19 Sep El impermeable cumple 100 años
Por Julián Anzoategui
Si hay prendas que son atemporales y que marcaron la historia de la moda, sin dudas que el piloto de gabardina tiene el puesto número uno en trascendencia. Surgió en las sastrerías londinenses, en manos del inglés Thomas Burberry que lo desarrolló allá por 1879; pero ese abrigo se convirtió por primera vez en un artículo de masas cuando estalló la I Guerra Mundial en 1914, con la necesidad de proteger a los soldados del viento y el mal tiempo.
El actor Humphrey Bogart lució uno impecable en Casablanca y el inspector Colombo lo transformó en su marca de identidad: el impermeable fue creado hace 135 años y en la London Fashion Week, que terminó ayer con un megadesfile, la distinguida casa de moda Burberry celebró el aniversario rindiendo honores a la prenda con un desfile de pilotines negros en diversas variantes.
Ahora es un ícono de moda, pero la creación que ya acumula más de un siglo de historia no siempre cumplió la función de engalanar algún atuendo. De hecho, el ‘trench coat’, tal su nombre en inglés, fue concebido como “abrigo de trinchera” para cubrirse de las inclemencias del tiempo. Elogiado por sus cualidades de protección, comodidad y durabilidad, el diseño creció en popularidad con el paso del tiempo y fue usado hasta por la realeza.
Antes de esta innovación, las telas fueron enceradas o recubiertas de goma para repeler el agua, lo que los volvía pesados, rígidos e incómodos. La premisa fue, entonces, que esta prenda tenía que resistir al mal tiempo y mantener caliente a quien la usara sin generar incomodidad. Así, Burberry dotó a su abrigo de hombreras y un cinturón con hebilla ajustable que permitía a los soldados acoplar su equipo militar. Además, las mangas se podrían retirar con rapidez en caso de necesidad. Por delante se cerraba el abrigo con botones grandes y sobre la espalda había una segunda capa para repeler mejor el agua.
Además, claro, el típico forro cuadrillé de colores camello, marfil, rojo y negro que acompaña al clásico tono miel del abrigo.
En la actualidad, los impermeables Burberry se hacen en Castleford, una ciudad al norte de Inglaterra. Los costureros son expertos que combinan las técnicas tradicionales con los modernos avances tecnológicos, respetando siempre las normas de su creador. Se tarda aproximadamente tres semanas para hacer cada capa del abrigo y se realizan más de 100 procesos altamente calificados, cada uno para garantizar la calidad de la marca.
Las cifras del negocio son alucinantes. Entre 2006 y 2013 las ganancias se duplicaron: de 1500 millones de euros a unos 3000 millones anuales, dando cuenta que este toque de distinción británica sigue tan vigente como en sus comienzos. En los grandes desfiles de moda se lucen en nuevas gamas de colores, para hombre y mujer; y, como pasa con casi ninguna otra prenda, encarna la elegancia atemporal y algo que está más allá de los altibajos de las modas.
TIEMPO ARGENTINO