El Moulin Rouge de París cumplió 125 años bailando cancán

El Moulin Rouge de París cumplió 125 años bailando cancán

El Moulin Rouge, el más famoso de los cabarets franceses, no sólo debido a su agitada vida sino por haber sido objeto de emulación, sin éxito, en buena parte del mundo, celebró 125 años de existencia. Construido en 1889 en Pigalle, que en el siglo XXI continúa siendo el “barrio rojo” de París, a los pies de Montmartre, abre siete noches a la semana y sigue siendo uno de los grandes atractivos turísticos de la capital francesa.
Tras la famosa fachada del Moulin Rouge, coronada por una rueda de molino en el tejado, ha cambiado el público: de la “bohème” de las primeras décadas del siglo pasado, pasó a los contingentes de turistas asiáticos y americanos. Pero sigue tan parisino como la Torre Eiffel, el otro “monumento” inaugurado en 1889, y práticamente se llena todas las noches. “Llenamos hasta el 97% de las plazas”, contó la portavoz de prensa del local, Fanny Rabasse, y explicó que en el show de anoche se homenajeó a las primeras e icónicas bailarinas del cabaret: Mistinguett, La Môme Fromage y Nini Pattes en l’air.
Era toda una experiencia ir al Moulin en el París burgués de finales del siglo XIX y durante la “belle epoque”. Allí los señores iban a ver a las bailarinas en lencería, y allí se introdujo el baile del cancán, entonces considerado obsceno. También en el Moulin Rouge –cuyo cartel diseñó y a cuyas bailarinas retrató– saltó a la fama el pintor Henri de Toulouse-Lautrec. Porque entre tantas inspiraciones, el cabaret fue un tema central de inspiración de muchas de las pinturas del postimpresionismo. Ya a principios de la década de 1890, el Moulin Rouge ofrecía shows de striptease, con mujeres que se desnudaban lentamente tratando de hallar una pulga que nunca encontraban.
Reconvertido en must de guía turística, el cabaret más antiguo de París ofrece en la actualidad un verdadero viaje en el tiempo que comienza desde el mismo hall de entrada, decorado en terciopelo rojo. Al cruzarlo, el visitante retrocede en los tiempos: su sala de espectáculos está adornada con lámparas y espejos modernistas y columnas con cuadros de Toulouse-Lautrec. Aunque en sus comienzos sólo se bailaba, actualmente el Moulin Rouge ofrece conciertos, espectáculos de magia o bailes en un gigantesco acuario con una pitón, como el show “Fériee” de estos días. Sin embargo, su principal atracción siguen siendo las “Doriss Girls” de la fallecida Dorothea Haug, una tropa permanente de 60 bailarinas de cancán fundada en 1957. Lo dice la vocera Rabasse con exactas palabras: “Vendemos un sueño, un viaje al pasado”.
TIEMPO ARGENTINO

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