La época de oro de Deportivo Español

La época de oro de Deportivo Español

Por Roberto Parrottino
El 9 de junio, Deportivo Español ascendió de la C a la B Metropolitana, la tercera categoría del fútbol argentino. Ese día comenzó el resurgimiento. Porque el club fundado en 1957 por inmigrantes españoles, que utilizó en la primera temporada la camiseta de la selección de España con los escudos bordados por monjas, ascendió a Primera División en 1984 y se mantuvo hasta 1998. El domingo se cumplirán tres décadas de aquel salto a la elite, cuando venció 3-1 a Defensores de Belgrano en la cancha de Atlanta y, al final, le sacó 16 puntos a Racing, que jugaba su primer campeonato en la B.
¿Cómo viajó de la Aficionados, de la entonces Tercera de Ascenso –hoy la D– a jugar ante Boca y River y cómo llegó a caer hasta la C después de perder hasta el nombre original? Más allá de alcanzar los 25 mil socios, la suerte de Deportivo Español se enlazó con Francisco Ríos Seoane, presidente de 1978 a 1996. Nacido en Ordes, La Coruña, Ríos Seoane, un empresario gastronómico y hotelero, fue demandado por fraude y estafas y estuvo preso por la instigación del homicidio de Ignacio Torres, un dirigente opositor que fue quemado vivo en 1994 en un bar cercano al estadio Nueva España, ubicado en el Bajo Flores.

CAMINO A LA FAMA. Pedro Catalano llegó al club dos años antes que Ríos Seoane. El ex arquero, que aún tiene el récord de partidos consecutivos en el fútbol argentino –333 entre 1986 y 1994, siempre en el Gallego–, dice en el documental Deportivo Español, el resurgimiento (2014): “Era un club que estaba pujante gracias al trabajo de la colectividad. Hasta que en el 78 llega Ríos Seoane. Era un desconocido en el fútbol, y de repente le imprimió al club un empuje económico inesperado. El club comenzó a crecer de una manera increíble.”
En 1980, Ríos Seoane tentó a Diego Maradona. Le ofreció ocho millones de dólares. Próspero Cónsoli, presidente de Argentinos, rechazó la oferta. Dijo que Deportivo Español era un club que estaba en la segunda división y que comprarlo y cederlo a un poderoso no era serio. Un año después, fue inaugurado el estadio con un amistoso ante el Deportivo La Coruña. En esos 14 años en Primera, Español participó en la Copa Conmebol 1992 y 1993 y en tres liguillas pre Libertadores. Además de Catalano, se convirtieron en figuras el Puma José Luis Rodríguez –goleador histórico, con 65 tantos en 164 partidos–, el uruguayo José “Charly” Batista, Walter Parodi, Hugo Castillo y José “Pepe” Albornoz. En 1996, el club amplió el estadio para 35 mil espectadores y presentó el sistema de iluminación.

LA CAÍDA. “Cuando vine acá –cuenta desde una butaca oxidada de la platea del estadio el Puma Rodríguez en el documental–, el club estaba en el auge. Y de repente volví y me encontré con que el club estaba cerrado, abandonado. Me generó mucha tristeza. No podía creer que un club como Español, que apuntaba a estar entre los clubes de Primera, estuviera pasando esa situación. Porque no sólo perdió categorías. Perdió las cosas que había conocido de chiquito. Fue como perder mi casa.”
En 1999, el Gallego regresó a la B Nacional y se presentó en quiebra. En 2000 bajó de nuevo, a la B Metropolitana, y sucedió un cierre temporal. Se volvió a abrir bajo el amparo de la Ley de Quiebras, ya manejado por la justicia; y en 2003 tocó fondo: a través de un remate judicial, perdió parte de las tierras, que pasaron a ser manejadas por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Deambuló por canchas ajenas y pasó a tener apenas 250 socios.
Las imágenes de la cancha del Nueva España transmitían escalofríos. El césped era un pastizal. Hasta que en 2007 el gobierno porteño le firmó un comodato en el que le cedió por 20 años una parte de la Ciudad Deportivo del Bajo Flores. Después de cuatro años, el 10 de agosto de aquel año, el club bajo la nueva figura de Club Social Deportivo y Cultural Español de la República Argentina volvió a jugar en su cancha ante Deportivo Armenio, por la novena fecha de la B Metro.
Para ese entonces, Ríos Seoane había sido declarado “alienado mental” y vivía internado en una clínica psiquiátrica, aunque salía de tanto en tanto para supervisar sus negocios. “Sigue viviendo en Buenos Aires, estuvo internado en una institución psiquiátrica y hay quien apunta que se hacía pasar por loco para evitar las causas que tenía pendientes -publicó el diario español El País en 2000-. Todavía mantiene negocios en Galicia y en ocasiones viaja a su pueblo natal”.
Mañana, Deportivo Español, el club que fue creado para unir a los españoles expulsados después de la Guerra Civil, enfrentará a Brown en Adrogué. Treinta años después. Distinto de aquel pero casi igual.
EL GRÁFICO