19 May “La ciencia se desparrama en otros saberes”
Por Clara Encabo
Resulta gracioso. Hasta a sus hijos les causaba gracia que su padre se dedicara a estudiar el canto de las aves, pero se acostumbraron, crecieron. Y él se acostumbró a transitar a diario el camino que separa su casa, en Villa Elisa, del Laboratorio de Sistemas Dinámicos (LSD) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, en Ciudad Universitaria. Hace diez años que Gabriel Mindlin junto a su equipo estudia la dinámica de la generación del canto en aves, junto a otros dos investigadores del CONICET, tres becarios doctorales, otro postdoctoral y tres estudiantes de la carrera. La revista científica Nature reconoció el año pasado una de sus investigaciones que demuestra que las instrucciones para el canto de las aves no están alojadas en un único grupo de neuronas como se creía, sino en una red interconectada, con funciones diferenciadas.
–¿Cuál es el aporte de esta investigación?
–El aprendizaje de vocalización del ave tiene muchos paralelos con el del ser humano, lo que no pasa muy seguido en el reino animal. Son pocas las especies que comparten algo tan complejo. No sucede con los monos, que son nuestros primos hermanos. El 40% de las aves tiene parte de su circuito cerebral preparado para vocalizar que, si no está expuesto a un tutor (o un papá que ellos elijan y de quien imitar un canto), no logran las vocalizaciones típicas de la especie. Nosotros tomamos a estas aves de modelo para ver cómo se configuran y conectan los circuitos cerebrales en el aprendizaje.
–¿Fue un proceso largo?
–Antes de entender cómo se aprende, tuvimos que investigar cómo se generaban las instrucciones y qué partes del cerebro se involucran en cada proceso. El trabajo trató de dilucidar cómo está codificada esa información y ese procesamiento. Y refutó el modelo previo, abriendo el campo a estudiarlo de una manera distinta.
–¿Es interesante el comportamiento de las aves?
–Muy interesante. El canto está en muchos casos asociado a fines reproductivos, luchas territoriales y comunicación. Por ejemplo, tienen sílabas sexys (de muy difícil ejecución) con las que conquistan a las hembras. Lograr ejecutarlas con precisión les demanda muchísimo tiempo de aprendizaje.
–¿Cómo surgen los temas de investigación?
–Cuando se trabaja con temas cercanos a la biología o a la biofísica, es necesario concentrarse en dos o tres preguntas porque la biología es inabarcable y extraordinariamente compleja.
–¿Cuál es el compromiso del Laboratorio?
–Además de apasionarnos, tenemos el deber de dar cuenta de lo que hacemos porque son los impuestos de la gente lo que lo mantiene. El laboratorio tiene ramas básicas de investigación y otras aplicadas, por ejemplo, a la medicina. La ciencia se desparrama por un montón de saberes y aplicaciones.
–¿Cómo acercar la ciencia a la gente?
–Hay quienes logran acortar esa distancia con más impacto que muchos programas, como Adrián Paenza o Diego Golombeck, cuyas tareas de divulgación son valiosísimas. Pero también es fundamental apoyar a los clubes de ciencia y las iniciativas individuales (como los talleres de robótica en Salta o los cientos de profesores motivados): son gérmenes que surgen en la sociedad, que son lo que, en definitiva, nos van a cambiar la vida.
TIEMPO ARGENTINO