El argentino que mejor conoce a Irán: “El equipo no se rinde nunca”

El argentino que mejor conoce a Irán: “El equipo no se rinde nunca”

Por Juan Ignacio López
Cuando años atrás Diego Giacchino (41) caminaba por los pasillos de la Universidad de San Martín, nunca pensó que formaría parte del cuerpo técnico de una Selección mundialista. Y menos que el país que defendería sería Irán. Cuando allá por diciembre le sonó el celular y le informaron que el conjunto asiático requería sus servicios, él inmediatamente se puso a disposición de Carlos Queiroz, entrenador de Irán. “Acá tenemos a nuestro Messi”, dijo el portugués cuando presentó al argentino. Giacchino es uno de los preparadores físicos del rival de la Argentina de hoy. Y gran parte de sus conocimientos los aprendió en la Universidad de San Martín.
“Fue una muy buena experiencia la que tuve en la universidad, pude adquirir y consolidar muchos conocimientos gracias a los profesionales que estaban a cargo de la carrera en ese momento. El doctor Néstor Lentini, Juan Carlos Bird, Nelida Wiedmercabrera. La verdad fue algo muy importante para mi futuro”, dice Giacchino desde el búnker de Irán, en Brasil. Sus estudios en licenciatura en Educación Física los lleva a la práctica en los entrenamientos de la Selección iraní: está encargado de hacer el control de rendimiento de cada uno de los jugadores con el GPS, además de verificar la parte cardíaca y dosificar las cargas en el gimnasio. “La idea es tratar de hacer un trabajo muy individualizado para tener un rendimiento óptimo”, agrega.
El trabajo de Giacchino está dando sus frutos. Y en esa excelente condición aeróbica los iraníes piensan dejar una buena imagen hoy. “Nuestros jugadores son aguerridos y luchadores. No sé si es la forma de vida que llevan pero están acostumbrados a pelearla hasta el final sin rendirse nunca. En la eliminatoria dieron vuelta resultados adversos en varios partidos, lo que demuestra que son fuertes mentalmente”, define Giacchino.
Para él será un duelo más que especial contra la Argentina. “Palpito el partido con unos nervios terribles. Todos los días pienso qué voy a hacer durante el Himno argentino y me digo: ‘¿Me paro? ¿Me quedo sentado?’ Y siempre respondo que, de última, hago la de Ricardo Lavolpe con México en 2006 y salgo después del Himno. Pero no tengo idea. Vamos a ver en el momento”, dice quien igualmente ve al conjunto dirigido por Alejandro Sabella como gran favorito a ganar el Grupo F.
La carrera profesional de Giacchino arrancó en la empresa FisioSport, que se encarga de darle un tratamiento interdisciplinario a jugadores profesionales. Desde allí conoció a personas relacionadas al ambiente del fútbol y pudo integrarse al cuerpo técnico de Jorge Burruchaga, en Banfield, y hasta asesorar al Corinthians en lo que es su especialidad: la preparación física, el control de rendimiento o performance y el diseño de los entrenamientos en base a las necesidades físicas del equipo, pero incorporándolas a los trabajos técnico y tácticos. Luego llegaría el llamado de Irán.
“Llegué a las 3 de la mañana y a las 7 me presentaron con el plantel. Yo tenía muchos temores por el idioma y la cultura sobre todo, pero me recibieron de una manera tan generosa que se me fueron en cinco minutos”, recuerda. Luego de que Queiroz lo llamara “Messi”, los jugadores empezaron a cargarlo. “Me decían todo el tiempo Messi o me preguntaban por quién iba a hinchar cuando jugáramos contra Argentina, pero siempre desde la buena onda”, cuenta.
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