Belisario Roldán y dos dramáticas obras gauchas

Belisario Roldán y dos dramáticas obras gauchas

Por Pablo Emilio Palermo

Que son rosas peregrinas / Las del rosal de las ruinas.” Con estos versos, puestos en boca de El Moribundo  “Un viejo gaucho maltrecho / Jinete en un pobre overo / Que a duras penas tranquea” , culmina la pieza dramática titulada El rosal de Belisario Roldán, orador y poeta las ruinas (estrenada en Buenos Aires en 1916) y que, juntamente con El puñal de los troveros, constituye lo más conocido de la producción literaria del doctor Belisario Roldán. Abogado, orador de excepción, diputado nacional, profesor de Instrucción Cívica en el Colegio Nacional de Buenos Aires, Belisario Roldán (Buenos Aires, 1873 – Alta Gracia, 1922) ha dejado tres tomos de poesía, numerosas obras de teatro, el volumen de cuentos y relatos Cuentos de amargura y sus formidables Discursos, varias veces editados. Ambientada en el año 1870 en Entre Ríos, durante el primer levantamiento de Ricardo López Jordán, El rosal de las ruinas presenta el drama del estanciero Carlos de Álvarez y de Leonor, su mujer, sorprendida en amoríos con Manuel. Esposo y amante se enfrentan en duelo de cuchillos y éste cae: “Junto a la primer tranquera / Hay un hombre malherido”, advierte Carlos. Álvarez, deshecho por la vil traición, decide enrolarse en el ejército, donde alcanza el grado de capitán. Desde esa decisión, se lo verá de capa, chambergo y lanza. El puñal de los troveros (1921), también en verso, narra la historia de la insurrección “en la Pampa” de los colonos y peones que exigen la posesión del pedazo de tierra que cultivan. Julián, buen mozo, cantor y seductor ”¡Un simple gaucho matrero / Jugador y pendenciero!”, según sus enemigos, lidera la rebelión. Pretende, además, a Margarita, la hija del latifundista don Castro. El drama alcanza su cumbre cuando Julián conoce de boca de Castro, prisionero del gauchaje, que Margarita se ha casado con Jorge. Enfurecido, el líder da la orden da atacar: “¡ Lanzas, balas, trabucazos, / Chuzas, taleros, facones, / Caigan crispando el espacio”. Pero todo ha terminado. Margarita le suplica a Julián respeto por su matrimonio. En la acción, la tropa de línea da la victoria a los estancieros. El jefe de los insurrectos, el “gaucho rebelde” que jamás manchó con un crimen “El puñal de los troveros”, enfrenta a los soldados. “Te doy mi muerte”, dice Julián a Margarita como postrer ofrenda de amor. Para Berenguer Carisomo, El rosal de las ruinas y El puñal de los troveros son obras “escritas en versos de ruidosa y llamativa cadencia”. De la primera han alcanzado fama las amargas rimas que Carlos dirige a Leonor: “Te amaba con un amor / Cándido de adolescente; / Te amaba tímidamente / Como nadie amó jamás?” Debe también recordarse de Belisario Roldán, que gravemente enfermo se suicidó en Córdoba, la vibrante oración pronunciada en Boulogne-sur-Mer al dejar inaugurada la estatua ecuestre del General San Martín (1909): “Padre nuestro que estás en el bronce. Las progenies multiplicadas levantan el corazón para jurarlo: hemos hecho la patria que soñaste”

FUENTE: LA NACIÓN