La guerra entre aerolíneas ahora se juega en las salas de espera

La guerra entre aerolíneas ahora se juega en las salas de espera

Las aerolíneas intentan ofrecer las mejores salas de espera VIP en los aeropuertos, en las que han invertido cientos de millones de dólares en un intento por mejorar sus instalaciones.
Hoy parecen lujosos spas y restaurantes que funcionan como imanes para pasajeros de primera clase y ejecutiva, y para los viajeros frecuentes de más nivel. Incluso algunas tarjetas de crédito premium ofrecen acceso a estos lugares.
Las salas más lujosas ofrecen controles de seguridad privados, peluquerías y asistentes capaces de conseguir las mejores entradas para el teatro y reservas en restaurantes de todo el mundo. Cuentan con zonas donde se puede disfrutar de una lujosa cena con manteles blancos y champán antes de embarcar.
Además, el personal puede planchar su ropa mientras usted se da una ducha. Los clientes siguen eligiendo las aerolíneas en función de las rutas y el precio. Pero cuando los viajeros de lujo disfrutan de cosas tan parecidas en el aire, ya que la mayoría de los operadores ofrece asientos que se convierten en camas, comidas deliciosas y un sinfín de opciones de entretenimiento, las instalaciones en tierra pueden marcar la diferencia y ayudar a los pasajeros decantarse por una aerolínea en concreto.
En el Aeropuerto Heathrow de Londres, el Clubhouse de Virgin Atlantic ofrece a los pasajeros de clase ejecutiva cortes de cabello gratis con estilistas de moda y cócteles “secretos” que no están en el menú. Los viajeros que llevan su traje de baño pueden usar el jacuzzi.
Muy cerca, British Airways ofrece más: salas separadas para viajeros de clase ejecutiva y primera, además de un Concorde Room para los pasajeros internacionales de primera clase. Una de las salas tiene luces de cristal Swarovski, un bar en el que se puede degustar el mejor champán y cómodos sofás de cuero donde los viajeros pueden relajarse. El Concorde Room tiene un espacio para conferencias con asientos que eran parte del avión supersónico que ya no está operativo.
Los viajeros frecuentes afirman que se vuelven fanáticos de las salas porque unas buenas instalaciones pueden marcar la diferencia cuando se trata de dormir, ser productivo y descansar. Algunos las utilizan durante escalas prolongadas, mientras que otros llegan al aeropuerto más temprano para aprovechar sus ventajas.
Las aerolíneas prefirieron no revelar cuánto tiempo pasan los viajeros en estos lugares. “Es agradable pensar que te dan todo esto gratis, aunque obviamente no lo es, ya que el coste de todo está incluido en el precio del billete”, asegura un pasajero que vive en Londres y viaja con frecuencia.
Virgin Atlantic y British Airways instalaron versiones más pequeñas de sus lujosas salas en el Aeropuerto JFK de Nueva York, donde también Delta Air Lines abrió en mayo el mayor y más lujoso de sus clubes.
Se destaca por un patio al aire libre de 185 metros cuadrados en la terraza del terminal, desde donde se ven los aviones y las pistas. Delta también inauguró un club en Atlanta con un área al aire libre y planea una importante remodelación de su sala en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles.
El próximo año, Qantas abrirá una sala de clase ejecutiva en Los Ángeles que duplica el tamaño de la actual y que dispondrá de un bar de vinos con chimenea. Las aerolíneas afirman que las tarifas altas para vuelos internacionales largos les permiten construir salas elegantes, por lo que la mayoría están en aeropuertos que operan con muchos vuelos al extranjero. En Doha, Qatar Airways tiene una terminal de lujo independiente para pasajeros de primera y clase ejecutiva.
El tratamiento facial Elemis que se aplica antes de un vuelo, de 30 minutos de duración, tiene un coste de unos 110 dólares. Lufthansa tiene una terminal separada de primera clase en Fráncfort, desde donde la aerolínea lleva en coches de lujo a los viajeros frecuentes de la categoría más alta y a los pasajeros de primera clase los traslada directamente a los aviones.
La sala de Thai Airways en Bangkok suele tener buena calificación en las encuestas de viajeros frecuentes, al igual que la sala de primera clase de Qantas en Sidney. Las salas de Cathay Pacific en Hong Kong, de Emirates en Dubai y de Etihad en Abu Dhabi también suelen estar en las listas de las mejores.
Las aerolíneas que vuelan dentro de EE.UU. afirman que les resulta difícil justificar los gastos en salas VIP cuando muchos de sus usuarios son viajeros frecuentes que vuelan con tarifas internas más económicas y pasajeros que compran billetes con descuento.
Muchas salas para viajeros dentro de EE.UU. ofrecen algunas bebidas alcohólicas gratis. La oferta de comida consiste principalmente en snacks o sándwiches. Además, las salas se suelen llenar con rapidez. Las aerolíneas afirman que planean realizar mejoras porque sus clientes están experimentando un servicio de lujo en otros lugares del mundo, a menudo en empresas que son socias. Heathrow es el único aeropuerto del mundo con salas rivales que están entre las mejores de la industria.
La sala de primera clase de British Airways tiene numerosas obras de arte muy valiosas. La Sala Concorde, con capacidad para 150 personas, tiene camas con TV y cubículos adornados con candelabros, donde los pasajeros pueden pedir todo tipo de opciones gourmet sin coste alguno.
La bebida más costosa en el bar es el whisky Johny Walker Sello Azul, que cuesta entre 246 y 328 la botella. El Clubhouse de Virgin tiene una mayor influencia de Nueva York que de Londres, lo que refleja el volumen de clientes que viajan entre las dos grandes ciudades.
Hay una zona de entretenimiento con sala de TV, una mesa de billar y juegos electrónicos. Una zona del piso superior puede cerrarse para los clientes más VIP. En el último piso hay un pequeño jardín exterior desde donde se pueden observar los aviones. El spa ofrece masajes gratuitos de 15 minutos (al igual que British Airways) y cortes de pelo.
EL CRONISTA