“Me gusta hacer películas inteligentes”

“Me gusta hacer películas inteligentes”

Por Juan Manuel Strassburger
Estamos en el futuro. Una salvaje invasión extraterrestre busca destruir la especie humana. Pero una pareja interpretada por Tom Cruise y Emily Blunt encuentra la forma de impedirlo. ¿Cómo? Dándoles a los invasores de su propia medicina. “Siempre estuve interesado en las grandes ideas. Y esta película las propone”, sostiene Doug Liman (director de Identidad desconocida, Sr y Sra. Smith, entre otras) sobre su nuevo film: Al filo del mañana. Es el regreso de Cruise a la pantalla grande después de Oblivion, y la gran apuesta de ciencia ficción hollywoodense que llega a los cines locales este jueves.
–¿Qué te propusiste lograr con el film?
–Bueno, primero que nada, ésta no es una película de dos conceptos. Por ejemplo: invasión alien y Tom Cruise. No. Es un film de un sólo concepto, y es el siguiente: hay una invasión alien y nos están venciendo. ¿Por qué? Porque ellos tienen la capacidad de repetir el mismo día una y otra vez y no hay manera de que la humanidad pueda vencer un adversario así. Salvo que de alguna manera el personaje Cruise encuentre la forma de replicar esa capacidad. Y ahí arranca lo más interesante.
Liman explica que no tenía el menor interés de hacer otra típica película de invasión extraterrestre. “Lo que realmente me motivaba era el camino que tenía que emprender el personaje de Tom Cruise, Bill Cage, a lo largo de la película. Soy un apasionado contador de historias, de los que gustan entretener contando un relato en una fiesta, reunión o festejo de amigos. No me da vergüenza hacerlo. ¡Para nada! Por eso me gusta hacer películas inteligentes que provoquen al pensamiento.”
En ese sentido, el concepto de un personaje que está atado a pelear la misma batalla día tras día era muy interesante “como punto de partida y como metáfora de la vida”, para el director. “La realidad es que no podés cambiar al mundo y no podés cambiar otras personas, pero sí podés cambiarte a vos mismo. Todo el mundo va a seguir haciendo lo mismo, pero vos sí podés llegar a cambiar eso que hacés”, afirma.
–¿Es una película con más de una lectura?
–Sí porque de repente ya no estás hablando de una invasión extraterrestre, sino de los viajes en el tiempo y de la condición humana. Ese gran concepto fue lo que me motivó. Entonces, cuando encontré esta historia que plantea este significado más profundo, además de plantear una verdadera aventura de ciencia ficción con momentos de comedia y romance, no lo dudé: “¡Quiero hacer esa película!”, me dije.
–Se dice que siempre empleàs un método de “colaboración mutua” en el set. ¿Aquí fue así?
–Sí. Estoy a favor de los ambientes colaborativos de trabajo. Y creo que se puede lograr pese a que estés trabajando dentro de una estructura grande como es un estudio de Hollywood. En el caso de Al filo el mañana, conversamos entre todos sobre los personajes, la historia y la filosofía de la historia, ya desde la primera reunión. Recuerdo que estábamos repasando el guión y en un momento Emily me dijo: “¿Sabés que nunca hice una película así?” Y yo le respondí: “¿Sabés que yo tampoco?” Y era verdad. Erwin Stoff, nuestro productor, me dijo luego que había sido un lindo gesto de mi parte: mostrarme al mismo nivel que los actores. Y no como un sabelotodo, siempre por arriba de la situación, sino como un par. Creo que establecer ese método de trabajo desde el principio aliviana cualquier tensión y facilita cualquier contratiempo. Ayuda a generar espacios libres de ego donde la mejor idea gana.
–¿Cómo fue practicar ése método colaborativo con Tom Cruise?
–A Tom le encantó trabajar de esta manera. Pensá que es la estrella mayor de la película y era el primer interesado en que todo saliera bien. Y te digo: ¡Se esfuerza tanto durante la grabación, pone tanto empeño y se preocupa tanto por todo! Y no sólo por cómo terminará la película, sino también cómo la está pasando el equipo y todos ahí en el set. Si uno tiene en cuenta la cantidad de películas que ya lleva filmadas sorprende mucho verlo comprometido como la primera vez. Es como un chico en una tienda de golosinas.
