Budapest: mirando al este

Budapest: mirando al este

Por Alejandro Paz
En noviembre de 1873, los puentes sobre el Danubio sirvieron para formalizar la unión de los pueblos de Buda y Obuda (o “antigua Buda”) con Pest, en la margen oriental del río, y así quedó conformada la capital húngara. Budapest es desde entonces la ciudad más grande Hungría, la más poblada de Europa del Este -con una población total en el área metropolitana de más de 2,5 millones de habitantes- y un importante centro administrativo, político, económico y cultural. Sus castillos, palacios, museos y bulevares la convierten también en una de las capitales más pintorescas y elegantes de la Unión Europea.
A los originarios de Budapest se los conoce como aquincenses o aquineos, es que Aquincum fue la antigua ciudad romana (en realidad, de origen celta) que se emplazaba sobre esta región del Danubio, el segundo río más largo de Europa, que recorre desde el sur de Alemania hasta su desembocadura en el mar Negro rumano. Las ruinas aquincenses, que datan de las primeras décadas del primer milenio, pueden verse en las afueras de la ciudad.
Caminos y monumentos
Las calles más representativas de Budapest son la avenida Andrássy y Váci Utca. La primera es un reverdeciente bulevard que corre desde la Plaza Isabel (Erzsébettér) a la Plaza de los Héroes y el Parque de la Ciudad (Városliget). En el camino aparecen sitios históricos como la Ópera de Budapest -un icono de la arquitectura neorrenacentista-, numerosas casonas y palacios de fines del siglo XVIII y XIX, y tiendas de moda de importantes diseñadores como Armani, Louis Vuitton y Dior, que conviven con los restaurantes y bares preferidos para la ronda nocturna. Por su valor turístico e histórico, esta avenida fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y es también recorrida por la tradicional línea MI del metro de Budapest, el segundo más antiguo del mundo. Por su parte, la peatonal Utca es ideal para andar a pie y detenerse en sus antiguos cafés, hoteles, renovados centros comerciales y conocer, por ejemplo, el Gran Mercado Central. Construido en 1897, el más grande de los mercados de Budapest debió ser restaurado debido al deterioro sufrido durante y luego de la Segunda Guerra Mundial; sin embargo, y desde mediados de los 90, se encuentra particularmente activo -en especial los sábados por la mañana- y cuenta con buenos y económicos puestos de comida, abierto todos los días salvo el domingo. Al igual que el Mercado Central, el Puente de las Cadenas es el más antiguo de Budapest, pero su estructura originaria, que remite a mediados del siglo XIX, tuvo que ser restaurada cien años después de su construcción, una vez terminada la guerra. Sigue siendo una postal distinguida del Danubio y permite una hermosa vista del atardecer hacia ambas márgenes del rio. En la orilla occidental aparece el Castillo de Buda, un imponente edificio del siglo XIV que también fue el Palacio Real, residencia de los reyes húngaros. Se emplaza en la base de una colina poblada de callecitas, casas y tiendas que remiten a la Edad Media, y que de noche, iluminadas con luces doradas, dan un toque distintivo a la ciudad. Aquí también, junto a la Iglesia de Matías, se encuentra la terraza de estilo neogótico conocida como Bastión de los Pescadores, un mirador que cuenta con siete torres y la mejor vista de Pest.
Asimismo, cabe destacar que la capital húngara es llamada la Ciudad de los Balnearios por contar con numerosos pozos de aguas medicinales y termales, como los que pueden apreciarse en el balneario Gellert, uno de los más famosos del mundo. Por otro lado, hacia el norte del río -a una hora de caminata desde el balneario- se encuentra la isla Margarita, una opción ideal para visitar un día de sol y perderse entre sus jardines, ruinas y el monumento conmemorativo del centenario de la unión de Buda y Pest. Con una extensión de poco más de 2,5 km, el recorrido puede hacerse a pie, alquilando una bicicleta, un auto tipo carro de golf o a bordo del tren turístico.
Historias y vanguardia
Hogar de músicos, artistas y pensadores como Béla Bartók, Ferenc Liszt, Sándor Márai y Ernó Rubik (creador del famoso rompecabezas mecánico), Hungría es una tierra donde las vanguardias son bienvenidas y sus museos, festivales y universidades convocan propuestas emergentes de todo el mundo a su capital. La Universidad Eótvós Loránd, conocida como Universidad de Budapest, lleva el nombre del reconocido físico húngaro, es una de las más antiguas del país y entre sus ex alumnos destacados se encuentra la filósofa Agnes Heller. El Museo Nacional de Hungría celebró su bicentenario en 2002 y exhibe la mayor colección de reliquias, documentos, monumentos y objetos de gran valor arqueológico, que datan de la fundación de la ciudad, además de las fotografías del también aquincense Robert Capa, uno de los fotoperiodistas más importantes del siglo XX. Por su parte, el Centro Memorial del Holocausto exhibe como muestra permanente la exposición “De la privación de derechos al genocidio”, en la que se homenajea y rememora a los judíos húngaros víctimas del nazismo.
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