24 Sep Rituales inspiradores: siete tips originales para tener buenas ideas
Por Sebastián Campanario
Probar no cuesta nada. Meterse en la ducha y ponerse allí a hacer malabares, en lo posible al final de la tarde. Pero eso sí, hacerlo después de haber tomado una siesta de 20 minutos y de haber ingerido alguna sustancia estimulante (café, té, mate). Mientras las pelotas rotan en el aire, reírse de algo gracioso no está de más.
Si después de adoptar la conducta del párrafo anterior no lo encierran por lunático, sepa que no se trata de otra cosa que una suma superpuesta de rituales regulares a los que gente que trabaja en disciplinas creativas apela para inspirarse cuando no llegan las ideas. Algunos son simplemente cábalas o disparadores, otros tienen un basamento neurocientífico de respaldo, y otros son comportamientos que se observan en personas creativas, pero para las que aún no hay explicación académica.
“Se trata de pasar de un estado donde uno está desenfocado, furioso, frustrado, ansioso o presionado a un estado creativo : calmo, optimista, confiado y entusiasmado. El estado emocional en el que uno se encuentra tiene un impacto en la capacidad de generar ideas, en enfocarte y en fluir”, dice Diego Kerner, especialista en temas de creatividad y director de la filial latinoamericana de The Brand Gym.
En 2003, cuando tenía 34 años, Kerner trabajaba en Londres como gerente global de nuevos negocios en la empresa Cadbury. Un día, cansado de la vida corporativa, optó por un proyecto personal de innovación para marcas para el cual la creatividad es un insumo fundamental: “Mis herramientas para entrar en el estado creativo van desde escuchar temas que me levantan hasta hacer alguna forma de tai chi o de malabares con tres pelotas”.
¿Qué otro tipo de herramientas no convencionales usan las personas creativas para mejorar su rendimiento? Lo que sigue es una lista de alternativas poco conocidas:
1 Ducha de ideas : dos recientes estudios académicos proveen una respuesta combinada y tentativa a por qué suelen aparecer ideas en la ducha, al final del día, cuando estamos cansados. Por un lado, la neurobióloga Alice Flaherty (Harvard y MIT) destaca que el proceso creativo está correlacionado con la producción de dopamina en el cerebro, y una ducha caliente es una de las formas de activar este fenómeno. Por otra parte, otra investigadora de Harvard, Shelley Carson, autora del libro El c erebro creativo, asegura que actividades de distracción ayudan a “romper la fijación con soluciones ineficientes”.
2 Efecto Jajá-Ahá : en la misma línea, Hernán Kigel, economista y profesor del programa de Creatividad e Innovación de la Escuela de Negocios de la Universidad Di Tella, recomienda reírse más. “Al reírnos secretamos neurotransmisores como la dopamina y mejoramos la oxigenación del cerebro. Eso nos lleva a un estado de mayor relajación y bienestar, donde baja el juicio y nos abrimos a la posibilidad de jugar y hacer, dos elementos indispensables de la creatividad”, explica.
3 Pomodoro mata cliché : “Hay que salir fuerte contra las neurociencias”, provoca el escritor y periodista Esteban Schmidt cuando se le pide una opinión para esta nota. “Los neurocientíficos se la pasan más tiempo buscando cómo vender periodísticamente que investigando, son peores que los etnógrafos”, afirma. Schmidt, que realiza talleres de escritura creativa, dice que su proceso inspiracional puede resumirse en una lucha contra el cliché. “Salteando el cliché, la mente se interna en tierra de nadie, donde hay que entrecruzar -inteligencia viene de «interligare»- cosas que no estaban asociadas hasta el momento”, explica. ¿Sus rituales para ponerse en órbita creativa? Nadar y apelar a la “técnica pomodoro”, una estrategia de manejo de tiempo ideada a fines de los 80 por el italiano Francesco Cirillo, que consiste en dividir el trabajo en bloques de 25 minutos seguidos por breves recreos. Un timer de cocina va marcando los períodos.
4 Power siestas : en Las reglas del cerebro , de John Medina, se destaca el rol fundamental de dormir bien en todo tipo de procesos cognitivos, incluida la creatividad. Los beneficios se derivan tanto de descansar bien por la noche como de tomar una siesta corta y reparadora en la mitad de la jornada laboral. Andrei Medvedev, un profesor de biología de Georgetown, presentó un estudio que relevó la actividad cerebral de 15 personas mientras dormían una siesta y confirmó una mayor actividad en el hemisferio derecho, un área que se relaciona con procesos creativos.
5 Paleo-soluciones : el movimiento “paleo” postula que muchas de las costumbres que adquirimos en los últimos miles de años (desde comer productos de la agricultura hasta andar en zapatillas) van en contra del proceso evolutivo anterior y dañan nuestra salud. En la vida laboral, la recomendación del manual “paleo” llama a trabajar más tiempo parados en lugar de sentados. Estaciones de trabajo adaptadas a esta recomendación ya fueron adoptadas por empresas como Google, Facebook, Twitter y AOL, con beneficios reportados tanto en salud como en productividad y creatividad.
6 Inductores químicos : Florencia Werchowsky, una creativa argentina que trabaja en México para la agencia Circus, y que meses atrás publicó su novela El Telo de Papá (RHM), cuenta que, en términos de creatividad, “el mate funciona y acá los mexicanos se animan”. En su reciente libro Daily rituals: how artists work ( Rituales diarios: cómo trabajan los artistas , aún no traducido), Mason Currey relevó los disparadores creativos de 161 escritores, músicos, filósofos, matemáticos, pintores, actores y directores de cine. Sin ánimo de dar recetas mágicas, Currey observa que hay “patrones” comunes de comportamiento, entre ellos el “abuso estratégico” de alguna substancia estimulante. “Beethoven, Kierkegaard y Balzac eran fanáticos del café -Balzac, que murió a los 51 años de un ataque cardíaco, reportó haber tomado hasta 50 tazas por día-; Ayn Rand y Graham Green tenían su benzedrina, y hay casos incontables de inspiración a través del vodka, el whisky o el gin”, plantea el autor.
7 Baños de aire : en su libro, Currey también cuenta que el inventor, científico y político estadounidense Benjamin Franklin solía pasear por su jardín y trabajar por la mañana en su casa completamente desnudo. Afirmaba que necesitaba estos “baños de aire” -aun en invierno, hiciera el tiempo que hiciera- para poder inspirarse. En Daily rituals? hay otros casos similares.
Sebastián Wilhelm, director de la agencia Santo, es uno de los creativos publicitarios más exitosos de la Argentina. A fines de los 90, en dupla con Maxi Anselmo, fueron quienes tuvieron la idea de “La llama que llama” para Telecom en la agencia de Agulla y Baccetti. “La verdad es que soy bastante aburrido para trabajar, no tengo ningún truco en particular para mejorar el proceso creativo -dijo Wilhelm, cuando se lo consultó para esta nota-, pero si querés, contá que trabajo desnudo.” “¿En serio? Mirá que lo pongo, eh.” “No, bueno, pero como dice el dicho: no dejes que la realidad te arruine una buena historia.”
LA NACION