Alfred Sisley, el genio impresionista injustamente olvidado por el mercado

Alfred Sisley, el genio impresionista injustamente olvidado por el mercado

Por Ignacio Gutiérrez Zaldivar
Hace unas semanas recorría con mi hijo Ignacio las salas del Museo de Orsay en París, y disfrutaba de viejos amigos, los impresionistas que siempre me enamoraron desde mi niñez.
Curiosamente, hay algunos de ellos que son conocidos y admirados por la gran mayoría de los aficionados al arte, como Monet; Renoir; Degas y Manet, y otros injustamente olvidados como el genial Pissarro; Caillebotte; Berthe; Morisot; Bazille y tantos otros. Pero creo que la injusticia mayor es la figura de Alfred Sisley.
Nacido en Francia en 1839, de padres ingleses comerciantes que lo enviaron a sus 18 años a estudiar comercio en Londres, al darse cuenta que no era lo suyo, luego de cuatro años, volvió a París donde estudió con un pintor suizo. Allí se hizo amigo de Renoir y Bazille, con quienes comienza a pintar al aire libre.
Con una buena posición económica puede vivir sin trabajar y hasta incluso es admitido en el Salón de París, un lujo para un impresionista.
Con la guerra franco-prusiana, y para no ser reclutados, viaja a Londres junto a Monet y Pissarro en 1870 y cuatro años después presenta sus obras en la primera exposición impresionista. En mi opinión, realiza durante dicha década sus mejores obras, aunque el mercado paga más las realizadas al final de su corta carrera de la década del 90. Con la guerra, su familia pierde todo y Alfred vive en la mayor pobreza en sus últimos 30 años, falleciendo con tan sólo 59 años en 1899, sin ser jamás reconocidas sus obras, ni promocionadas por ningún marchand.
Recién en 1992 se realiza (luego de casi 100 años) su primer retrospectiva en el Museo de Orsay con 60 de sus maravillosos paisajes que se caracterizan por los cielos más bellos del impresionismo y que seguramente están influidos por los de Constable, el pintor inglés que admirara Sisley por el fabuloso manejo de los reflejos en el agua y la particularidad que en la mayoría de sus obras siempre hay edificios, casas, puentes, en fin, arquitectura.
Sólo realizó unas 900 obras en 35 años de labor como artista. En el Museo Nacional de Bellas Artes hay una de sus maravillosas obras realizada en las afueras de Londres y que fuera donada por la cineasta María Luisa Bemberg, quien debió llevarla a mano junto con un restaurador al Museo y también debió esperar largo tiempo para que le mandaran la aceptación por la donación (cosas argentinas!!!). Sus mayores ventas han sido entre u$s 3 millones y u$s 5,8 millones, mucho menos que sus colegas impresionistas.
Como hace un tiempo les anunciaba que subirían los precios de Pissarro, y ocurrió, ya que su mayor venta había sido de u$s 10 millones y el año pasado se vendió una vista de París en u$s 35 millones, ahora les aviso a quienes tienen dólares, libras o euros que es una gran inversión en todos los órdenes comprarse un Sisley. Aunque desgraciadamente no puede pagarse en cedines. Sus precios en promedio han subido un 8% anual en la última década y creo que crecerán mucho más.
El año pasado se vendió una estupenda obra en u$s 4 millones. Era ‘Bords du Loing Pres de Moret’, un paisaje de 73x92cm. Si la obra fuera de Monet se hubiera pagado cuatro veces más. En el mercado de subastas aparecen 20 obras todos los años, con lo cual es posible comprar alguna si contamos con el efectivo necesario. A Sisley todo honor y toda gloria.
EL CRONISTA