13 Jun “El bebé que vivirá mil años ya nació”
Por Laurent Alexandre
Poca gente es capaz de imaginar cuánto evolucionará el hombre en los próximos cien años. El ser humano que poblará el planeta será, biológica y mentalmente, tan diferente del hombre actual como los humanos del presente se sienten distantes de los pobladores de las cavernas. Gracias a los progresos vertiginosos de la ciencia, la esperanza de vida llegará tan lejos que hoy es casi imposible divisar el horizonte.
“El bebé que vivirá mil años ya nació”, suele decir en forma provocativa el profesor Laurent Alexandre. En el estado actual del conocimiento, la ciencia está en condiciones de hacer vivir al hombre varios siglos —a un costo enorme, claro— pero con el tiempo esas tecnologías se abaratarán y serán más accesibles. En todo caso, asegura, todo indica que “la ciencia comenzó a vencer a la muerte” y que “el hombre podrá vivir 100, 200, 300 años…”
Esas afirmaciones, sostenidas por una nutrida documentación científica, son el argumento de base de su libro La Muerte de la Muerte, que se convirtió en un best-seller de divulgación.
Cirujano-urólogo y neurobiólogo, este francés de 49 años abandonó el ejercicio de la medicina para estudiar el genoma humano e investigar la secuenciación del ADN en una clínica que creó en 2004 en Bélgica.
NOTICIAS lo entrevistó en París para saber qué aportará la ciencia en los próximos 5, 10, 15 o 50 años, y para que explique los progresos realistas capaces de prolongar la existencia humana y cuál es la esperanza de vida que un habitante del planeta puede esperar en la actualidad.
NOTICIAS: El pronóstico de vivir mil años, ¿es un slogan publicitario o es una perspectiva verosímil?
Laurent Alexandre: La esperanza de vida de un ser humano pasó de 25 años en 1750 a más de 80 años en la actualidad. Ahora, gracias a los progresos de la medicina, aumenta a un ritmo de 3 meses por año. El récord de vida lo tiene hasta ahora la francesa Jeanne Calment con 122 años, 5 meses y 14 días.
NOTICIAS: ¿Se puede pasar ese límite?
Alexandre: Para superarlo será necesario modificar la naturaleza hu¬mana mediante intervenciones que demandarán la potencia de las NBIC (nanotecnología, biología, informática y ciencias cognitivas). La conexión de esas cuatro disciplinas va a convertir al médico en ingeniero de la vida con un poder fantástico de transformar nuestra naturaleza biológica.
NOTICIAS: ¿Eso existe en la actualidad?
Alexandre: Está muy avanzado a título experimental. Pero la verdadera ruptura tecnológica se producirá alrededor de 2025. En una fase inicial, la ciencia y la tecnología de la vida —que aglutina terapias génicas, células madre y órganos artificiales— va a transformar todo el sistema de salud. Ulteriormente, habrá dos avances paralelos. Por un lado, la conjunción de nanomedicina y nanotecnología reparadora, junto con la hibridación entre el hombre y la máquina. En forma simultánea, se podrá recurrir a la manipulación (muy riesgosa) de la telomerasa, un enzima que previene el desgaste de los cromosomas, y a la modificación de la composición del suero. Esa serie de avances significativos permitirá hacer retroceder la muerte o —si prefiere— prolongar la vida.
NOTICIAS: ¿Cuál es el horizonte de vida visible en este momento?
Alexandre: Un niño que nace hoy tendrá 90 años a comienzos del siglo XXII. Durante su vida será beneficiario de todas las innovaciones tecnológicas —previsibles e imprevisibles— que se producirán en este siglo. No es exagerado pensar que fácilmente podrá vivir hasta el año 2150 y, como los progresos tendrán un efecto multiplicador que seguirán una curva exponencial, de etapa en etapa podrá llegar a 300, a 500 y ¿por qué no? a mil años. La demanda de vida es insaciable. El ser humano está dispuesto a invertir todo lo que sea necesario para dilatar la muerte.
NOTICIAS: Esa perspectiva exigirá cambios estructurales del ser humano.
Alexandre: Por lo pronto, será necesario pasar por una modificación radical de nuestro funcionamiento biológico y de nuestro genoma.
NOTICIAS: Las teorías que usted avanza…
Alexandre: No son teorías. Son realidades en pleno desarrollo.
NOTICIAS: …nos hacen pensar en un mundo de ciencia ficción, con un planeta poblado de hombres biónicos: mitad humanos y mitad máquinas.
Alexandre: Nos dirigimos hacia tecnologías cada vez más invasivas. Incluso los implantes comienzan a ser cada vez más aceptados. A nadie le escandalizan los implantes dentales, los anteojos, los lentes de contacto o las prótesis de cadera o del cristalino. Son una primera etapa. Hace poco asistimos al primer injerto de un corazón artificial y, desde hace tiempo, se utilizan los circuitos integrados —es decir los chips— intracerebrales para tratar a las personas con Parkinson o Alzheimer.
