Porsche 918: adrenalina al por mayor

Porsche 918: adrenalina al por mayor

Por Jorge Pandini
Cada vez que una marca presentaba un concept car en un salón del automóvil podía pasar mucho tiempo y grandes retoques de diseño antes de que el modelo pase a producción en serie. Sin embargo, eso fue cambiando en los últimos años y hoy, la mayoría de los prototipos son casi modelos listos para entrar en etapa de fabricación.
Cuando en el Salón de Ginebra de 2010 Porsche mostró el 911 GT3 R Hybrid supimos que los alemanes se tomaban muy en serio la tecnología híbrida, que por lo general combina un motor eléctrico con otro naftero. Aquel modelo de competición utilizaba tecnología híbrida desarrollada por el equipo Williams de Fórmula 1. Tenía dos motores eléctricos que entregaban en conjunto 218 CV que se sumaban a los 500 CV del motor naftero de 4 litros y 6 cilindros.
Con una versión mejorada del GT3 R Hybrid, Porsche consiguió, un año después, su primera victoria en una de las fechas del campeonato alemán de larga distancia corrida en Nürburgring. Finalmente, en el Salón de Fráncfort del año último Porsche presentó el 918 Spyder, un superdeportivo híbrido que pudimos manejar en el autódromo Ricardo Tormo, en Valencia.
porsche-918-spyder_100439467_l
Se trata de un superdeportivo biplaza cuya carrocería monocasco está realizada con fibra de carbono reforzada para disminuir pesos, y está empujado por dos motores eléctricos (uno por eje) y un V8 naftero de ubicación central, todo acoplado a una caja automática de 7 marchas.
El resultado es un vehículo fuera de serie que ofrece cinco modos de conducción. Puede circular mansamente por las calles casi como un carrito de golf o entregar toda su potencia de manera bestial con cifras de performance que en una pista hacen palidecer a la mayoría de los autos de carrera.
El motor eléctrico posterior tiene una potencia máxima de 156 CV y el delantero entrega 129 CV, los que sumados a los 608 del V8 naftero son capaces de dar una potencia máxima de 887 CV a disposición del pie derecho. Tiene tracción integral y ruedas traseras directrices (hasta 3°), las que a menos de 50 km/h giran de manera opuesta a las delanteras y por encima de esa velocidad lo hacen en el mismo sentido.

LA BELLA Y LA BESTIA
El conductor puede elegir entre cinco modos de funcionamiento con sólo girar un selector ubicado en el volante (ver foto en página 5): desde totalmente eléctrico hasta con todos los motores empujando al mismo tiempo.
Los modos son E-Power, en el que sólo funcionan los motores eléctricos; de esta manera tiene una autonomía de hasta 31 kilómetros y una velocidad máxima de 150 km/h. Un cuarto de giro a la perilla permite pasar al modo Hybrid, en el que los motores eléctricos y el de combustión trabajan de forma alternada, casi como la mayoría de los modelos híbridos de producción en serie que pudimos probar. Otro cuarto de giro y llegamos a la posición Sport Hybrid, donde el motor naftero empuja de forma permanente y apela a los eléctricos en determinados momentos.
El cuarto punto es el Race Hybrid, que permite obtener el máximo rendimiento y un estilo de conducción especialmente deportivo. Finalmente, para emociones fuertes basta con presionar el botón rojo ubicado en el centro del selector para poner el modo Hot lap, que libera todas las reservas del 918 Spyder para un par de vueltas rápidas.
Me acomodé en la butaca donde alcancé una posición de manejo bastante confortable, considerando que estamos en un superdeportivo.
Porsche-918-Spyder-photos
Salí a la pista donde puede dar varios giros. Empecé en modo eléctrico escuchando apenas el silbido de los motores eléctricos; apenas superada la primera curva pasé a Hybrid y los dos escapes ubicados a centímetros de mi espalda me permitieron escuchar el ronquido del V8.
Después de dos giros para tomar un poco más de confianza con el auto y el circuito cambié al modo Sport, y pisé el acelerador con fuerza y mi espalda golpeó contra la butaca. Frenando cada vez más cerca de las curvas y acelerando con más firmeza llegó el momento del Race Hybrid; la aguja del velocímetro trepaba de manera increíble. Pero aún faltaba lo mejor. Presioné el botón rojo de Hot lap y mi nuca impactó contra el respaldo, el auto rugió y el cuentavueltas trepó a 9000 vueltas. El paredón de la calle de boxes se esfumaba a mi lado; en un abrir y cerrar de ojos ya estaba otra vez al final de la recta. Fueron dos vueltas a pleno, acelerando y frenando en toda su capacidad.
Me sorprendió tanto la bestial aceleración como la capacidad de frenada y la gran tenida del auto en las partes trabadas del circuito.
Después pude dar una vuelta por la ciudad en modo Hybrid, donde se mostró dócil y fácil de conducir. Sin duda, una buena combinación de belleza refinada y cifras bestiales de aceleración.
Un placer para pocos, claro, ya que el auto cuesta en Europa unos 800.000 euros. Se hacen a mano y se fabricarán sólo 918 unidades.
LA NACION

Tags: