13 May Las conversaciones privadas de Sarkozy y Bruni, al desnudo
Cuando el entonces presidente Nicolas Sarkozy contrató al ultraderechista e historiador francés Patrick Buisson como estratega de su campaña presidencial de 2012, en la UMP, su propio partido, se horrorizaron y le advirtieron sobre los peligros de un extremista en esa posición delicada. Le hizo ganar la elección, al llevar a la UMP a posiciones tan radicales y antiinmigrantes como el xenófobo Frente Nacional, que dividieron a su propio partido.
Hoy, el famoso Buisson traicionó a Sarkozy y a su confianza. La revista satírica Le Canard Enchainé, la revista Le Point y el sitio de Internet Atlántico revelaron y filtraron cómo Buisson grabó, una a una, todas las conversaciones privadísimas que tuvo con el entonces presidente, su esposa Carla Bruni, sus publicitarios y ayudantes.
Durante horas de grabación, disimulados en un pequeñísimo grabador en su traje y aprovechando la confianza que le tenían a Buisson, se escucha la voz de Sarkozy hablando mal de sus ministros. A su mujer Carla quejándose –entre risas– de que lo “mantiene”, recordando que su marido es “amarrete” y ella quiere “inmediatos contratos de belleza” como Julia Roberts, que se evaporaron desde que llegó a la difícil posición de primera dama.
Se oye también el diálogo sobre la conveniencia de elegir a un funcionario en su cargo por las presiones que puede hacer el secretario general del Elíseo, Claude Guéant, sobre los fiscales franceses.
“Eso es porque yo te mantengo. Y yo pensaba que me casaba con un tipo con un salario. Yo tenía contratos fantásticos y ahora nada”, se queja Carla en las grabaciones.
El reemplazo del primer ministro François Fillon también aparece en las filtraciones. “Reemplazar a Fillon por Borloo es grotesco. Hay una sola persona que puede reemplazar Fillon hoy, es (Alain) Juppé”, se escucha al entonces presidente.
Los protagonistas de las grabaciones son Pierre Giacometti, que conducía las encuestas; el ex publicitario Jean Michel Goudard; el consejero de comunicación Franck Louvrier y el secretario general del palacio del Eliseo, Xavier Musca.
La UMP está escandalizada y más dividida que nunca. Justo cuando se acercan los comicios municipales en marzo y el escándalo sólo beneficia las ambiciones de Marine le Pen y el Frente Nacional, su partido, que sonríen encantados con las secuelas del affaire. El FN se reposiciona en los sondeos frente a una atomizada UMP.
“Una forma de violación”, dijo Henri Guaino, el redactor de discursos de Sarkozy y hoy diputado, también grabado por Buisson. Otros simplemente quieren “molerlo a trompadas”.
Cuando el 11 de febrero pasado, el ex presidente Sarkozy descubrió las transcripciones en Le Point, convocó a Buisson, ex director del diario de ultraderecha Minute y dueño de la cadena Histoire, a sus oficinas en la rue Miromesnil. “Si todo esto es cierto, no nos veremos más”, le advirtió. Después esperó que Buisson iniciara acciones judiciales y no lo hizo. Quedó escandalizado y decepcionado.
Para los amigos sarkozistas, el episodio “es una dura lección” para el ex presidente, que tiene ambiciones de presentarse en las elecciones presidenciales de 2017.
Sarkozy y su esposa ahora están buscando un recurso en la Justicia para prevenir que estas grabaciones secretas continúen siendo difundidas, con el argumento de que fueron hechas por Buisson sin su autorización. Las grabaciones van del año 2007 al 2012 y revelan en su total dimensión la personalidad y las lealtades y deslealtades del ex presidente francés con sus propio equipo. Se escuchan criticas desagradables y desprecios a sus propios ministros, con nombre y apellido. No se salva ni la ex ministra del interior, Alliot Marie, ni Roselyn Bachelot, la ministra de salud.
En una declaración, los abogados de Buisson admitieron que las grabaciones fueron hechas por él, pero para tener “record” de lo que allí se conversaba, ya que le cuesta tomar notas.
CLARIN