09 Oct Advierten sobre una enfermedad que afecta a los bebes prematuros
Por Fabiola Czubaj
“Los padres tienen que saber que si su bebe nació prematuro, se tiene que ir del hospital, el sanatorio o la clínica con el fondo de ojos hecho. Y, también, que le tienen que preguntar al médico si se realizó ese examen”, explicó ayer a LA NACION la doctora Zulma Ortiz, especialista en salud de Unicef. Si el bebe pesa menos de 1500 gramos, “tiene que irse de alta con un tratamiento, en la mayoría de los casos, porque la posibilidad de que tenga retinopatía del prematuro en ese caso es altísima”, agregó Ortiz.
El informe, que se difundió ayer a modo de apertura de la Semana del Prematuro, señala que en el país se detectan 800 casos anuales de retinopatía del prematuro o ROP, por su nombre en inglés, y que el 15% de esos chiquitos no evoluciona bien. Pierden visión o, directamente, quedan ciegos. “Eso equivale a 100 chicos que tienen que convivir con una consecuencia que se podría haber evitado. Son 100 chicos que quedan ciegos por fallas en el sistema, no porque nacieron prematuros”, sostuvo la especialista con indignación porque en el informe también se destacan los “notables progresos en la supervivencia infantil” en nuestro país.
“Desde el año 1990 a 2012, en la Argentina, la tasa de mortalidad infantil se redujo de 25,6 a 11,1 muertes por cada 1000 nacidos vivos. Esto representa una reducción acumulada del 57 por ciento. Esta disminución es la resultante en la mejora de múltiples factores -se lee en el informe-. El progreso en la reducción de la mortalidad infantil se ha dado a nivel nacional. Sin embargo, en 2012 tres regiones alcanzaron cifras de mortalidad infantil de un dígito (ciudad de Buenos Aires, Cuyo y Patagonia) y sólo una (ciudad de Buenos Aires) se encuentra por debajo del valor comprometido para el logro de la meta en 2015, que es una tasa de mortalidad infantil de 8,5 por cada 1000 nacidos vivos.”
Para los especialistas de Unicef, eso impone dos desafíos: evitar las muertes en la primera semana de vida y prevenir los daños, las secuelas y las discapacidades, como la ceguera por ROP. La prematurez y los trastornos del crecimiento fetal son, con las malformaciones congénitas, las principales causas de muerte neonatal e infantil.
La mayor cantidad de muertes infantiles ocurre durante los primeros 28 días de vida, en especial, en la primera semana. “Todavía, el 50% muere en ese período”, explicó Ortiz, horas antes de viajar a Jujuy para participar de la inauguración de casas de espera y residencias familiares para las embarazadas de alto riesgo que viven lejos del hospital.
Cada año, en el país nacen unos 60.000 bebes prematuros, es decir, antes de la 37a. semana de gestación. Eso representa el 8% de los 740.000 partos anuales.
CASOS “INUSUALES”
La medicina define como “inusual” al 20% de los prematuros con ROP. ¿Por qué? Porque son bebes que nacen con más de 1500 g y de 32 semanas de gestación (un bebe es prematuro cuando nace antes de las 37 semanas). En esos casos “inusuales”, lo que ocurrió es una serie de oportunidades perdidas para detectar y tratar la enfermedad para evitar una discapacidad. “Hay 3 veces más casos de ROP de lo que debería haber y 2 de cada 10 son inusuales, cuando no debería existir ninguno porque existen el equipamiento, el conocimiento y los recursos para evitarlo”, insistió Ortiz.
Unicef promueve que todos los centros donde nacen bebes prematuros cuenten con un oftalmólogo para realizar el fondo de ojos, con un equipo portátil para no tener que trasladar al bebe desde la unidad de cuidados especiales hasta el servicio de oftalmología, además de garantizar la disponibilidad del tratamiento recomendado, que se realiza con diodo láser y dentro de las 72 horas de haber sido indicado.
“Es preferible trasladar a un oftalmólogo con su equipo de láser y no al bebe, a veces a grandes distancias, para su tratamiento”, recomiendan desde la organización.
“En los hospitales que atienden más de 1000 partos, que son los de alta complejidad, saben que tienen que hacer el fondo de ojos. Pero en el resto, no siempre. Por eso, los padres lo tienen que pedir -indicó Ortiz-. También tienen que controlar el nivel de oxígeno que recibe el bebe durante la internación. Es responsabilidad de los médicos explicarle a la familia cómo monitorear la saturación de oxígeno, porque si aumenta demasiado es un factor que afecta la retina que se está desarrollando.”
LA NACION