NOTICIAS: La moral social, sin embargo…
Alexandre: La moral, los principios éticos y las reservas de carácter religioso desaparecen frente a la amenaza de muerte. El slogan del siglo XXI será “antes transhumano que muerto”. Las barreras sociales están cayendo aceleradamente. Recién estamos en el principio del tobogán del transhumanismo.
NOTICIAS: Precisamente, usted se zambulló en el transhumanismo cuando abrió su laboratorio de genética aplicada. ¿Cuáles son los aportes de esa disciplina?
Alexandre: La secuenciación integral de los pacientes, sobre todo de los
enfermos de cáncer, permite establecer un diagnóstico completo sobre nuestras predisposiciones o las características de los tumores a fin de orientar mejor los tratamientos y, en el futuro, pilotear las manipulaciones genéticas sobre nuestro patrimonio ADN.
NOTICIAS: ¿Cualquier persona, aunque esté sana, puede pedir una secuenciación?
Alexandre: Desde luego, pero con¬viene hacerlo bajo la dirección de un médico. Permite conocer la propensión a desarrollar ciertas patologías y actuar preventivamente para demorar la enfermedad. En el futuro será posible corregir o reemplazar un mal gen. De esa forma, además de erradicar el origen de la enfermedad, se elimina el riesgo de transmitirlo a sus hijos, que es de 50 por ciento.
NOTICIAS: ¿Cuándo la secuenciación se convertirá en un examen accesible?
Alexandre: Ya lo es. Todos los suizos que sufren de cáncer serán secuenciados antes de 2015. En 2020, la mayoría de los occidentales se habrán sometido a ese examen.
NOTICIAS: La secuenciación, si comprendo bien, permitirá prevenir las patologías graves, pero abre las puertas a un peligroso eugenismo.
Alexandre: Ya estamos en un proceso que es irreversible. En la práctica, hemos entrado en la era de la tecno-maternidad, que practica una selección de embriones y elimina a los fetos “riesgosos”: 97% de los seres humanos con trisomía 21 no llegan a nacer porque las madres se someten a una interrupción voluntaria de embarazo.
NOTICIAS: ¿Son frecuentes esos abortos preventivos?
Alexandre: En total silencio, en los últimos 30 años el mundo erradicó casi por completo la trisomía.
NOTICIAS: Usted dice que la tecno-maternidad permite ir más lejos.
Alexandre: Hasta ahora, la extracción de líquido amniótico solo permitía identificar un puñado de patologías. Pero la secuenciación integral del futuro bebé —es decir 3.000 millones de pares de bases químicas que constituyen su identidad genética— permite actualmente realizar un diagnóstico genómico completo del feto a partir de una simple extracción de sangre de la madre.
NOTICIAS: Que cuesta una fortuna…
Alexandre: ¡En absoluto! La reducción de costos es asombrosa. En 2003. la primera secuenciación de un hombre costó 3.000 millones de dólares, es decir la suma de todas las investigaciones realizadas para lograr ese avance tecnológico. El costo de la secuenciación baja 50% cada cinco meses. Hoy cuesta unos 3.000 dólares y dentro de un par de años se podrá hacer por 100 dólares.
NOTICIAS: ¿Cómo se logra esa disminución?
Alexandre: La explosión de la potencia informática continúa desarrollándose según la ley que enunció en 1965 Gordon Moore, uno de los fundadores de Intel: la potencia de los microprocesadores se duplica a costo constante cada 18 meses. Actualmente, el último chip de Intel (Knights Córner) procesa un billón de operaciones por segundo. Si se pone esa potencia al servicio de la genómica, es posible realizar una lectura cada vez más completa del ADN. Es necesario acudir a ese tipo de cálculos porque ningún médico puede memorizar las 100.000 mutaciones que se descubren cada día y que alimentan las bases de datos en flujo continuo.
NOTICIAS: ¿El hombre no se está zambullendo en una fosa abisal, de la cual no se conoce cuál es el fondo? El transhumanismo puede abrir las puertas a aventuras incontrolables.
Alexandre: Es una verdadera pesadilla, pero los límites deben ser adopta¬dos a escala mundial. Si los chinos comienzan a fabricar Bill Gates en cadena, el resto de las potencias no podrán permanecer inactivas. En los países de tradición judeo-cristiana existe un freno religioso, pero los chinos u otros países asiático no tienen esos prejuicios. Después de Hiroshima y Nagasaki se pudo evitar el uso militar de la bomba atómica. Con este tipo de experiencias se puede esperar lo mismo.
NOTICIAS: ¿El hombre está mental¬mente, se podría decir filosóficamente, preparado para vivir 300, 500 o mil años?
Alexandre: El mayor obstáculo será el cerebro. Para evitar la esclerosis cerebral, habrá que “resetear” el cerebro periódicamente porque nuestra capacidad de memoria no puede aumentar en forma indefinida. Es posible buscar alternativas apelando a implantes de microprocesadores. Pero garantizar la plasticidad de nuestro cerebro exigirá un trabajo de reingeniería extremadamente “pesado”. Vivir mucho tiempo puede convertirse en una realidad, pero al precio de una redefinición completa de la humanidad. Será el regreso de Fausto traído de la mano por las tecnologías NBIC.
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