07 Jul Hora de negociar: La estrategia argentina bajo la luz de la teoría de los juegos
Por Verónica Dalto
Con el juicio perdido, Argentina tiene menos de un mes para negociar con los fondos buitre corriendo el riesgo de default. La teoría de los juegos intenta estilizar el comportamiento estratégico de las partes según el número de jugadores y los pagos que pueden recibir.
Agotadas todas las instancias judiciales y habiendo coordinado una reunión con el negociador asignado por el juez Thomas Griesa el lunes próximo, podría asimilarse al juego actual al del ultimátum, por el cual los fondos buitre cuentan con mayor poder para obtener un resultado favorable. Pero el intento de Argentina de hacer responsable a Griesa de un default del bono Discount podría entenderse como el ingreso de un componente irracional en la negociación por parte del país o tratar de armar un juego en tres arenas diferentes: jurídica, de política internacional e interna.
Fue Jorge Miguel Streb, profesor del CEMA, quien asemejó este movimiento final al juego del ultimátum, en el que de la mano de un mediador, un jugador propone al otro cómo dividir el dinero. Y éste sólo puede aceptar o rechazar la oferta.
Argentina sería el jugador que recibe la propuesta de unos holdouts que ahora pueden ser más agresivos. Argentina ya no tiene la iniciativa. Los que ganaron la ventaja son los holdouts. Ahora no le quedará otra alternativa que atenerse al arreglo que diga el mediador, dijo Streb.
El país podría decir que no a la oferta del mediador. En ese caso, ambos pierden: los holdouts seguirían sin recibir nada, pero a la Argentina tampoco le convendrá asumir la consecuencia de un default. Que Argentina tenga tanto para perder le da ventaja negociadora a los holdouts, explicó Streb.
El resultado de este juego cuando se realiza en montos pequeños es de un 50% para cada jugador. Pero este juicio es por u$s 1.330 millones y Argentina está arrinconada por el riesgo de default. El poder del ultimátum esta en los holdouts, agregó.
Si Argentina está en un escenario de mayor debilidad respecto de los fondos buitre, sorprenden las idas y vueltas que dio en las últimas semanas.
Este comportamiento llevó al economista Diego Chameides, de Quantum Finanzas, a enmarcarlo en los estudios sobre irracionalidad del premio Nobel de Economía Robert Aumann. En Teoría de Juegos, el sólo hecho que un jugador asigne una mínima probabilidad a un comportamiento irracional de otro jugador puede llevar a un resultado totalmente diferente al que se hubiese obtenido en un contexto donde todos saben que todos son racionales, sostuvo en un informe. En determinadas circunstancias, mientras que al final se debe ciertamente jugar racionalmente, parece desatinado hacerlo desde el principio. En este sentido, una reputación de irracionalidad puede volver creíble una amenaza no creíble bajo criterios de racionalidad absoluta, agregó.
Todavía el país puede intentar mostrar que no le pesa un default. La reputación del gobierno de actuar irracionalmente -desde el punto de vista económico- en el pasado, paradójicamente, es un activo en la negociación actual, pero para saber si actúa racionalmente al final deberemos esperar, con la consecuente incertidumbre y volatilidad asociada en los mercados, finalizó.
Este comportamiento que puede parecer irracional también puede enmarcarse en un juego en tres arenas, según dijo Diego Reynoso, profesor de la Universidad de San Andrés. Por lo que una decisión no eficiente, en realidad puede estar maximizando el resultado en otra arena.
Los tres planos simultáneos en juego serían el legal, el político internacional y el político local, cada uno con pagos diferenciales.
Un juego es el estrictamente legal con Griesa, que tiene reglas muy claras, definidas y precisas. El depositar el pago del Discount es un juego irracional, pero no es el único. Otra arena es la política internacional, al pedir el respaldo de otros países que puede presionar interpretaciones sobre el fallo del juez. Y la tercera es el frente interno, al complicar el posicionamiento de los actores que quieran especular con el fallo de Griesa para obtener una ganancia política en Argentina, dijo Reynoso.
Del lado de los fondos buitre, estos análisis incluyen el supuesto que no cuentan con credit default swaps, con los cuales los bonistas también ganarían dinero si el país entrara en default.
EL CRONISTA