04 Jul Pekerman: habría que pagarle regalías
Por Cristian Grosso
José Pekerman jugará con Colombia uno de los partidos más importantes de su vida. Pero de alguna manera sigue trabajando para la Argentina… La cantera de la que se alimentó la selección mayor en los últimos años es el mejor reflejo de la dedicación de José y todo su cuerpo técnico por medio de una gestión que se abrió paso entre la desconfianza a partir de septiembre de 1994. Pekerman y sus colaboradores siempre se obsesionaron con mejorar la estructura juvenil que, además, se enriqueció con nueve títulos. Pero, fundamentalmente, persiguió la proyección de varios futbolistas.
Hasta estos días.. El repaso es tan contundente como revelador: de los 23 jugadores que eligió Alejandro Sabella para participar en la Copa de Brasil 2014, al menos 17 pasaron por las manos de José y compañía. Nada menos que nueve de los concentrados en Cidade do Galo saben de qué se trata consagrarse campeón del mundo en un certamen juvenil. Hay varios representantes de los títulos bajo la gestión Pekerman/Tocalli: Maximiliano Rodríguez por la Argentina 2001; Lionel Messi, Sergio Agüero, Pablo Zabaleta, Ezequiel Garay, Lucas Biglia y Fernando Gago por Holanda 2005, y Sergio Romero, Ángel Di María, y nuevamente el Kun Agüero por Canadá 2007.
Con Leo Messi como caso emblemático. Pekerman lo definió como una “bendición para el fútbol argentino” cuando lo citó para la mayor. José lo llevó a su primer Mundial, en Alemania 2006. Cuando le refrescan la imagen de la Pulga en el banco de Berlín, sin jugar ni un minuto el día de la eliminación por penales.. Pekerman no se fastidia, pero le duele. “A menudo me lo recuerdan, olvidándose de todo lo demás”, dice. ¿Qué es lo demás? Junto con Tocalli estuvieron al frente de un operativo relámpago. “No podía creer lo que estaba viendo cuando hice jugar a Messi en la selección, casi quitándoselo a España”, aclara. Por entonces, la Federación española estaba detrás del chavalito de Barcelona…
El capitán de Sabella es argentino hasta los huesos. Y lidera una selección que bien podría haber tenido otros dos productos made in Pekerman: Banega y Sosa, que no pasaron el último corte, también tuvieron protagonismo en los juveniles. Ever, es más, fue campeón mundial Sub 20 y olímpico, y el Principito, ya en Holanda 2005, se lesionó a días de debutar en el Mundial Sub 20 y debió volverse (lo reemplazó Patricio Pérez).
Varios apellidos, que provienen de la misma artesanal factoría, lucen en su currículum otro triunfo trascendente teñido de celeste y blanco. Porque además de los títulos mundiales, también hay que destacar a los que se coronaron campeones olímpicos en Atenas 2004 como Mascherano, que recorrió toda la etapa formativa con José y Hugo, más Romero, Zabaleta. Garay, Di María, Gago, Agüero y Messi, que se consagraron en Pekín 2008, con Sergio Batista como entrenador, pero todos fueron herencia de aquellos tiempos fundacionales.
Se encadenan los ejemplos. Lavezzi jugó el Sudamericano Sub 20 de Colombia 2005.Orion participó de la preselección de su categoría, la 81, cuando se preparaba para el Mundial Sub 20 de Argentina 2001 (finalmente los arqueros fueron Germán Lux y Willy Caballero). Andújar fue sparring y grupo de apoyo en la época de Marcelo Bielsa. Demichelis y Palacio directamente pertenecieron a la selección mayor en días de Pekerman. Higuaín es un caso especial: formó parte de los entrenamientos en el predio de Ezeiza desde el 19 al 28 de septiembre de 2005, bajo la conducción de Tocalli, que comenzaba a trabajar en la preselección que desembocaría en la Sub 20 que alzaría la Copa de Canadá 2007, hasta que la familia comunicó que por el tema de la ciudadanía francesa entraría en un compás de espera para resolver el futuro de su hijo.
Y Federico Fernández cruzó por primera vez el portón del predio de Ezeiza el 24 de septiembre de 2007, uno de los últimos días de trabajo de Tocalli, cuando una extraña decisión de la AFA decidió descabezar aquel magnífico trabajo. Después, se sabe, vino el derrumbe que llega hasta hoy.
Hasta a Campagnaro lo siguieron de cerca… El profesor Eduardo Urtasun fue a verlo en un partido que el equipo del zaguero, Deportivo Morón, disputó en la cancha de Argentino de Quilmes, pero el central por poco se pasaba del corte de edad para la categoría que estaba en formación. En resumen, apenas cinco futbolistas del actual plantel no participaron de una era afirmada en la nobleza y la capacidad: Ricky Álvarez, Augusto Fernández, Enzo Pérez, Marcos Rojo y Campagnaro.
La designación de Pekerman, hace dos décadas, primero sorprendió. Luego, despertó resistencia. En silencio, ese cuerpo técnico (vale recordar que los fundadores fueron, junto con José, Tocalli, los profesores Gerardo Salorio y Eduardo Urtasun, el kinesiólogo Raúl Lamas y el doctor Ricardo Denari) se encargó de convencer a todos. Hasta a Julio Grondona, porque conviene apuntar que el contrato original con la AFA sólo se firmó con un año de validez: la Copa del Mundo Sub 20 de Qatar 1995 iba a significar la bisagra. Justamente después de esa coronación le preguntaron a Pekerman si el resultado había sido lo más importante: “Perder un partido no es el final y ganar no es lo único que sirve. Si ahora, por ejemplo, Sorin no se consolida en el fútbol grande, el esfuerzo no habrá servido de nada. La selección juvenil sólo sirve si los jugadores empiezan a crecer a partir de ella”. A 20 años de una revolución, esos beneficios todavía riegan al fútbol argentino. José Pekerman nunca tuvo dudas sobre el camino que debía transitar.
LA NACION