El ciclismo presentaría riesgos para la salud sexual femenina

El ciclismo presentaría riesgos para la salud sexual femenina

Por Anahad O´Connor
Pasar mucho tiempo sobre un asiento de bicicleta, un hábito que fue vinculado con disfunción eréctil en hombres, también podría representar algún riesgo para la salud sexual femenina, sugiere un nuevo estudio.
Muchas mujeres que andan en bicicleta o toman clases de spin conocen esa especie de adormecimiento que puede aparecer luego de estar varios minutos pedaleando sentadas en un asiento tradicional de bicicleta.
Este tipo de asientos están diseñados de tal modo que el peso del cuerpo típicamente descansa en la “nariz” del asiento, lo que puede comprimir los nervios y vasos sanguíneos del área genital. En hombres, esto aumenta el riesgo de disfunción eréctil, algo ya documentado en estudios de oficiales de la policía masculina que patrullan en bicicleta.
Pero las mujeres ciclistas no fueron estudiadas tan de cerca hasta ahora. Un trabajo de investigadores de Yale encontró en 2006 que las ciclistas de género femenino tenían menor sensibilidad genital comparadas con un grupo control de mujeres corredoras.
Como resultado, algunos científicos creen que las ciclistas probablemente corran un riesgo similar de padecer problemas sexuales que sus colegas hombres.
En un último estudio, los científicos de Yale trataron de determinar si hay factores específicos que influyen en la sensación de dolor y adormecimiento que frecuentemente sienten las mujeres ciclistas. En esta investigación tomaron parte cuarenta y ocho mujeres. Todas andaban en bicicleta como mínimo 16 kilómetros por semana, pero frecuentemente bastante más.
Las mujeres llevaron sus bicicletas y asientos personales al laboratorio, donde los científicos las montaron en una máquina estacionaria e hicieron que las deportistas pusieran sus asientos y manubrios en la posición preferida. A medida que ellas pedaleaban, iban informando si sentían irritación, adormecimiento o sensación de hormigueo como consecuencia de estar sentadas en el asiento de la bicicleta. También se utilizó un dispositivo para medir la sensación en el piso pelviano.

LA CLAVE: EL ASIENTO
Curiosamente, fue la posición del manubrio lo que pareció tener el efecto más notorio. Las mujeres que andaban en bicicletas con manubrios situados más abajo que sus asientos experimentaban más presión en un área de tejido suave conocida como perineo, y eso reducía la sensibilidad en el piso pelviano.
Los investigadores descubrieron que cuanto más bajo estaba el manubrio en relación con el asiento más la ciclista se tiene que inclinar hacia adelante, lo que la fuerza a colocar un mayor porcentaje de su peso corporal sobre el perineo. Este problema puede ocurrir con mayor frecuencia cuando ella se inclina hacia adelante, aplana su espalda y pone las manos en la parte descendente del manubrio de una bicicleta de ruta o de carrera para adoptar una posición más aerodinámica.
“Estamos mostrando, básicamente, que puede haber factores de riesgo modificables asociados con las ciclistas mujeres”, dijo la doctora Marsha K. Guess, uno de los autores del estudio y profesora asistente de obstetricia, ginecología y ciencias de la reproducción de la Escuela de Medicina de Yale.
“Esto nos ubica mejor para educarlas acerca de las prácticas de ciclismo seguras que pueden ser verdaderamente beneficiosas para reducir la presión y la pérdida de sensibilidad en el piso pelviano”, agregó.
Los hallazgos, publicados online en The Journal of Sexual Medicine, ayudan a arrojar más luz sobre los problemas que enfrentan las ciclistas mujeres, algo que requiere estudios de más largo plazo, dijo Steven M. Schrader, científico del Instituto Nacional para la Seguridad Ocupacional y la Salud de los Estados Unidos, cuyo trabajo pionero ayudó a identificar los posibles riesgos del asiento de la bicicleta para los oficiales de la policía masculina que patrullan en bicicleta.
El doctor Schrader dijo que a lo largo de los años él viene dando conferencias acerca de sus hallazgos a grupos de policías que cumplen esta función. Al terminar, dijo, las mujeres de la audiencia a veces se le acercan y le dicen: “Eso no es algo que les pase solamente a los hombres”.
“Las mujeres están teniendo problemas también”, dijo Schrader.
Sus investigaciones en oficiales mostraron que una de las mejores maneras de eliminar o reducir la presión en el perineo es usar una bicicleta con un asiento que no tenga “nariz”. El instituto recomienda que los policías y otros trabajadores usen bicicletas con asientos “sin nariz”, que permiten que el peso descanse sobre los glúteos. Y a pesar de que no estudió el uso de asientos de este tipo en las mujeres, piensa que podrían ser beneficiosos para ellas también.
LA NACION