Google ya no es sólo un buscador, ahora planea conquistar el mundo

Google ya no es sólo un buscador, ahora planea conquistar el mundo

Pensar en Google como un simple buscador es hoy una idea tan errada como ingenua. La compañía comenzó a crear o comprar empresas que ya estaban trabajando bien en áreas que consideraba estratégicas. Así desarrolló el servicio de correo electrónico Gmail (2004), el traductor Translate (2007), el navegador Chrome (2008) y el chat Google Talk (2005), hoy videochat Hangouts, por citar algunos de sus servicios online. También compró la plataforma de videos YouTube (2006) y la de blogs Blogger (2003), entre otros.
Pero con la misma rapidez con que se expandió a nuevas áreas, Google también supo identificar cuando retroceder. El máximo ejemplo es Reader, que el año pasado fue clausurado tras casi ocho años de funcionamiento. “Su uso ha bajado y la compañía está concentrando sus energías en menos productos. La apática red social Google+ sería la excepción.
Google creció de la mano de sus herramientas de publicidad AdWords y AdSense, donde nada estaba librado al azar. Tal es así que la actual CEO de Yahoo y entonces ejecutiva de Google, Marissa Mayer, llegó a hacer una prueba con 40 tonalidades de azul para saber cuál era el color exacto que llevaba a hacer más clics y, por ende, a producir más ganancias.
La luz de alerta sobre el plan de Google para conquistar el mundo debió encenderse con el lanzamiento de Android. El sistema operativo móvil planteó la misma estrategia que Microsoft había implementado más de 30 años antes para las computadoras de escritorio: desarrollar un software para todas las marcas de hardware que lo quieran usar.
Pero Google también supo darle un giro diferente, pues creó un sistema operativo de código abierto. Si bien tiene ciertas restricciones, permite a los desarrolladores hacer cambios en el software original para mejorarlo o personalizarlo.
La estrategia resultó ser un éxito. El año pasado, la cuota de mercado de Android alcanzó 78,6%, contra 15,2% de iOS, el sistema operativo móvil de Apple, según la firma de análisis IDC. De igual forma, su tienda de aplicaciones, Google Play, se puso a tiro rápido con la de la manzana y ambas hoy declaran tener 1,2 millones de apps.
La popularidad de Android, encarnada en el éxito de Samsung, también líder mundial en ventas de smartphones, llevó a la compañía a querer incursionar en el hardware. Tanto en smartphones como tabletas, Google siempre se ha asociado a otras firmas reconocidas, como el propio Samsung, LG, HTC y Acer. Incluso compró Motorola en 2011, lanzó un par de celulares y luego la vendió a Lenovo. Algo similar ha hecho en el ámbito de las laptops.
Por lo pronto, son otros los aparatos donde Google ha demostrado innovar y liderar.
A menos de un kilómetro de las oficinas centrales de Google, en Mountain View, California, existe un laboratorio de acceso restringido. Se llama Google X y es el área de mayor innovación y secretismo de la empresa. Allí se trabaja coqueteando con la ciencia ficción para obtener resultados realidades.
De Google X surgieron dos proyectos que todavía están lejos de masificarse, pero que podrían transformar por completo la vida cotidiana.
Uno de ellos son los Glass. Los lentes inteligentes de Google son el símbolo de la tecnología para vestir. Gracias a su conexión a internet y su funcionamiento a través de comando de voz, uno puede decirle a estos aparatos que hagan actividades tales como googlear, sacar una foto (de 5 MP), grabar un video (de 720 p), dar direcciones para ir a un lugar (por GPS), enviar un SMS o correo electrónico (vía wifi o Bluetooth).
Los Glass todavía no están en el mercado, pero cuando la compañía los puso a la venta en Estados Unidos solo por 24 horas y a un precio de US$ 1.500, se agotaron. La promesa de Google es lanzarlos este año.
El otro proyecto futurista es el auto que se conduce solo. Como pionero en una área en la que hoy trabajan compañías como Ford, Volvo o BMW, Google presentó en mayo el primer prototipo de un modelo comercial de este vehículo autónomo. Su pequeño tamaño (tiene dos asientos) y lenta circulación (no supera los 40 km/h) no debe engañar a los amantes de las máquinas. La clave de este vehículo autónomo es nada menos que prevenir los accidentes de tránsito por errores humanos.
Este proyecto explica la última y más ambiciosa adquisición de Google: la compañía de satélites Skybox Imaging.
Google ha comprado numerosas compañías que han sorprendido. Por ejemplo, en 2013, en menos de seis meses, adquirió ocho empresas de robótica y a principios de este año compró la empresa de domótica Nest por u$s 3.200 millones. Pero Skybox es diferente.
Oficialmente pagó u$s 500 millones por la startup porque sus satélites proporcionarán imágenes para el servicio Maps, ayudarán a predecir desastres naturales y brindar acceso a internet. Lo que es una preocupación real de la compañía. No en vano otro de sus proyectos X son globos estratosféricos que lleven internet a zonas sin conexión. También es este el motivo de la compra de la firma Titan Aerospace, cuyos drones son capaces de volar a grandes alturas utilizando energía solar.
Sin embargo, Skybox es mucho más. Sus satélites pequeños, ligeros y baratos, darían a Google el poder de poner en órbita una cantidad de cámaras que filmen en tiempo real lo que sucede en el mundo, como un reality show de la Tierra. Esto incluye la detección temprana de la deforestación, por ejemplo, pero también calcular la cantidad de autos estacionados en el parking de un shopping. Y ganar dinero con eso.
Con Skybox, Google pasa a tener un poder que ni las agencias de seguridad estadounidenses tienen (o eso declaran). En tiempos donde la información es poder, la compañía no se conformó con ser la dueña del buscador líder, encargado de jerarquizar el conocimiento del mundo. Ahora también lo vigila desde el espacio.
EL CRONISTA