12 Oct “No sé por qué me eligieron. Uno no puede ser su propio lector”
Ni Milan Kundera, ni Haruki Murakami, ni Phillip Roth. El Premio Nobel de Literatura 2014 fue para el francés Patrick Modiano, de 69 años. El mayor reconocimiento del mundo a la obra literaria fue concedido a este autor “por el arte de la memoria con el que ha evocado los destinos humanos más inasibles y develado el mundo de la ocupación nazi en Francia”, según fundamentó la Academia sueca en un comunicado. Autor de obras como Dora Bruner y El café de la juventud perdida o, si hay que mencionar sus imprescindibles, la recientemente recuperada Trilogía de la ocupación, que recoge sus tres primeras novelas: El lugar de la estrella, La ronda nocturna y Los paseos de circunvalación.
Modiano nació en Boulogne-Billancourt, en 1945, unos meses después de la ocupación alemana en su país. Es autor de más de 30 novelas, en su mayoría situadas en el París de las décadas del ’40 y del ’60. “No he tenido tiempo de conocer las razones para elegirme y uno nunca puede ser su propio lector”, dijo el escritor en una declaración que da crédito a su fama de hombre tímido. También insistió en que no había podido aún asimilar lo “abstracto” e “irreal” de la concesión del premio. Desde Anagrama, editorial que publica sus libros en español, anunciaron que el 29 llegará a las librerías argentinas su última novela traducida, La hierba de las noches, y también las clásicas En el café de la juventud perdida y Calle de las tiendas oscuras.
Comenzó a publicar en 1968 y apenas diez años más tarde recibió el prestigioso premio de las letras francesas, Goncourt, por este último título, Calle de las tiendas oscuras. En 1972 había recibido el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa.
Desde los 20 años estuvo dedicado a la escritura y sus mundos con temáticas constantes. Un París personal, casi onírico, que según el autor es un lugar construido a partir “de las cosas que me impresionaron cuando yo era adolescente”. Otro de sus temas, como mencionó la Academia sueca,además de la memoria, el olvido, la identidad y la culpa.
Hijo de un hombre de negocios y de una actriz (a los que se refirió en su celebrada autobiografía Un pedigrí), se dice que Modiano pertenece a la última generación de los escritores que aún escriben con pluma y mantiene una existencia aislada en un barrio tranquilo de la ciudad de las luces. Casi no viaja, no se relaciona con muchos escritores y pocas veces da entrevistas. “Alguien que escribe está encerrado en su universo, en una campana de vidrio”, dijo de sí mismo alguna vez.
Su obra ha sido publicada en Francia por Gallimard y, en español, por Anagrama. Jorge Herralde, editor general de esta editorial, en los pasillos de la Feria del Libro de Frankfurt elogió la “calidad impresionante” de la obra del flamante Nobel, cuya literatura, dijo, es inconfundible. “Uno lee una página cualquiera de este escritor y sabe que es suya, lo que llaman ‘la música Modiano’; una forma de escribir muy literaria, evocadora e inquietante a menudo”, afirmó su editor, que se mostró feliz y sorprendido. “Ha sido una sorpresa casi total. Estábamos a punto de ir a comer y, de repente, salta la noticia. Creo que se lo merece bastante más que muchos de los premios Nobel que se han dado últimamente”, finalizó quien, con gran olfato literario, acaba de contratar el último libro del escritor titulado, Para que no te pierdas en tu barrio (Pour que tu ne te perdes pas dans le quartier).
La relación de Modiano con el cine es extensa. Varias de sus novelas fueron llevadas a la pantalla grande y participó de la escritura de guiones como el de Lacombe Lucien, de Louis Malle, por el que fue nominado a los premios Bafta del cine británico. Y el guión de Bon voyage (2003), que escribió junto con el realizador del film, Jean-Paul Rappeneau, por el que fue nominado a un César del cine francés. También ha sido jurado en el Festival de Cannes. La plaza de la Estrella (1968) ya se enmarcaba en la Francia ocupada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Con frecuencia, sus relatos se construyen sobre hechos autobiográficos. Y en ocasiones extrae material de entrevistas, artículos de diarios o notas que ha ido acumulando durante años. Una treintena de sus libros ha sido traducida al español. Entre ello se cuenta Dora Bruder, la historia real de una adolescente de quince años en París que se convierte en víctima del Holocausto.
En las apuestas se daban como favoritos a la bielorrusa Svetlana Alexievitch, al keniata Ngugi waThiongo y al japonés Haruki Murakami. También se mencionaba a la argelina Assia Djebar y a la canadiense Margaret Atwood, y a los habituales Philip Roth y Joyce Carol Oates. El nombre del premiado sorprendió a los apostadores.
TIEMPO ARGENTINO