Las soft parties de mujeres desplazan al tupper sex

Las soft parties de mujeres desplazan al tupper sex

Por Rita Abundancia
Las razones por las que un grupo de mujeres se reúnen en una casa han variado. Primero lo hacían para hablar sobre tupperwares o productos Avon, hasta que descubrieron que siempre acababan hablando de sexo. Las tupper sex fueron entonces las primeras citas en las que no hacía falta una excusa para tratar lo que realmente les preocupaba e ir al grano, y surgieron cuando los sex shops eran todavía lugares inhóspitos, dedicados casi exclusivamente al sexo masculino.
Luego llegaron los establecimientos para mujeres y ahora son cada vez más las que guardan un vibrador o juguete erótico en el cajón.
Anne-Charlotte Desruelle era una abogada de negocios francesa que trabajaba entre París, Londres y Dubai. Hace unos cuantos años, los juguetes eróticos no eran fáciles de conseguir en su país, por lo que sus amigas le pedían que se los trajeran de Londres. En 2006 creó su blog Annelolotte et ses sextoys –Annelolotte y sus juguetes eróticos– en el que comentaba sus aventuras con las nuevas tecnologías en materia de sexo, compartía experiencias y daba consejos. El blog fue un éxito y la revista Elle lo clasificó como uno de los más influyentes en Francia. Soft París, empresa dedicada a la venta a domicilio de cosmética íntima, lencería y juguetes eróticos, nació también ese mismo año.
Anne pensó que para vender sus productos la fórmula de una reunión entre mujeres era perfecta, ya que existen todavía muchos mitos y desconocimiento sobre estos temas. Dejando de lado el espíritu competitivo, tan propio de los 80 y 90, cuando los temas de sexo de las revistas femeninas eran del tipo Cómo ser multiorgásmica, las soft parties han nacido con afán de desterrar los falsos disfraces y aprender el arte de la seducción que, en palabras de Anne, debería
empezar por uno mismo. “Antes de aprender cómo seducir a los demás, una mujer debe primero aprender a seducirse ella misma. Hablamos de autosensualidad, el principio según el cual descubre lo que le gusta o no, entiende la sensibilidad de su cuerpo y aprende a responder.”
Pero lo que hace especiales a las soft parties, aparte de su filosofía, son sus formas, ya que no se limitan a una mera reunión entre mujeres, sino que tienen una vocación más lúdica y festiva. En un evento de este tipo hay música, bebidas, se cuida el decorado y además son temáticos. Los argumentos se eligen para satisfacer las necesidades de las mujeres en función de su edad, madurez de la pareja y experiencia.
Classique, por ejemplo, está destinada a aquellas que deseen añadir un toque picante a la vida cotidiana con su pareja, y si la cosa requiere todavía más especies está Maîtresse, concebido para las que han caído en la rutina. El éxito editorial del año ha dado origen a Sombras de Soft Paris, para las valientes que se atrevan a explorar nuevos territorios gracias a los juegos dominación/sumisión. Like a Virgin es la nueva despedida de soltera, moderna y con clase. Dedicada a las que comienzan una nueva vida de casadas. La meta está en que la novia tenga todas las claves y las armas necesarias para una noche de bodas de las que hacen historia.
En principio, estas reuniones están concebidas para cualquier tipo de mujer entre 18 y 70 años, aunque también pueden organizarse para parejas. “recuerdo una soft party en la que coincidieron tres generaciones juntas: la abuela, la madre y la hija”, comenta Anne.
Las estadísticas revelan que las mujeres son las compradoras del 60% de los juguetes eróticos. ¿Significa eso que son ellas las que más se preocupan por mantener viva a la pareja, o que la sexualidad masculina es más básica y no necesita de tantos accesorios? Según Anne, “es un interés común. La mujer compra productos para la vida íntima porque se da cuenta de que es por el bien de la pareja. Somos más curiosas, de mente abierta y precursoras de tendencias en la relación. Pero al final, a pesar de que somos nosotras las que tenemos la iniciativa de comprar este tipo de productos, los hombres también quieren utilizarlos. Muchas parejas toman la decisión juntos, como una manera de alejarse de la rutina, divertirse y crear un nuevo dinamismo en su vida íntima”.
Las soft parties nacieron en Francia, pero empiezan a popularizarse en otros países como Inglaterra o Irlanda, y se están introduciendo en España e Italia. “Las mujeres cambian mucho según las nacionalidades –explica Anne–. Las francesas dan a menudo la impresión de que ya lo conocen todo, pero al final no están realmente seguras de ellas mismas, al contrario de lo que quieren demostrar. Las inglesas no hablan mucho, pero su vida privada es muy sofsticada.”
Con el prometedor nombre de asesoras de la felicidad, las organizadoras de estas fiestas-reuniones tienen que vender los productos y servir de catalizador. Esto significa resolver dudas, contestar preguntas, sugerir usos- y enseñar los ingredientes para la fórmula de la seducción.
LA NACION