El 70% desayuna con café, pero pocos conocen sus beneficios

El 70% desayuna con café, pero pocos conocen sus beneficios

Por Diego Igal
Sólo, doble, cortado, lágrima, capucchino, en pocillo, jarra o jarrito. Cada habitante de este suelo argentino que toma café tendrá una relación más o menos intensa que con el maté o el té y en formato variable. Pero está claro que cuando se trata de juntarse con una vieja amistad para ponerse al día, cerrar un negocio o un trato o extender una sobremesa, la mayoría pide esta infusión negra que es el segundo líquido más consumido del mundo, después del agua.
En el marco de la cuarta campaña “Amo mi Café”, de la Cámara Argentina de Café, se presentó ayer un estudio que puso en números ese ritual diario de millones de argentinos que toman por año y per cápita un kilo o poco más de 191 tazas de este producto.
El sondeo –una investigación cuantitativa a nivel nacional con más de 400 encuestados, la mayoría de la Ciudad de Buenos Aires, una muestra representativa del mundo online y dos focus group– estableció tendencias sobre cuándo, cómo, con quién y para qué se lo bebe, pero también determinó que, aunque el 71% considera que es un producto natural y el 70% lo toma al desayunar, el 60% de los consultados desconoce los beneficios para la salud que tiene el producto: por ejemplo muchos ignoran que están asociados a los antioxidantes. Y en ese sentido un médico y una nutricionista invitados al lanzamiento del trabajo mencionaron las vitaminas, minerales y los famosos antioxidantes que aporta el producto.
Jorge Franchella, cardiólogo, deportólogo y director del Programa Actividad Física y Deportes del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires, entre otros cargos, la ponderó como bebida saludable para la actividad física y los deportes, porque desde el momento de la ingesta se percibe un efecto natural que activa durante cuatro a seis horas al menos, y mejora y potencia la atención, la concentración, el rendimiento muscular y cardíaco, además de mejoras a nivel respiratorio, hormonal y del cerebro”.
En ese sentido, Franchella puntualizó que “el café moviliza las grasas de los músculos empleándolas como combustible. De esa manera, se ahorra glucógeno (o sea los azúcares) para poder utilizarlos en los momentos que se necesita mayor potencia en los movimientos”.
Franchella admitió que tal vez no se conoce mucho sobre estos beneficios y citó a la propia American Collage of Sports Medicine (ACSM) que determinó como un potencial para todos los sistemas del cuerpo -por ser absorbido por la mayoría de los tejidos- “y la cafeína en particular constituye una ayuda ergogénica nutricional (que produce energía) aunque no tienen ningún efecto que pueda considerarse artificialmente inadecuado”, agregó.
La licenciada en nutrición Andrea Rochaix recordó que “el café cuenta con un gran componente de antioxidantes y un dato significativo sobre estos, es que protegen al organismo del daño oxidativo que causan moléculas llamadas radicales libres, que producen la degeneración en las células”.
También agregó a lo dicho por Franchella que el café reduce la sensación de cansancio y somnolencia; aumenta la capacidad de reacción y la toma de decisiones; mejora la atención visual y aporta, con el consumo de entre 3 y 4 tazas diarias, minerales, fibra y antioxidantes a la alimentación y da mayor esperanza de vida en consumidores habituales.
Rochaix recomendó tomarlo siempre con algo en el estómago, negó que provoque acidez, y aseguró por el contrario que es digestivo porque estimula la vesícula.
Hilary Strong, directora de The Brand Bean que desarrolló el estudio para la Cámara Argentina de Café, destacó que la mayoría de los consultados expresó una preferencia por el café por el placer de la bebida en sí, los beneficios psicológicos y el ritual del consumo que está más que claro será particular y especial, pero en algún punto hermana a los que día a día amanecen en este rincón del mundo.
TIEMPO ARGENTINO