28 Aug Fanáticos del cosplay, la fantasía de ser personajes de ficción por un día
Por Franco Rivero
Durante la semana, Cristian Paternoster trabaja en el rubro de las telecomunicaciones, pero el fin de semana se transforma en un superhéroe, al menos por algunas horas. Cristian, como muchos otros adeptos a las películas fantásticas, animé y cómics, forma parte del mundo del cosplay, un fenómeno que es considerado un acto creativo artístico y que cuenta con muchos eventos en el país.
La palabra cosplay es una abreviación de costume play y trata de una ascendente moda donde los participantes diseñan y fabrican su propia ropa y maquillaje para representar un personaje de las películas o los libros. Paternoster cuenta que prepararse para un evento lleva mucho tiempo, sobre todo para una buena caracterización del personaje elegido: “Tengo un personaje de un manga, Paradise Kiss, que es rubio. Como yo soy morocho tengo que usar peluca -dice. También tiene muchos piercings, así que tuve que modificar alfileres de gancho para poder usarlos como si fueran piercings sin perforarme. En definitiva, por cada personaje que caracterizo tengo 10 o 15 fotos abiertas en simultáneo en la computadora”.
La variedad de personajes representados en los festivales es cada vez mayor. Walter Medina, organizador de reuniones de cosplay y animé, comenta que la temática más elegida es el animé, ya sea individual, en duplas o grupal. “Los personajes de animé proliferan por sobre el resto. Siempre aparece también algo de cómic y Disney, pero el animé es lo que más se elige, tanto de series conocidas como de culto. Por otra parte, lo que está apareciendo cada vez con más fuerza son los cosplays de los fans de League of Legends, el videojuego online”, asegura.
En los eventos relacionados con el cosplay no sólo participan amateurs, sino que dentro de la esfera profesional se destacan cada vez más personas, muchas reconocidas internacionalmente. Ana Bertola, por ejemplo, comenzó con el cosplay hace más de 10 años. “Solía ir a proyecciones de animé y me pareció divertido ir disfrazada con amigos. Me gusta participar de concursos porque es una oportunidad de actuar en el escenario. Viajé al exterior en dos ocasiones, en las que tuve el honor de representar a la Argentina. Fueron experiencias maravillosas no sólo por la oportunidad de representar a mi país, sino por poder compartir el momento con cosplayers de otros países”, asegura.
Cristian también es un profesional en el desarrollo de vestuario, sólo que se especializa en la creación de armaduras. “Muchas personas me escriben a mi página de Facebook (www.facebook.com/NosterCosmaker) para que les haga alguna armadura o prop (utilería de cosplay: armas, escudos o accesorios). Han llegado a esperar más de 6 meses”, explica Cristian. En cuanto a los elementos utilizados en la fabricación de la vestimenta, Paternoster detalla: “Los trajes los confecciono mayormente en goma eva, aunque mi primer cosplay, un Depredador, fue hecho con silicona fría y gomaespuma para el cuerpo, y materiales varios para los accesorios”.
La psicóloga y especialista en niños y adolescentes Silvia Rivero Casale sostiene que cuando en las sociedades aparecen diferentes fenómenos, como el cosplay, la tendencia generalmente es preguntarse: ¿y a estos que les está pasando? En su opinión, este tipo de prácticas no tienen una causa racional y que están relacionadas con la recuperación del juego. “No es un fenómeno nuevo, ya en la antigüedad, en los bailes de disfraces, se utilizaban máscaras y fueron muy populares por varias décadas. Es apostar a un período de transición entre lo esperado, lo rígido, inflexible e ir camino a lo deseado, dúctil, armónico; poniendo en juego nuestra creatividad nos mantendremos con mayor equilibrio”, opina Rivero Casale.
Además de confeccionar los trajes para competir con la personificación, los cosplayers tienen un inevitable paso por las cámaras, realizando completas sesiones de fotos, cuestión que ha abierto la puerta a una nueva generación de fotógrafos. Fernando Brischetto es uno de ellos. Consultado acerca de las diferencias con un fotógrafo convencional dice: “Hay diferencias como las libertades que uno puede tomarse a la hora de plantear una situación o acting para una foto, dado el contexto fantástico o imaginario que plantean los cosplayers al representar a un personaje. Es una corriente diferente de la fotografía por estos días”, asegura.
En el Jardín Japonés se organiza desde hace más de 12 años tres veces en el año un clásico denominado Manga y animé (el próximo es el 11, 12 y 13 de octubre). Sergio Miyagi, relaciones públicas del Jardín, no sale de su asombro. “Realmente es muy grato y sorprendente cómo los adolescentes aman la cultura japonesa; para mí es conmovedor cuando un fan canta un tema de animé en japonés. Todo es natural, ellos aman nuestra cultura y lo manifiestan con un tremendo amor”, relata.
En el exterior estas convenciones explotan, según comenta Miyagi, aunque tienen otro nivel de inversión para realizar eventos monstruosos. Los Yamato en Brasil llegan a reunir más de 500.000 personas.
LA NACION