14 Aug Vermeer, el pintor del silencio del que sólo se conocen 36 obras
Por Ignacio Gutierrez Zaldívar
La serie de deudas que debió afrontar a lo largo de su vida le impidió contar con mayor cantidad de trabajos. Una de sus obras más importantes era la favorita de Adolf Hitler. Contemporáneo de Rubens, Velázquez, Bernini, Van Dyck y de su enemigo Pieter de Hooch, Johannes Vermeer nació en los Países Bajos, en la ciudad de Delft. Su padre era mercader de cuadros y también tenía una taberna. A los 22 años se casó con una joven católica de familia distinguida, con quien tuvo 15 hijos. No se conoce si se bautiza, ya que era protestante. Se inscribió como pintor profesional, y se estima que su maestro fue Carel Fabritius. Una vez que falleció su padre, Vermeer se ocupó de los negocios familiares con poco éxito y contrajo deudas continuamente. Sus pocas obras debió entregarlas a acreedores o a sus mecenas, A tal punto que cuando un comprador lo visitó en su casa, en 1663, comentó que no tenía ninguna obra para ver. Sus modelos son su mujer y algunas de sus hijas, y en alguna obra se supone que hay autorretratos, pero nadie lo puede afirmar con seguridad. También se ocupó del peritaje y la autenticidad de obras de otros pintores, incluso de autores italianos. Falleció con tan sólo 43 años y dejó ocho hijos menores de edad y numerosas deudas que su viuda intentó pagar con algunas obras. Su principal mecenas, el grabador e imprentero Dissius, tuvo 19 obras de Vermeer y un acreedor, mercader de arte, 26 en garantía de un préstamo. En 1696 se realizó una subasta con 21 obras de Vermeer que se vendieron en entre 17 y 200 florines, buenos precios si pensamos que un retrato de Rembrandt se vendió en tan sólo siete florines en la misma subasta. Sus primeras obras conocidas las realizó cuando tenía 24 años, y sólo se reconocieron como auténticas 36 de ellas. Una de las primeras es la Santa Praxedis, que sin duda es una copia de la realizada por Felice Ficherelli, un pintor no muy destacado y cuyas obras se han vendido en unos 20.000 dólares. Sus primeras obras muestran motivos bíblicos, pero luego algunas como La alcahueta, que se encuentra en Dresde, representa una escena en un burdel. Todas sus obras son de figuras con tan sólo dos paisajes, La Callejuela que se encuentra en el Rijksmuseum de Amsterdam y la Vista de Delft, en el Mauritshuis de La Haya. Su obra más importante se titula El arte de la pintura y se encuentra en el Museo de Viena. Fue realizada en 1666 y tenía una firma apócrifa de Pieter de Hooch, que se cotizaba más que la obra de Vermeer. Fue comprada por Adolf Hitler en 1942 y fue encontrada en una mina de sal. Luego fue restituida al gobierno de Austria por las fuerzas americanas. Hubo un juicio alegando que había sido una venta forzada a los nazis, pero no prosperó. Como la mayoría de sus obras este trabajo fue realizado utilizando la cámara oscura, se dice que en la década del 30. Andrew Mellon quiso comprarla en u$s 6 millones, pero el Estado de Austria no permitió la exportación. La única exposición importante de su obra se realizó entre los años 1995 y 1996, primero en La Haya, donde pudieron ver 22 de sus obras 460.000 personas en tan sólo 100 días, y continuó en la National Gallery de Washington, donde la visitaron 328.000 personas. Hay seis obras de Vermeer en Washington. Cuatro en la Frick Collection de Nueva York, cuatro en el Rijksmuseum de Amsterdam, cuatro en el Metropolitan de Nueva York y dos en el Mauritshuis de La Haya. En manos privadas hay solo dos: una pequeña joven sentada de 25x20cm que compró Steve Wynn, el magnate de Las Vegas, hace 10 años en u$s 30 millones, y que algunos dicen que la vendió a un coleccionista de Nueva York. La otra fue propiedad de Bárbara Piasecka Johnson y vendida hace unas semanas en u$s 10,3 millones, esta Santa Praxedis (100x80cm) vendida en Christies es para algunos una obra dudosa. Hay una obra desaparecida desde 1990 que se encontraba en el Isabella Gardner Museum de Boston y que fue robada junto con otras 12 maravillas, por la que hay u$s 5 millones de recompensa para quien aporte datos de su paradero. A razón de dos obras por año, la producción de Vermeer es quizás la más pequeña de todos los artistas famosos del arte.
FUENTE: EL CRONISTA