Hepatitis: insisten en la importancia de realizar un diagnóstico temprano

Hepatitis: insisten en la importancia de realizar un diagnóstico temprano

Por Yésica De Santo
Pasan los años y el desconocimiento generalizado sobre las hepatitis continúa. En nuestro país, se estima que existen 400 mil personas infectadas con el virus pero sólo unas 20 mil cuentan con un diagnóstico certero; y apenas 5000 están bajo tratamiento. Así lo anunció la Fundación Icalma a fines del mes de julio.
“En los últimos tres años realizamos campañas, y sobre casi 6000 pacientes controlados detectamos que el 1,4% tenía Hepatitis C, a pesar de no presentar síntomas. En muchos de ellos encontramos una enfermedad hepática avanzada”, sostuvo Adrián Gadano, presidente de la Fundación Icalma y jefe de la Sección Hepatología del Hospital Italiano porteño.
Según la Organización Mundial de la Salud, la hepatitis es más grave que el sida y la tuberculosis, siendo además la hepatitis B la principal causa de cirrosis o cáncer de hígado. Parte de su inmensa gravedad se debe a su silencio sintomático. Ellas no avisan hasta que lograron invadir al organismo, de allí que popularmente sean conocidas como una “epidemia silenciosa”, dado que la mayoría de las personas desconocen estar infectadas y, a lo largo de décadas, desarrollan lentamente la enfermedad hepática.
Por este motivo, es fundamental tomar conciencia de la importancia de realizarse un test de diagnóstico y vacunarse a tiempo, evitando así daños hepáticos irreparables.
La complejidad de esta enfermedad deriva de la existencia de diferentes tipos de virus A, B, C, D y E. Las hepatitis A y E son infecciones transmitidas por los alimentos y por el agua y afectan a millones de personas causando casos de enfermedad aguda, de la que los pacientes tardan hasta varias semanas en recuperarse.
Las hepatitis B, C y D se transmiten a través de líquidos corporales infectados, como la sangre, por contacto sexual, de madre a hijo durante el parto o a través de material médico contaminado.
Estas últimas (B y C) pueden ser las responsables del desarrollo de enfermedades más graves como la cirrosis hepática y el cáncer. “La hepatitis C es la principal causa de trasplante hepático en el país”, informó la Asociación de Estudios de Enfermedades del Hígado (AAEEH), que agrupa a hepatólogos de hospitales públicos y privados de todo el país. Son 240 millones de personas en el mundo con infección crónica con el virus de la hepatitis B y 150 millones con el de la hepatitis C.
“Es necesario promover la realización del test para hepatitis B y C al menos una vez en la vida, ya que un diagnóstico a tiempo aumenta las posibilidades de curación y evita que estas enfermedades deriven en cirrosis o cáncer de hígado. Además, por ser enfermedades que no presentan síntomas, quienes las padecen y no lo saben contagian a otras personas”, explicó a Tiempo Argentino Omar Galdame, secretario de la Fundación Icalma y jefe de la Unidad de Hepatitis Virales del Hospital Italiano de Buenos Aires.
El test de detección gratuita está destinado a personas mayores de 18 años y consiste en la extracción de una muestra de sangre, para la detección de hepatitis B y C. La prueba está indicada especialmente para aquellas personas que consumen o han consumido en algún momento de sus vidas drogas inhalatorias y/o endovenosas; si se hicieron alguna vez tatuajes, piercings o acupuntura; si alguna vez recibieron transfusiones de sangre o hemoderivados; hayan estado expuestas a procedimientos diagnósticos o terapéuticos con instrumental que hubiera podido estar en contacto con individuos infectados con el virus; hayan mantenido relaciones sexuales de riesgo; conviven o han convivido con personas diagnosticadas con hepatitis virales crónicas.
“Sabemos que muchas personas no están diagnosticadas, y este es un vacío enorme que aún existe y el tema fundamental de las campañas: saber cuántos pacientes hay por diagnosticar en los que la enfermedad sigue avanzando y quién continúa diseminando la enfermedad a otros. La hepatitis ha dejado de ser un problema grave. De 2010 para acá ya no hay hepatitis A fulminante, que era el gran problema de la Argentina. En la actualidad, la hepatitis C es la más complicada, se transformó en la primera causa de cirrosis y cáncer hepático”, explicó Galdame.
La buena noticia es que la hepatitis C puede ser curada mediante medicamentos antivirales. En el 49º Congreso de la Asociación Europea para el Estudio de las Enfermedades del Hígado, celebrado en Londres en abril de este año, se presentaron nuevos regímenes de fármacos orales como el ABT-450 para el tratamiento de la hepatitis C de genotipo 1 (el de mayor prevalencia) que ya finalizaron la fase 3 de investigación clínica, y demostraron una tasa de efectividad superior al 96% de cura virológica, una de las tasas más altas entre las nuevas drogas para el virus C, lo que significa que en casi la totalidad de los casos analizados la carga viral no aparece en sangre hasta 24 semanas posteriores al tratamiento que tiene una duración de tres meses. Estas drogas se caracterizan por ser libres de interferón, uno de los componentes que más efectos adversos ocasionan en los pacientes y podrían llegar a la Argentina a mediados de 2015.
TIEMPO ARGENTINO