Joe Cocker: la voz áspera del rock

Joe Cocker: la voz áspera del rock

Por Sebastián Ramos
Su voz grave y áspera como pocas, sus patillas asomando por el cuello y su cuerpo sacudiéndose arriba del escenario, imitando con sus manos en el aire el punteo de una guitarra. Esa imagen del 17 de agosto de 1969, arriba del escenario de ese festival con destino de leyenda que fue Woodstock, será muy probablemente la más recordada de las cientos de postales y canciones que ha dejado Joe Cocker en la historia del blues, el rock y el soul.
El 24 de diciembre, a los 70 años, “John Robert Cocker falleció después de una dura lucha con el cáncer de pulmón de células pequeñas”, informó oficialmente la compañía discográfica Sony y, enseguida, colegas y fans le rindieron tributo en las redes sociales (ver aparte).
Cocker nació el 20 de mayo de 1944, en Sheffield, Inglaterra, pero ya de joven, y debido al suceso que significó su voz, se mudó a Estados Unidos. En el momento de su muerte, Cocker vivía en Colorado, junto a su segunda esposa, Pam.
Blusero de alma, fueron los Beatles los que le abrieron el camino de una exitosa carrera que se extendió por 50 años. Si bien sobresalió en 1963 como telonero de un grupo de niños llamados The Rolling Stones, su primer simple, en 1964, fue un cover de los cuatro de Liverpool, “I’ll Cry Instead”, y cuatro años más tarde, con su versión de “With A Little Help From My Friends” obtendría su primer número uno y un espacio central en el documental que retrató el sonido de toda una época y una generación: Woodstock.
De allí en más, Cocker se aprovechó de un estilo y una voz que quebraban el aire para recrear canciones de otros y volverlas clásicos. “Delta Lady”, de Leon Russell (quien fue parte de una de sus primeras bandas, The Grease Band); “Unchain My Heart”; “You Are So Beautiful”, o el mismísimo “You Can Leave Your Hat On”, el tema de Randy Newman que regrabó en 1986 para la película 9 semanas y media (aquella que sonaba mientras Kim Bassinger improvisaba un striptease), son algunas de las versiones de las que Cocker se adueñó para siempre. Además de animarse con canciones de Lennon y McCartney, su repertorio incluye registros de temas de Bob Dylan, Jagger y Richards, Bob Marley, Leonard Cohen y Billy Preston, entre muchos otros.
En 1983, por su dueto junto a Jennifer Warnes en el tema “Up Where We Belong”, el cantante ganó un Grammy, y recientemente, en 2007, fue galardonado por su país con la Orden del Imperio Británico por su aporte a la cultura. Su último álbum, Fire It Up, fue editado en 2012. Tres meses atrás, durante un concierto en el Madison Square Garden, Billy Joel adelantó que Cocker “no anda bien de salud en este momento” y pidió públicamente que se lo introdujera en el Salón de la Fama.

CUATRO VISITAS
Aquí su vozarrón es recordado por más de una generación de argentinos, ya que fue uno de los primeros artistas internacionales de renombre que en la década del 70 llegaron hasta estas tierras: en 1977, en plena dictadura, se presentó en el estadio Luna Park. Si bien en aquella ocasión no dejó la mejor impresión debido a sus problemas con la bebida, muchos recuerdan al saxofonista que bancó buena parte del set desde lo musical: Bobby Keys, el músico que acompañó a The Rolling Stones durante décadas y que falleció a principios de este mes.
Aquélla fue la primera de las cuatro visitas que hizo Cocker al país: volvió en 1991, en el marco de un festival en el estadio de River Plate; actuó en el estadio de Vélez Sarsfield un año más tarde, acompañando como telonero a un viejo amigo, Keith Richards. Su último show en Buenos Aires fue hace apenas dos años, cuando regresó al estadio de Corrientes y Bouchard que lo había visto y oído debutar en la Argentina.
Durante su larga trayectoria, Cocker convivió -y por momentos fomentó- con la imagen de cantante alcohólico, una enfermedad que el mismo cantante aseguraba haber dejado atrás hacía ya una década.
“Sin lugar a dudas era la mayor voz del rock y del soul que dio alguna vez el Reino Unido”, escribió su agente Barrie Marschall en honor al músico en una circular difundida por el canal británico BBC en Twitter.
LA NACION

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