San Antonio pasó a Dallas con un gran séptimo partido

San Antonio pasó a Dallas con un gran séptimo partido

En el séptimo partido de la serie con Dallas, los Spurs volvieron a ser los Spurs. Regresó la intensidad en defensa y la agresividad en cada posesión, con el desequilibrio de Parker para que cada ofensiva fuese una estocada quirúrgica en la rocosa defensa de los Mavericks. La paridad que dominó toda la serie se rompió con una holgada victoria de los texanos que ganaron por 24 puntos (119-96), pero que llegaron a tener una ventaja máxima de 31 unidades. La historia ya parecía sellada en el entretiempo, cuando los locales se iban a los vestuarios 69 a 46.
El Big Three, que integran Parker, Ginóbili y Duncan funcionó a la perfección. La planilla de Manu se cerró con 20 puntos (3 de 4 en dobles, 2 de 3 en triples y 8 de 9 en lanzamientos libres). Además, el bahiense aportó tres rebotes, cinco asistencias y seis robos. Duncan, por su parte, contribuyó con 15 puntos. Y Parker fue el goleador implacable: 32 puntos (11 de 19 en dobles y 10 de 13 en tiros libres), cuatro asistencias y cuatro rebotes.
Pese a lo holgado del resultado, los Spurs debieron ponerse el overol para eliminar a unos Mavericks que jugaron muy por encima del octavo puesto que habían conseguido en la temporada regular. Algo parecido le pasó a Indiana, el equipo de Luis Scola, que también tuvo que sacar lo mejor de sí mismo para pasar a Atlanta, al que derrotó 4-3.
Ése es todo un símbolo de lo que son los actuales playoffs de la NBA: cinco de las ocho series de la primera rueda tuvieron que llegar al séptimo partido para definirse. Es récord, compartido con la temporada 1994. Todo hace pensar que el récord caerá, ya que los cinco séptimos partidos de hace 20 años fueron en toda la serie de playoffs, y aquí se dieron en la primera rueda.
Otros síntomas de la paridad: ocho de los 50 partidos de playoffs disputados hasta ahora se definieron en el tiempo suplementario. Y 23 encuentros de los 50 (casi la mitad) terminaron con una diferencia de cinco puntos o menos a favor del ganador.
“Creo que es buenísimo para el básquetbol y para los hinchas. Aunque enloquece a los entrenadores. Pero para el deporte y para todos, es algo maravilloso”, dijo Gregg Popovich, entrenador de los Spurs, acerca de la rara paridad entre las franquicias exhibida en los primeros playoffs de la temporada. Consultado acerca del triunfo definitivo ante los Mavericks, Popovich se alegró: “De nuestra parte, estamos muy contentos”, indicó. “Fue una serie muy difícil y, definitivamente, estoy contento de que se haya acabado. Nos mantuvieron despiertos noche tras noche para encontrar la manera de ganarles. De verdad, fueron duros y muy buenos”, elogió Popovich a Dallas.
Si Indiana, con Luis Scola, tendrá seguros inconvenientes con Washington, su rival de semifinales, los Spurs no la tendrán más fácil con Portland, su próximo escollo, a partir de mañana, a las 22, en San Antonio. “Será un gran desafío. Son muy talentosos”, opinó. Además, recordó las dificultades que entraña jugar con los Trailblazers (Portland venció a San Antonio en 14 de los últimos 19 partidos que jugaron): “Tuvimos problemas con ellos durante todo el año [los Spurs ganaron dos partidos y perdieron otros dos]. Tienen jugadores a los que no hemos sabido defender hasta ahora. Son muy talentosos, jóvenes y enérgicos”.
Tras su exhibición, Tony Parker presagió la serie con Portland. “Ellos no son sólo Lillard y Aldridge. Tendremos que focalizarnos en todos. Creo que la defensa será la llave. Tendremos que pararlos si es que queremos tener una chance de ganar”, indicó.
“Los playoffs son pura estrategia”, resumió Parker. San Antonio sabe desde hace rato a qué juega. Todavía tiene la herida abierta por la final de 2013, cuando perdió en un recordado séptimo partido contra los Heat de LeBron James. Miami fue el único que pudo barrer su serie incial (4-0 a Charlotte). Popovich y los suyos buscan la revancha. Fueron los mejores de la temporada regular. Pero esta es otra historia.
LA NACION