argentina.
–Otro elemento interesante es que Oesterheld sitúa sus relatos aquí, con personajes locales.
CH: –Sí, en “Paria espacial”, escrito en 1962, el piloto del relato se llama Rainer Lomas. En una nueva versión de ese cuento, “La cosmonave fantasma”, escrito diez años después, el protagonista deja de tener un nombre extranjero y se transforma en Ramón Cobas, un cosmonauta nacido entre los peñascos de Rinconada, al sur de Jujuy.
H: –En el caso de “Un extraño planeta… planeta… planeta” traza un escenario con paisajes maravillosos y formas extrañas de vida. Probablemente sea resultado de su formación en geología y su extraordinaria imaginación. Pero era un tipo curioso, que leía en varios idiomas, que buscaba revistas científicas de todo el mundo. Para él era muy importante transmitir sus conocimientos. Por eso sus relatos son complejos pero de lectura sencilla. También por eso incluimos pequeñas pastillas de divulgación, donde sigue mostrando su genio y su sentido del humor. Porque él era eso, un autor de ciencia ficción y un divulgador.
-¿Cuáles son las características sobresalientes de su obra?
CH: –En cuentos como “El diosero” llega a un refinamiento poético increíble. En este libro se advierte su interés por el concepto del pasado, el presente, las distintas culturas, las geografías existentes y aquellas por descubrir. Su verdadero tema es la naturaleza humana, la perplejidad de la existencia. Eso lo lleva a escribir textos que pueden resultar aterradores por su capacidad de anticipación. Del futuro de la especie humana y de su propia historia.
H: –”El turista del tiempo” me dejó impresionado. Lo escribió en 1970 y viaja a 1980, pero estaba escribiendo sobre el presente porque habla de computadoras capaces de almacenar el contenido de bibliotecas. Dice que todo el mundo, incluso los más remotos, van a estar conectados por una red de hilos invisibles vía satélite. Dice que podés escuchar a Herodo o Palito Ortega o la Batalla de Cepeda o el último discurso del presidente con sólo apretar un botón. Y que los libros se venden sólo a través de computadoras.
–¿Por qué el título del libro?
CH: –Gelo es una figura recurrente en sus cuentos. A veces es un planeta, una estrella, un satélite.
H: –Esa plasticidad, esa capacidad de imaginación para transformar a Gelo en lo que él deseara tiene su correlato en algo que él escribe cuando desarrolla el concepto de su proyecto de libro. En una página encontramos lo siguiente: “Ningún cuento está incluido porque sí, por su mero valor anecdótico: todos tienen un trasfondo alegórico, todos tratan de decir algo. Y tratan de decirlo de un modo humano, no enrarecido, y ‘nuestro’ (nuestro en el sentido de argentino, no folklórico), que no es el de Bradbury, ni el de Arthur Clarke, ni el de Calvino ni el de ningún otro grande. Solamente eso, nuestro.”
CH: –Creemos que él cita esos grandes para diferenciarse pero también, por admiración. De cada uno de ellos, Héctor (nosotros lo llamamos así, cariñosamente, porque nos pasamos años entre sus cosas) rescata algo y recrea un universo propio. O sea que él también merece su lugar entre esos grandes.
TIEMPO ARGENTINO