–Habiendo pasado por la experiencia de trabajar con él, ¿qué pensás que es lo que hace grande a Tom Cruise?
–Bueno, obviamente, por muchas razones, no hay nadie como Tom Cruise. Pero diría que su rasgo más distintivo es el entusiasmo y el estado de excitación que le imprime a todo el proceso de filmación. Es difícil de imaginar, pero te doy un ejemplo: en nuestro primer día de filmación lo citamos a las ocho de la mañana. ¿Y qué pasó? Estaba ahí desde las ocho menos cuarto. Y lo mismo al día siguiente. Por eso, para el tercer día, llegamos a esa hora así estábamos a la par. Pero entonces él empezó a llegar a las siete y media. ¡Siempre 15 minutos antes! Entonces, ¿quién no se sentiría realmente entusiasmado de participar de un ambiente de trabajo donde la figura máxima se comportara así?
–¿Qué dirías que aportó Tom al personaje?
–Muchísimo. A veces arrancamos con los ensayos para una escena, con el guionista presente, y nos poníamos a reescribir ahí mismo a partir de sus recomendaciones. Tachábamos y reelaborábamos los diálogos hasta que calzaban perfecto en Tom. A veces lo lográbamos rápido, a veces tardábamos un poquito más, pero el resultado era siempre satisfactorio. En ese sentido, Tom es un compañero de trabajo excelente que no le teme a probar cosas nuevas y a salirse del libreto cuando es necesario. Por ahí muchos, en la instancia que está él, jugarían a no arriesgar. Pero no es el caso de Cruise. Realmente quería probar todas las posibilidades.
–¿Y con Emily Blunt cómo fue la experiencia?
–Emily es sencillamente una actriz increíble. Normalmente, cuando voy al trabajo, estoy bastante estresado porque siempre quiero conseguir el mejor registro. Entonces, ir cada día al estudio era como para un atleta ir cada día a competir. Así lo veía yo. Por eso, antes de volver a casa solía preguntarles a todos en el set cómo les parecía que nos había ido: si habíamos perdido la jornada o si la habíamos ganado. Porque no se puede ganar todos los días. A veces ganas, a veces perdés. Y en esas situaciones Emily siempre tenía la mejor predisposición para la autocrítica. Trabajar con ella tanto como con Tom me facilitó todo.
–Emily pasó por una transformación física importante para lograr su papel. ¿Esa fuerza estaba ahí desde el principio o la fue logrando con el correr de las jornadas?
–Emily venía al set con una fortaleza increíble que es imposible de conseguir en un gimnasio. Ella necesitaba, sí, ejercitar sus músculos, un asunto que por suerte sí se puede conseguir haciendo pesas. Y acá de nuevo volvemos a Tom. Como él se prepara tanto y tan bien para sus personajes, Emily estuvo ejercitándose como siete meses antes de que arrancaran las grabaciones. No quería desentonar.
–Para varios críticos, el personaje de Blunt, pese a no ser el principal, es determinante para entender el sentido del film. ¿Es así?
–Sí, porque se puede entender lo que pasa viendo la historia a través de sus ojos. Tranquilamente podría haber tenido a Emily y a un actor equis en el otro personaje e igual hubiera sido muy interesante. Por supuesto que Tom le aporta un plus impresionante a la película. Pero a nivel personajes, el rol clave es el de Emily. De todos modos, ambos se amoldaron perfecto. Y tenés una historia de amor como bonus de la historia general. Son personajes fuertes, no porque sean fuertes físicamente sino porque sus historias son fuertes.
–¿Qué peso tuvo lo femenino en la historia?
–Todos los que han visto mis anteriores trabajos saben de la importancia que siempre le di a las mujeres en mis films. En Sr. y Sra. Smith, por ejemplo, ella es mucho más fuerte que él. Y fundamentado en una situación argumental. No soy el típico director que elige a la chica hot del momento para sus papeles. No. Quiero que sean actrices que de verdad se puedan poner en el papel. Y Al filo del mañana no fue la excepción.
–¿Te interesó dar una fuerte verosimilitud a los personajes, dado que se trata de una historia de ciencia ficción?
–Sí. Me aproximé a la construcción de ambos personajes desde la perspectiva personal de cada uno, de lo que yo creía que ellos debían pensar. Y por suerte creo que nos salió bien.
TIEMPO ARGENTINO