La neohabla que nació en las pantallas

La neohabla que nació en las pantallas

Por Manuel H. Castrillón
Toma un joystick con sus manos y se transforma. Su mente deja de estar en su casa para estar rodeado de palmeras y lianas, apuntando con un M16 y acechando a lo más oscuro de una selva húmeda y pegajosa. De repente, un pandemonio de disparos se desata y uno cae muerto. “¡Sos un campero, así no vale!”, se escucha por los parlantes. “¡Te di un francazo!”, contesta con orgullo el chico argentino.
El juego multiplayer online no sólo permite, como su nombre lo indica, que usuarios de cualquier parte del mundo se junten en un reducto virtual común -conocido como party- para competir en un juego de acción, aventuras o un simulador deportivo. También es la sala de parto de una neohabla con términos que pueden tener un origen en el inglés, en un español centroamericano o de una dudosa procedencia.
Mucho han cambiado las visitas de los chicos a las casas de sus amigos. Hace unas décadas, antes del juego con computadoras o consolas, se compartía el entretenimiento. Ahora, no es raro que un amigo juegue con la PlayStation, Wii o Xbox, mientras que otro lo haga frente a otra pantalla, por ejemplo, la de la PC. No necesariamente sucede que compartan el mismo videojuego y estén conectados por Internet. Se juntan, pero cada uno está aislado en su universo. “Pasame tu IP”, le dice uno a otro, para ubicar la computadora y encontrarse en ese mundo lúdico. A lo mejor uno tiene auriculares, frente a la pantalla unida a la consola, pero habla simultáneamente por Skype por otra PC o smartphone que tiene enfrente y también a través del chat del videojuego. Los padres pierden el hilo de la conversación. Sus hijos, no. Son multitasking. Pueden gritarse o charlar con aliados y enemigos en varias conversaciones a la vez.
¿Qué son algunas de estas nuevas palabras, estos códigos iniciáticos que comparten los chicos? Campero o estás campeando, viene del inglés to camp o camping, y significa estar al acecho y matar al oponente como lo haría un francotirador. Otro término que podemos ahora escuchar es trolear. En este caso, viene del personaje de la mitología nórdica, de troll o su derivado trolling. Esto significa algo así como pechar o llevar al adversario a una esquina e impedir que éste salga.
En cuanto a francazo, damos fe de que no encontramos su etimología. La hemos encontrado en muchos usuarios españoles de videojuegos. Se aplica, generalmente, a un disparo en el pecho o en la cabeza.
Hay más palabras de uso común entre los usuarios de videojuegos, como podrían ser escopeteros y francoperos. Existen diversos glosarios en la Web sobre esto, como http://bit.ly/QdIWGf y http://bit.ly/1pawfvA. Tal vez los padres necesitarían conocerlos.
Pero ¿cuántas de ellas quedarán en nuestro idioma para siempre? ¿Se mantienen en el habla cotidiana de los adultos algunas palabras provenientes de la rayuela, el dinenti o las figuritas? La respuesta la dirá el tiempo y será en función de la cantidad de años que se juegue a través de Internet. Hasta que se invente otra forma de jugar.
LA NACION