Entre generaciones: el trabajo en la era 2.0

Entre generaciones: el trabajo en la era 2.0

Por Nicolás Pili
Tus padres, tus hijos, tus amigos, tus mascotas, tus jefes, todos tienen Facebook. 0 al menos todos pueden tenerlo, que es lo mismo. Está claro que Mark Zuckerberg no in¬ventó las redes sociales, pero sí se encargó de “horizontalizarlas”. Al menos cuatro generaciones de usuarios de esta plataforma todavía por explorar conviven ahora taMbién en la esfera laboral, modificada por este cambio de paradigma: los vínculos y la inmediatez. Alejandro Mascó es licenciado en Psicología, socio de la consultora Oxford Partners, especialista en recursos humanos con experiencia en empresas como L’Oreal, Walmart Argentina y Citibank. Además es docente, y en sus ratos libres le gusta escri¬bir. El resultado de todas estas disciplinas combinadas es su primer libro. Entre generaciones, donde pone sobre la mesa la integración de las generaciones jóvenes a las organizaciones.
Determinada cada una por un contexto histórico particular, las cuatro generaciones son: la de los baby boomers -aquellos nacidos entre las décadas del 40 y el 60-, cada vez más cerca de retirarse; la generación X -nacida entre el 60 y el 80-, también llamada “puente” o “sandwich”; la pujante generación Y -de entre el 80 y principios del 90 -, que integra el grueso del talento joven en las empresas; y la reciente generación Z -de mediados del 90 a la actualidad-. “La conectividad y la globalización son dos nuevas dinámicas determinantes en nuestra vida actual. Hay que correrse de los prejuicios y entender cómo el mundo cambió junto con la tecnología: del paradigma industrial de los 80 y el de la conectividad de los 90, al paradigma actual, que es vincular”, señala Mascó.
¿Cuál es la principal tensión que produce la generación Y en la esfera laboral?
La generación Y se propone disfrutar más. Pensar que los jóvenes tienen menos compromiso, es un prejuicio. Antes se hablaba del equilibro entre la vida laboral y la vida personal. Uno después de trabajar, empezaba a disfrutar. Y no es así, la vida es una sola y uno la disfruta o no. No es fácil hacerlo, pero ésta es una generación que si no siente que es parte de un equipo, que está siendo útil y disfrutando lo que hace, lo busca en otro lado. La vida hoy pasa por los vínculos y éstos mueven a las familias y a las organizaciones. Las relaciones muy cercanas entre hijos y padres se transfieren a las relaciones con sus jefes. Hay jefes que están preparados y otros que no, porque se formaron con distancia y autoridad hacia sus superiores. Ahora alguien puede agregarte a Facebook después de cuatro dias de haber ingresado en la empresa.
El traslado de la vida personal y la privacidad a las redes sociales, ¿es un fenómeno que se corresponde con esto?
Se han dando efectos superinteresantes. No todos los baby boobmers tuvieron que migrar al mundo tecnológico por cuestiones laborales, pero sí lo hacen actualmente a través de sus nietos, para conectarse con ellos. Creció de manera importantísima la gente mayor de 65 años conectada a Internet. Antes, en las casas la máquina de escribir era algo casi intocable: era una herramienta de trabajo exclusiva de los mayores. Ahora, la misma computadora o una tablet es la herramienta de juego del hijo y de trabajo del padre. El mundo cambió. Al igual que antes se hablaba de redes sociales y redes profesionales, ahora ya es todo parte de lo mismo.
¿Y en el trabajo cotidiano, cómo se ve reflejado?
Antes cuando iba a trabajar con mi walkman, me lo sacaba apenas entraba a la oficina y me lo volvía a poner en cuanto salía. Jamás pensé que iba poder escuchar música en mi ámbito de trabajo. En principio te resistís, pensás que la gente no está comprometida con lo que hace, pero no, simplemente cambió la manera de trabajar. Hay que acordarse de que los que tenemos un poco más de años, tenemos mucha experiencia para compartir a los más jóvenes. Es importante reconocer que cada generación tiene mucho para aportar. Un padre tiene que poder decirle a sus hijos cuáles son los caminos recorridos que lo llevaron a ambos a estar en el lugar en el que están.
¿Y a la hora de contratar un trabajador?
Hoy una marca atrae a los jóvenes trabajadores por su responsabilidad social empresarial. Por su dedicación a la sociedad. Antes era llamado compromiso, siempre existió, pero hoy es un valor tortísimo. La generación de los baby boomers, marcados por las recesiones y la posguerra, quería ingresar a una empresa y ponerse la camiseta de la organización para trabajar, crecer, toda la vida. La generación Y, en el otro extremo, no piensa en eso. Hoy vos podes estar reclutando a alguien que al preguntarle dónde se ve en diez años no busca ser ge¬rente o mánager de la compañía. Y eso no es tener menos compromiso, es otra realidad del mundo y de la cultura.
Y la generación Z , ¿qué tiene para aportar?
Algunos de los jóvenes nacidos directamente en el mundo tecnológico e hiperconectado están ingresando al circuito laboral ahora. Al igual que los Y, exigen a sus jefes un feedback más inmediato y cotidiano. No les sirve que les cuentes cómo trabajan en su evaluación de fin de año. Necesitan que les cuentes cómo van, si les gustó el proyecto que propusieron. Los primeros jefes Y de más o menos 30 años están a cargo de estos chicos y tienen un vínculo similar y cercano al de sus padres, con muchos menos tabúes. Es una evolución de la sociedad.
¿Cuál es el contexto social y político que define a las nuevas generaciones?
La caída de las Torres Gemelas causó un fuerte impacto en todas las generaciones, pero en particular en la Y, porque nadie imaginaba algo así. La generación Y he¬reda esa premisa de disfrutar más del hoy. Tenés que ser feliz y ser un buen tipo hoy. Es un concepto maravilloso.”
REVISTA CIELOS ARGENTINOS

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