El primer temerario en pinchar un penal

El primer temerario en pinchar un penal

Por Roberto Parrottino
El 20 de junio de 1976, Antonín Panenka picó el quinto y último penal en la final de la Eurocopa ante Alemania Federal en Belgrado. Uli Hoeness había fallado el cuarto alemán. Sepp Maier, uno de los mejores arqueros de la historia, terminó revolcado cerca de su palo izquierdo. Checoslovaquia se coronó campeón por primera y única vez. De ahí en adelante, si alguien la pincha en un penal, lo pateó “a lo Panenka”.
El 20 de junio de 2011, 35 años después, salió a la luz la revista Panenka después de charlas de bar de un grupo de periodistas, fotógrafos, ilustrados y diseñadores españoles. Ya van 34 ediciones. El Manifiesto de la revista tiene 11 puntos. Entre el primero y el segundo, se lee: “A Panenka le gustan las historias de fútbol sin espacio en los medios mainstream: historias de seres humanos que ganan y pierden. Sobre todo, que pierden. Panenka quiere contar esas historias aunque sus protagonistas estén jugando en la liga turcochipriota y no se depilen las cejas. De hecho, mejor si eran barbudos, jugaban en la liga soviética de 1977 y escuchaban vinilos de los Rolling clandestinamente”.
En la edición inicial hubo una entrevista a Panenka. Todavía con el bigote negro, ya presidente honorífico del Bohemians 1905 de Praga, el club en el que se formó como futbolista, dijo.
–Me siento preso de aquel penal. Me persiguió toda la vida como si sólo hubiera hecho eso en mi carrera.
Roger Xuriach es periodista. Tiene 31 años. Como colaborador, cubre la información política y social de Catalunya para el diario digital Público. Pero es, sobre todo, uno de los integrantes del Consejo de Redacción de la revista.

–¿Por qué y cómo nació Panenka?
–Porque nos reunimos algunos colegas de la profesión, instigados por el periodista Aitor Lagunas, el padre de la criatura. Para algunos fue una necesidad tras perder los empleos y ser 2011 uno de los años más duros de la crisis. Pero, en realidad, también fue una búsqueda: queríamos saber si había gente en España interesada en “consumir” fútbol de forma pausada, reflexiva y apostando por contenidos y diseño de calidad. En España no había ninguna publicación similar y por las reacciones iniciales descubrimos que la gente estaba interesada en que existiera.
–¿Qué simboliza para ustedes Antonín Panenka?
–Su golpeo fue único y, desde entonces, todos le imitan. La trascendencia de aquel gesto, en contextos políticos y deportivos únicos –el penalti decidía el título y el gobierno comunista de Checoslovaquia podría haberse tomado muy mal aquella frivolidad de haber errado Antonín el disparo-–elevaron a Panenka a la categoría de “genio loco”. Inspirados por un gesto contracultural, pionero y arriesgado, optamos por poner su apellido a nuestra cabecera al sentirnos identificados con el momento: en una crisis económica, periodística y del papel azotando en España, decidimos que lanzar una publicación de 120 páginas apostando por escribir de fútbol de forma distinta a cómo se estaba haciendo era lo más parecido a lanzar aquel penalti. Asimismo, nos consideramos más “locos” que “genios.
–¿Quiénes hacen Panenka y qué planean para el futuro?
–En total somos más de 15 socios fundadores. Funcionamos como una sociedad adoptando la estructura de una cooperativa. Tratamos de coordinar y autogestionar los contenidos entre todos. Un núcleo de cinco periodistas trabaja en el día a día para seguir los artículos y contamos con colaboraciones externas de todo tipo. Nuestro sustento se basa en la publicidad y las suscripciones. Para el futuro nos gustaría tener más presencia en Sudamérica.
–¿Qué historias que publicaron tuvieron más repercusión o más les gustó darles el espacio?
–Un reportaje sobre Sudán del Sur que narraba el primer partido internacional de esta selección desde que el país se independizó, ya que articulaba muchas de nuestras premisas periodísticas: hablar de fútbol a través de la política, la sociedad y la cultura.
–¿Qué periodismo intentan hacer desde Panenka? ¿Qué revistas los inspiraron?
–Nos inspiramos en dos cabeceras que triunfan en Europa. En Francia, So Foot; y en Alemania, 11 Freunde. Queremos hablar de fútbol a través de historias con contexto, datos y mucha pausa. No nos interesa demasiado la actualidad y preferimos los relatos retrospectivos y, sobre todo, de perdedores. Cuando nos apoyamos en los fenómenos o entrevistados más recientes, tratamos de abordarlos desde puntos de vista distintos a los que usan los periódicos. Nuestro logro ha sido que la gente lea Panenka incluso gustándole más o menos el fútbol. Pues el fútbol es un generador inacabable de historias; y la mayoría de ellas, articuladas a través de la cultura, la política, el arte o la sociedad.
-Del estilo de Panenka, en Argentina existe Don Julio y en Colombia, El Escorpión, por ejemplo.
–Obviamente, publicaciones como Don Julio o El Escorpión son una bendición porque entre todos estamos logrando que la gente tenga interiorizado el término “revista de cultura futbolística”. Cabe decir que en este aspecto, el diseño es fundamental. Porque para dignificar este deporte hay que tratarlo con delicadeza desde su contenido pero
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