21 Jul Fiat 500 L: los chicos crecen
Por Jorge Pandini
En las últimas décadas, algunas marcas emprendieron un camino distinto a la hora de desarrollar un nuevo modelo. Revisando su historia decidieron tomar como inspiración modelos que fueron emblemáticos y relanzar las versiones modernas utilizando las nuevas tecnologías disponibles.
Sin duda, a fines de los 90, Volkswagen hizo mucho ruido con el lanzamiento del nuevo Beetle; eso fue en 1998 y el legendario Escarabajo cobró vida, conservando rasgos de diseño de los modelos originales, pero con mecánicas vanguardistas y los mejores sistemas de seguridad.
Otro modelo emblemático que cobró nueva vida es el MINI, que bajo el paraguas del grupo BMW renació en 2001.
Finalmente fue Fiat la que en 2007 siguió esa tendencia de unir pasado y futuro con un modelo icónico, y lo hizo con el Cinquecento. Pequeño, atractivo, seguro, clásico y moderno se convirtió rápidamente en un auto casi de culto.
Ahora, Fiat lanzó en la Argentina el 500 L, que se vio por primera vez en Ginebra 2012 y marca el camino que los italianos decidieron seguir; al igual que lo hecho por BMW con MINI, que a partir de un modelo construyeron una marca, ahora el 500 se agranda y llega con 5 puertas y espacio para toda la familia, sumando así dos siluetas (hay una tercera que se vende en Europa y cuya carrocería es la más larga).
¿Qué es el 500 L? Un modelo que compite, por tamaño, con el Citroën C3 Picasso o con el MINI Countryman.
Se agrandó para ofrecer 5 puertas y espacio cómodo para cinco pasajeros; buena habitabilidad, máxima seguridad y detalles de equipamiento y diseño propios de un auto de un segmento superior.
A primera vista todo es distinto; alto, largo (60 cm más que el 500 corto), musculoso. Concebido para brindar buena habitabilidad para cinco pasajeros, es un vehículo totalmente distinto al primer Cinquecento.
En este caso, los objetivos fueron crear un modelo pensado para toda la familia, pero que conservara ese aire juvenil y canchero que lo llevó a una posición de privilegio en la consideración de los usuarios.
Además, la decisión de Fiat Argentina fue poner en el mercado un vehículo equipado con los mejores sistemas de seguridad y buen nivel de equipamiento.
Prueba de ello son los 6 airbags de serie y los múltiples sistemas de control.
Tiene algunos chiches que nos gustaron mucho, como el amplio techo vidriado fijo que se disfruta muchísimo, especialmente los pasajeros que viajan atrás. Otro acierto es un buen baúl, que mejora su capacidad por la posibilidad de desplazar las butacas traseras y con un sistema que permite separar los espacios de carga. La posición de manejo no es la que uno puede imaginarse en un 500, sino más elevada, propia de un monovolumen.
La versión que llega a nuestro país es la equipada con motor naftero multivalvular 1.4 de 95 CV de potencia máxima, asociado con una caja manual de 6 marchas, lo que permite en ruta tener una buena marcha con bajas revoluciones de motor y, obviamente, un consumo contenido. Tiene muy buena calidad de terminaciones, suspensiones firmes y un andar firme y seguro. Bien insonorizado, es ágil en la ciudad y muy luminoso; viajar en el 500 es una experiencia agradable.
Ofrece asientos delanteros con regulación eléctrica lumbar y el del conductor regulable en altura, butacas traseras rebatibles y deslizables, radio con pantalla táctil, entradas de USB y volante multifunción. Tiene climatizador automático, control de velocidad crucero, dirección asistida eléctrica dualdrive, espejos externos con regulación eléctrica, levantavidrios eléctricos delanteros y traseros, y volante regulable en altura y profundidad.
Entre los faltantes hay que mencionar el sistema GPS y los sensores de estacionamiento delanteros; las butacas delanteras también nos parecieron mejorables.
Ofrece sistema ABS con distribución electrónica de frenado, alarma, seis airbags, controles de tracción y estabilidad, asistencia en pendientes y fijaciones Isofix para sillas de bebe en asientos traseros. También tiene sensores de lluvia, luz y de estacionamiento trasero.
En conclusión, el 500 L llega con buenos argumentos para ganarse un lugar en el segmento de los monoespacio compactos.
LA NACION