09 Jun Hallan un esqueleto en México que aclara el poblamiento de América
Un esqueleto hallado en una cueva acuática en la península mexicana de Yucatán ha reforzado la teoría de que los primeros pobladores de América pertenecieron a un único grupo procedente del noreste de Asia, dice un estudio publicado ayer por la revista Science.
Los restos, sometidos a análisis genéticos, fueron hallados en 2007 en la cueva de Hoyo Negro y corresponden a una mujer de unos 15 a 16 años que probablemente cayó en la caverna subterránea hace 12 mil a 13 mil años, antes de que ésta se llenara de agua miles de años después.
Estudios hechos al esqueleto femenino, que se conserva casi intacto, han aportado nuevos indicios de que el poblamiento de América se realizó desde Asia hace 18 mil a 26 mil años a través del puente de Beringia, entre Siberia y Alaska.
Las investigaciones fueron conducidas por un grupo internacional de científicos encabezado por el antropólogo estadounidense James Chatters, dueño de la empresa Applied Paleoscience, y Pilar Luna, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (Inah), de México.
El origen único de los habitantes del continente ha sido objeto de debate entre científicos. Algunos investigadores afirman que los primeros pobladores y los actuales pueblos nativos provienen de diferentes regiones del mundo, debido a las diferencias morfológicas entre sus cráneos.
Sin embargo, de acuerdo con el estudio publicado en la más reciente edición de Science, el material genético del esqueleto de la mujer es similar al genoma de los actuales pueblos indígenas americanos, aunque su cráneo es distinto.
Además del esqueleto, los científicos encontraron en la cueva huesos de 26 grandes mamíferos como los mastodontes y tigres de diente de sable.
Un grupo de buzos tuvo que sumergirse primero unos diez metros para entrar por un túnel hasta la caverna, de unos 30 metros de profundidad.
Chatters dijo que el hallazgo fue fundamental para responder a una pregunta que se había hecho durante más de 20 años: “¿Quiénes fueron los primeros americanos?”.
Naia. El esqueleto hallado en México de una chica de hace 12 mil años revela que los pobladores que llegaron al continente son los antepasados de los nativos actuales.
Los restos de Naia, el esqueleto de uno de los primeros americanos, fueron descubiertos en 2011 en México por un equipo de investigadores científicos. Sumergida a 40 metros bajo el nivel del mar, en las profundidas de una cueva inundada en la península del Yucatán tan oscura que se conoce como Hoyo Negro, yacieron durante al menos 12 mil años los restos de Naia.
Este es el nombre que recibió el esqueleto casi completo de una joven de 1,47 metro de altura que debió caer en aquella espectacular cavidad mexicana y que fue descubierto en 2011 durante una exploración en aquella espectacular cavidad mexicana. Desde el Pleistoceno, Naia tiene ahora mucho que contar a los científicos.
Según un estudio llevado a cabo por un equipo internacional de investigadores y buzos, los restos, en extraordinario estado de conservación, aportan datos esclarecedores sobre los orígenes de los primeros habitantes del continente americano.
A través de la información genética obtenida de uno de los dientes de la infortunada Naia, se puede establecer un vínculo entre aquellos primitivos pobladores y los modernos nativos americanos, de manera que los autores del estudio descartan que se produjeran inmigraciones por separado de distintos lugares de fuera de América.
El profesor Ripan Malhi, del Instituto de Biología Genómica y antropólogo de la Universidad de Illinois, en los Estados Unidos, asegura que “los investigadores son capaces de identificar el linaje genético con alto gardo de certeza, lo que muestra que los actuales nativos americanos y estos restos antiguos de la chica que hemos analizado todos proceden de la misma fuente de población durante el poblamiento inicial de las Américas”.
¿Quiénes fueron los primeros americanos? ¿De dónde llegaron? ¿Qué relación les une con las poblaciones nativas actuales? Naia, cuyo esqueleto prácticamente íntegro se ha descubierto, junto a huesos de animales, en una cueva llena de agua en México responde ahora a esas cuestiones.
Naia, como ha sido apodado el esqueleto, sería una chica de unos 15 ó 16 años cuando cayó en la cueva, entonces seca, y murió. Medía un metro y medio de altura y tenía los rasgos craneales y faciales característicos de los primeros americanos, notablemente diferentes de los actuales. Pero su ADN muestra su parentesco con los nativos americanos contemporáneos. Fue su antepasada, procedente de aquellas poblaciones que entraron desde Asia en el continente americano por la región (entonces emergida) del estrecho de Bering y se fueron extendiendo hacia el Sur. Así que no hubo oleadas diferentes de pobladores de diversos lugares, como sostenía alguna hipótesis.
“Lo más emocionante es que finalmente, después de 20 años, tenemos una respuesta acerca de quiénes fueron los primeros americanos”, resume James Chatters, líder del equipo que ha hecho el descubrimiento, sin olvidar todos los atractivos del proyecto: “La preciosa cueva, los esqueletos de animales increíblemente bien conservados, el esqueleto humano casi completo y el éxito de nuestro innovador enfoque de datación”.
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