13 Jul La hora de la verdad
Por Gonzalo Garaloces
El mundial: diferente a todo, inclusive al fútbol. Desde cualquier perspectiva o aspecto, lo que significa y demuestra últimamente la copa del mundo, es distinto al fútbol que vemos cotidianamente. Una competencia cada vez más impredecible y que necesita una preparación única e irrepetible para poder conquistar el mundo.
Más allá del color que genera en el intercambio de culturas, la emoción y la alegría en la gente, el costado futbolístico toma una gran distancia con una Copa Libertadores, una Champions League o bien el mundial de clubes que se ven año tras año. Es el mes que si un equipo cuenta con un gran drenaje de funcionamiento mental y físico pueda generar la ilógica que siempre aparece en este hermoso deporte.
Es por eso que se puede encontrar un fútbol tan parejo, que si Holanda hubiera pasado a la final nadie hubiera objetado alguna injusticia, o si Colombia faltándole el respeto y atacando a Brasil podría haber estado entre los 4 mejores del mundo y tampoco alguien hubiera levantado la mano pidiendo justicia. No obstante, gracias a las excepciones este fútbol sigue vigente con selecciones que marcan épocas con grandes generaciones de jugadores y esta vez Alemania cuenta con ella.
Con un proyecto a largo plazo post Francia 98, en el país europeo se decidió por la búsqueda de nuevos talentos. Hoy y luego de la Eurocopa 2009 sub-21 obtenida, son una realidad y algunos con ya dos mundiales encima, encaran la final como el gran favorito. Principalmente por el juego que propone opuesto a la historia germana que siempre los caracterizo. Un estilo del buen cuidado del balón y la comprobación constante de que mientras uno más la tenga, más difícil será, que le convierta el rival. Los dirigidos por Joachim Löw muestran un equilibrio que pocos veces se han visto en la historia de los mundiales. Defender no es tarea fácil, pero atacar defendiendo no es nada sencillo y el equipo alemán cuenta con balanceo táctico.
Mientras que del otro lado del ring aparece la selección Argentina, que cuenta con la mitad del equilibrio recién mencionado, sea defensivo o en la parte de ataque. Un grupo que mantuvo y conformo hace unos años su entrenador Alejandro Sabella, pero sin un estilo bien definido. La contundencia perfecta encabezada por Lionel Messi y sus 3 mosqueteros (Di María, Agüero e Higuian) fue lo que la hizo temible para los rivales rumbo a Brasil 2014. Sin embargo con la alta dependencia de Messi y destellos de Di Maria, la gran arma de Argentina comenzó a disminuir y es así como Sabella mostró su gran capacidad táctica y en la segunda fase opto por mejorar la deficiencia que tuvo usualmente, que era de mitad de campo hacia atrás. Por eso, sigue sin terminar de lograr un juego equilibrado y que el estilo de juego tenga nombre y apellido.
Hoy Alemania se parece más a lo que siempre identifico a la Argentina por su tipo de juego. Hasta también se resalta un orden táctico del seleccionado nacional similar al que por su historia tuvo Alemania y Joy parece ser que los roles han cambiado. Sin embargo, cuando la pelota comience a rodar todo tipo de análisis dejara de tener veracidad, porque en el deporte más lindo del mundo puede ocurrir cualquier cosa. Aunque es verdad, al distinto lo tenemos nosotros.